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Cartas al Director

Alegría

“La alegría más grande es la inesperada”.

Sófocles (495 a.C-406 a.C); poeta trágico griego.

GANA OPOSICIÓN VENEZOLANA

Con su acostumbrado léxico el presidente Hugo Chávez, en abril pasado llamó “escuálidos a sus opositores y comentó, además, que “ser escuálido es una enfermedad” y que no estaba seguro de que tuviera cura.

El diccionario de la Real Academia Española define esta palabra en sus dos primeras acepciones de la siguiente manera: flaco, macilento, sucio, asqueroso, y en la tercera acepción se refiere a los peces selacios. Aún no me explico exactamente lo que quiere decir con esto el ex golpista.

Pienso que el que tiene una enfermedad incurable es el presidente Chávez, esa cuya explicación nos la dio hace más de trescientos años Voltaire y que comenté en un escrito anterior.

El jueves 23 de septiembre el actual Presidente de Venezuela cerró la campaña oficialista diciendo una vez más “Vamos a dar una pitada a los escuálidos. ¡Ridículos!”, dijo el mandatario durante un acto en el estado industrial de Lara. “¡El que no brinque es escuálido!”, “Les vamos a dar una paliza a esos escuálidos vende patrias, corruptos, sinvergüenzas, subordinados al imperio yankee”.

Finalizadas las elecciones y después de una larga espera el Consejo Nacional Electoral entregó su primer boletín confirmando que la oposición obtuvo un 52 por ciento de votos del total del 66.45 por ciento del electorado que fue a votar.

Este porcentaje del total de votos logrado por los opositores es muy importante, porque refleja no sólo el descontento que existe con el actual gobierno, sino una clara oposición a las propuestas del socialismo del siglo XXI. Esta oposición será representada por sólo 62 diputados en la Asamblea Nacional, esto porque en Venezuela existe un sistema para el conteo de votos distorsionado y que algunos llaman “perverso”.

Por su parte los chavistas no alcanzaron la meta que se propusieron, pues sólo lograron 90 de los 110 escaños que necesitaban para obtener los dos tercios y dominar completamente la Asamblea Nacional (AN).

Con estos resultados el presidente Chávez deberá aceptar que no todos los venezolanos están “brincando” con su revolución, que su deber por mandato constitucional es gobernar para todos sin importar su ideología, o clase social, deberá poner las “barbas en remojo”, pensar más en las necesidades y peticiones de este otro sector del electorado que despreció desde el primer día que llegó al poder, tendrá que entender que su propuesta después de 11 años “tocó techo” y que más de la mitad de los venezolanos la han rechazado.

Con el retorno de la oposición a la AN el equilibrio político se establece, la esperanza de los que no han sido oídos vuelve a surgir, se fortalece la democracia venezolana y podrán usar los escaños para preparar el camino a las próximas elecciones presidenciales donde el conteo de votos será sin las “distorsiones” de estas elecciones que acaban de terminar.

Carlos Vílchez Navamuel

UNA LUZ AL FINAL DEL TÚNEL

Por fin, los nicaragüenses vemos una luz al final del oscuro túnel de la política, con la candidatura de don Fabio Gadea Mantilla. Con mil defectos, humano al fin, es el candidato que siempre hemos esperado: No se ha revolcado en los turbios “bisnes” de la politiquería, ni ha irrespetado ni maltratado al pueblo y en cambio, le ha dado hermosas esperanzas y mucha diversión.

Pero paralela a esta diáfana posibilidad, aparece la oscura y siempre maligna del Daniel Ortega que si no la gana, gobierna desde abajo.

Ante el seguro triunfo de don Fabio apoyado por el pueblo, con un Consejo Supremo Electoral honesto y la tan necesaria observación internacional, a Ortega —si es que tiene una pizca de nicaragüense honesto— no le quedará más que entregarle la banda presidencial al nuevo presidente.

Pero salta la pregunta: ¿Gobernará Ortega desde abajo como lo prometió e hizo cuando perdió la presidencia en el noventa?

Y cabe también preguntar: ¿Le permitirá don Fabio gobernar desde abajo como lo hizo Arnoldo Alemán?

Recordemos que don Arnoldo le prometió al pueblo que botaría el muro que obstaculiza el libre paso, pero no lo hizo y le permitió a su “socio” hacer de las suyas desde arriba y desde abajo.

