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Freddy Potoy Rosales

Otra puñalada liberal

El magistrado judicial liberal Gabriel Rivera, que tanto se ha perfilado como un defensor de la democracia, ahora ha dejado al descubierto que lo único que le interesa es mantener su status quo, sin importarle realmente el bienestar de la nación. Simplemente es un egoísta que argumenta cualquier cosa en aras de estar bien él, sacrificando el interés general del 62 por ciento de la población que sufre bajo una dictadura a la cual se suma Rivera. De este tipo de “políticos” está lleno el Partido Liberal Constitucionalista (PLC). Esta agrupación política debe hacer un relevo generacional y expulsar a personas que no tienen principios ni propósitos de desarrollo fundamentados en un concepto de sociedad moderna.

Rivera es una vergüenza y si ya se sumó a las filas de los magistrados judiciales de la dictadura orteguista, junto con dos usurpadores que se creen magistrados, lo menos que cabe es su expulsión del PLC. Por donde menos podría imaginarse algún liberal, resultó otra traición a la lucha por la restauración de la democracia.

La población debe identificar bien a Rivera y al otrora traidor magistrado liberal del Consejo Supremo Electoral (CSE), Luis Benavides, quienes no merecen la confianza de la ciudadanía.

Las huestes de la dictadura orteguista no es que necesariamente sean inteligentes, buenos en su trabajo o los gurús de la conspiración (porque han cometido errores monumentales) , sino que los liberales y la oposición en general están plagados de personas miserables, sin mística ni principios, indisciplinadas, sin visión de nación y prebendarias.

Con gente como Rivera, Benavides y otros dizque liberales que se han entregado al orteguismo quién sabe por qué razones, el partido de la violencia y la dilapidación de los recursos del Estado, tiene fácil el camino para, nuevamente, robarse las elecciones en los comicios del 2011, tal como lo hizo en el 2008.

Si a todo esto sumamos los egoísmos dentro del PLC, las cosas se le están facilitando al partido gobernante administrado por Daniel Ortega Saavedra.

¿Cuántos traidores más del PLC falta conocer? Frente a situaciones como éstas, las bases y la dirigencia de este partido deben entrar en razón y dejar que otras personas con principios y que han luchado por la democracia de Nicaragua, sin ser miembros del partido, formen parte del mismo para evitar la entronización del mal en la figura de Ortega y sus operadores políticos que se enriquecen desenfrenadamente a través de los recursos del país, desde enero del 2007 hasta la fecha.

Rivera y Benavides parecen haber olvidado las barbaries que han cometido los operadores políticos del régimen dictatorial de Daniel Ortega tanto en la Corte Suprema de Justicia (CSJ) como en el Consejo Supremo Electoral (CSE).

Rivera ya olvidó también la sarta de insultos que le profirió el abogado del régimen dictatorial (Rafael Solís Cerda), en una sesión de la CSJ, llamándolo “matón, matón, matón”. ¿O es que de estas palabras de Solís se deriva algo que ha conllevado a la decisión de Rivera de traicionar al PLC? Veremos qué sale en el camino sobre Rivera y su traición a la lucha por la democracia en Nicaragua.

Columna del día Opinión
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