Por Edgard Rodríguez C.
Después de sorprendernos aterrizando en las Grandes Ligas, tras dar un extraordinario salto desde Clase A, Everth Cabrera se dedicó a emocionarnos con su electrizante juego.
No le prendió fuego a la liga a base de una potente ofensiva o cosa por el estilo, pero su dominio de las cosas pequeñas del beisbol lo presentó como alguien útil y de innegable importancia en el futuro de los Padres, un conjunto discreto que parecía en ruta hacia su reconstrucción aunque de forma paulatina.
Cabrera mostró una velocidad espectacular sobre las colchonetas. Su guante provocó elogios permanentes, al igual que su brazo, mientras su agresividad sobre el plato, a pesar de ciertas fisuras en su mecánica, fue alentadora no sólo por lo que hizo con el bate, sino por lo que se pensó que podía llegar a hacer.
Everth resumió .255, con 96 hits en 377 turnos, con 18 dobles, ocho triples y dos jonrones, incluyendo uno con bases repletas que dejó en el campo a los Mets, en una jornada electrizante. Además robó 25 bases en 33 intentos, y recibió 46 bases. Todo eso lo hizo en 103 juegos, y ése fue el fundamento para esperar un futuro prometedor.
Pero en lugar de eso, el corajudo jugador de Nandaime fue atenazado por las lesiones y cuando estuvo saludable, no aprovechó las oportunidades, al extremo que los Padres buscaron refuerzos y consiguieron a Miguel Tejada, mientras el nica se iba al banco y también dio su paseo por las Ligas Menores.
Y ahora, ¿qué? Bueno, el 2010 ha sido un año para el olvido. Aparte de sus tres viajes a la lista de lesionados, su promedio se mantuvo en el filo de los .200. Su guante no fue ni la sombra del mostrado en el 2009 y en 14 intentos de robo fue atrapado seis veces. No hay manera de buscarle algo rescatable a su desempeño en esta temporada.
Pero, Cabrera tiene juventud. Cumple 24 años en noviembre. Y ha conservado su ética de trabajo. Es un chavalo con hambre de éxito y no hay dudas que redoblará su esfuerzo para recuperar el terreno perdido. Tejada está en San Diego por este año, pero Everth debe ponerse vivo si desea regresar al shortstop.
Se ha informado que irá a Dominicana a jugar con Licey y ésa es una buena señal. Se ve que ha decidido estar listo para la batalla del próximo año, que debe ser dura.
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