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Fabio Gadea Mantilla

Carrera de obstáculos

Querida Nicaragua: En cualquier país civilizado las elecciones son una fiesta cívica. En nuestro país son una tragedia.

En nuestra Nicaragua las cosas son diferentes. Aquí las elecciones son algo así como una carrera de obstáculos que coloca el Gobierno para que tropiecen todos aquellos partidos que pretendan llegar al poder.

Aquí lo que abundan son las zancadillas o lo que popularmente el pueblo llama “serruchaderas de pisos” por parte del partido gobernante, sobre todo cuando tiene un líder dictatorial que pretende reelegirse pasando por encima de la Constitución del país. Aquí es cuando afloran los llamados “operadores políticos” del Gobierno, funcionarios que quieren igualmente permanecer eternamente en sus puestos, tal como lo pretende su jefe el señor presidente.

Nuestra carrera de obstáculos comienza muchos meses antes de la fecha de las elecciones. La maquinaria electoral espuria está perfectamente aceitada. Comenzó hace años con el tortuguismo en la entrega de las cédulas de identidad a los ciudadanos opositores y con la premura con que se entregan las mismas a los jóvenes gobiernistas, a quienes las reparten como cartas de naipe. Inclusive, muchachos que no han cumplido los dieciséis años, como manda la ley, reciben su cédula sin mayor dificultad. En este año el Consejo Supremo Electoral, conformado por magistrados cuyo mandato ya terminó, inventaron cobrar trescientos córdobas por emitir la cédula. El artífice de esta jugada de última hora, el inefable Roberto Rivas, alegó que sólo se cobra esa cantidad cuando el ciudadano requiere trámite rápido.

Sin embargo, la cédula no es más que uno de los obstáculos. Hay además una campaña millonaria a favor del candidato gubernamental, al tiempo que se ataca ferozmente en los medios oficiales a los candidatos opositores y se tienen preparadas fuerzas de choque, armadas de morteros, garrotes y piedras para atacar a los manifestantes opositores cuando la ocasión lo requiera.

Y lo peor es que no sólo el Gobierno es quien pone obstáculos en esta carrera, sino también la oposición fraccionada en pedazos, a veces irreconciliable, que no logra entender la regla elemental de que la unidad hace la fuerza y que una oposición unida es invencible. Partidos divididos en tres y cuatro fracciones, las cuales son presa fácil para un gobierno que desea imponer una dictadura.

Estamos viendo cómo el país se deteriora, cómo se irrespeta la Constitución y todas las leyes, cómo se impone a funcionarios ilegalmente en los poderes del Estado, cómo dependemos cada vez más de gobiernos extranjeros y perdemos la soberanía de la que tanto hablamos, y somos incapaces de hacer un esfuerzo para enfrentar, unidos, la dictadura que ya tenemos instalada.

Me precio de haber sido siempre un abanderado de la unidad, aun sin estar como ahora inmerso en esta carrera de obstáculos llamada proceso electoral. Tengo muchos años, más de veinte, de estar pregonando la necesidad de la unión para poder enfrentar a un partido que tiene enormes recursos financieros, que usa sin la menor vergüenza los bienes del Estado en sus campañas electorales, que engaña al pueblo pregonando ser el gobierno de los pobres, cuando en realidad los pobres siguen siendo más pobres y los principales personeros del Gobierno se han convertido en multimillonarios. Veamos los negocios que tienen, los lujos de que disfrutan y comparémoslos con el deplorable estado de los caminos, los hospitales y las escuelas. La oposición debe unirse cuanto antes si quieren enfrentar con éxito esta carrera de obstáculos.

El autor es director general de Radio Corporación.

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