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Durante los meses de agosto, septiembre y octubre la temporada lluviosa se intensifica en Nicaragua. LA PRENSA/E. LÓPEZ

Alimentación en riesgo por lluvias

La cosecha de frijoles se vio afectada por las fuertes lluvias que han azotado al país y esto pone en riesgo a familias de los departamentos de Nueva Segovia y Madriz, en el Norte de Nicaragua.

La cosecha de frijoles se vio afectada por las fuertes lluvias que han azotado al país y esto pone en riesgo a familias de los departamentos de Nueva Segovia y Madriz, en el Norte de Nicaragua.

La organización Soynica está trabajando con más de dos mil familias campesinas, principalmente aquellos pequeños productores que no son cubiertos por otro tipo de programas. Lo que persiguen es capacitar a estos productores para diversificar los cultivos y que puedan, al menos, garantizar la subsistencia familiar.

“Hay una gran disposición de las mujeres y los hombres campesinos para promover esta diversificación de cultivo y también hay un gran interés por el conocimiento nutricional, que siempre ha sido una deficiencia”, señaló Azucena Zelaya, directora del Programa de Seguridad Alimentaria y Nutricional en el norte de Soynica.

Muchas de estas familias sólo cuentan con pequeños terrenos para el cultivo de granos. La idea es que, al menos, puedan conseguir el alimento para el autoconsumo y que los ingresos que consiguen por trabajos temporales o remesas familiares, ya no sean usados para la compra de comida, sino para otra necesidades básicas.

“Muchos campesinos han perdido su cosecha y esto es bastante alarmante porque el frijol es el alimento básico nuestro y lo estamos perdiendo”, aseguró Zelaya.

También explicó que ante la escasez de frijoles rojos, las personas se han visto en la obligación de consumir un tipo de frijol conocido como frijol alacín, que aunque es propicio para el consumo humano, tradicionalmente estas familias lo cosechaban para alimentar a los animales.

MESES CRÍTICOS

Según el informe más reciente del organismo Acción Contra el Hambre, la prevalencia de la desnutrición aguda en las zonas que forman parte del corredor seco de Nicaragua ya pudo haberse duplicado, pues hasta agosto alcanzó un índice de 0.9, cuando en abril el índice era de 0.5.

El informe además señala que septiembre sería uno de los meses más críticos para las familias más vulnerables, pues ya se le han agotado las reservas de la cosecha de postrera y tendrían que comprar el alimento, aún cuando ni siquiera gozan de un trabajo temporal.

“Al menos en las comunidades donde nosotros estamos trabajando, casi un 80 por ciento de las familias han perdido su cosecha de frijoles. Otro daño también son los caminos, hay muchas comunidades incomunicadas, muchas casas que se han dañado producto de la lluvia y esto perjudica el acceso a los alimentos”, puntualizó Zelaya

Nacionales alimentación Cosechas lluvias archivo

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