Creo que los nicaragüenses estamos hastiados de tanta perorata política, además de soportar semejante Asamblea Nacional y esperamos la dichosa realidad de tener un gobierno que realmente gobierne, que respete al pueblo, que haga prevalecer la democracia y que brille en el país la justicia como verdadero estandarte de paz para todos los nicaragüenses. Sólo nos queda esperar que no se roben las elecciones y que todos podamos sentir que por fin tenemos un verdadero presidente.

Ramón Pineda

 

DELINCUENCIA GUBERNAMENTAL

Un excelente análisis ha presentado el compatriota Carlos Javier Mejía en su artículo publicado en este Diario el pasado martes titulado “La demencia de los gobernantes”, sobre el engaño y el mal uso de la democracia de supuestos gobernantes u organizaciones democráticas, que en la realidad están facilitando el indoctrinamiento socialista, de muchos pueblos latinoamericanos, para mantenerlos dependientes y secuestrados de esta ideología o dictadura socialista o comunista.

Siendo además, estos gobiernos, los que mayormente promueven la delincuencia social y estatal, de tal manera que los índices de robos, asaltos y asesinatos se multiplican en contra de la sociedad democrática que es la que más trabaja; y en la cual también los delincuentes no son capturados, especialmente si pertenecen al partido político del dictador de turno.

La seguridad ciudadana y el progreso socioeconómico sostenido del que se gozaba anteriormente, en estos países latinoamericanos, ahora ha considerablemente disminuido o casi no existe, desde que sus gobiernos democráticos de mandatarios civiles o militares han sido substituidos por sus gobiernos socialistas o comunistas de presidentes civiles o militares.

Benjamín Guerra

CUIDAR NUESTRO CORAZÓN

El último domingo de septiembre se con memora en el mundo el Día Mundial del Corazón, lo que motiva reflexionar que el padecer y morir del corazón es un hecho cada vez más común en Nicaragua y en el mundo. Así lo demuestran las escasas estadísticas vitales del país que hay disponibles.

Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 17.1 millones de personas en el mundo, de ambos sexos, murieron en 2004 de un infarto agudo del miocardio o derrames cerebrales, la mayor parte de ellos (80 por ciento) en países de bajos y medianos ingresos como el nuestro.

En el año 2008 en Nicaragua se produjeron más de dos mil casos fatales de ataques cardiacos, lo que significa que un nica pierde su valiosa vida cada 4 ó 5 horas.

La tendencia mundial se inclina a un predominio mundial de la muerte por causas cardiovasculares, en 1990 el 30-40 por ciento de los decesos registrados equivalentes a 50.4 millones estuvieron afectados por las principales dolencias como hipertensión arterial o presión alta, cardiopatía isquemia o coronaria, valvulopatia reumática y derrames cerebrales.

El aspecto positivo de los padecimientos cardiovasculares es que el 80 por ciento de infartos y derrames pueden prevenirse o evitarse. La dieta sana, el ejercicio regular, el abandono del tabaco y el control periódico del médico internista son fundamentales.

Los investigadores insisten en que se considera como dieta saludable una alimentación equilibrada de frutas, cereales integrales, alimentos de bajo contenido de grasas animales, carne magra, pescado y el uso de aceite de girasol, ajonjolí y de oliva. El complemento ideal es la práctica de algún tipo de actividad física, en especial la caminata de por lo menos 30-40 minutos cada día. No nos cansaremos de insistir en la necesidad de abandonar el consumo de tabaco, cualquiera que sea su presentación.

Es muy importante verificar y controlar el riesgo cardiovascular midiéndose la presión arterial, que en muchas personas no da ningún síntoma, por lo cual es llamada “el asesino silencioso”, medirse el azúcar y las grasas de la sangre y estas tres preocupaciones deberán ser permanentes cuando hay historia de familiares enfermos o fallecidos por causas cardiovasculares, porque el factor hereditario es un hecho confirmado. Cuando se tiene una dolencia crónica, en especial diabetes o azúcar en la sangre, los controles médicos regulares del médico internista son necesarios y obligados.

Vicente Maltez Montiel   
Especialista y profesor de Medicina Interna.

 

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