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 Las aguas estancadas representan una amenaza para la proliferación de enfermedades. Los niños sobresalen entre el segmento de población más vulnerable. LA PRENSA/ H. ESQUIVEL

Minsa en alerta por potenciales brotes

Nicaragua se encuentra en estado de emergencia sanitaria ante la posibilidad que las fuertes lluvias, que han azotado al país, puedan desatar un brote de enfermedades, especialmente de dengue y leptospirosis.

Nicaragua se encuentra en estado de emergencia sanitaria ante la posibilidad que las fuertes lluvias, que han azotado al país, puedan desatar un brote de enfermedades, especialmente de dengue y leptospirosis.

Desde el pasado martes la Primera Dama de la República, Rosario Murillo, publicó un decreto en el que orientaba a las autoridades del país tomar las medidas pertinentes para prevenir y controlar cualquier brote epidémico.

Según indicó la doctora Sonia Castro, titular del Ministerio de Salud (Minsa), el riesgo que corre la población es ser afectada por enfermedades como dengue y leptospirosis. En el caso de los niños uno de los mayores riesgos es ser afectados por diarrea.

“Hasta el momento en Nicaragua no hemos aumentado el pico (de enfermedades estacionales) como se ha desatado en el resto de Centroamérica. Creo que eso es producto de que la población nos ha acompañado en las medidas preventivas”, indicó Castro.

Sin embargo, el director de vigilancia epidemiológica del Minsa, Edmundo Sánchez, lamentó que la población del país no está consciente de los peligros a los que está expuesta.

“La percepción de riesgo que tiene la población es bastante baja y minimizamos los riesgos porque vivimos con la idea de que no nos va a tocar a nosotros. Entonces nos metemos desprotegidos al agua contaminada y esto nos va a producir una enfermedad”, explicó Sánchez.

El funcionario también dijo que se están desarrollando los planes oportunos para atender a la población, y aseguró que estos planes no son improvisados por el Gobierno, sino que siempre “vamos un paso adelante a la situación”.

LA LLUVIA SE LLEVA TODO

Sánchez también admitió que las aguas de lluvia vienen a significar una complicación operativa, que de alguna manera echa a perder el trabajo preventivo que ya habían realizado las brigadas médicas.

“No podemos fumigar cuando está lloviendo, el abate que hemos puesto en las pilas y barriles se rebalsa, se nos pierde y tenemos que volver a hacerlo”, dijo Sánchez, quien, además, indicó que todo caso febril debe ser notificado a las autoridades sanitarias, para que éstas le den la atención necesaria.

Por su parte la doctora Maritza Cuan, directora del Sistema Local de Atención Integral en Salud (Silais) de Managua, manifestó que actualmente en el país existen condiciones para que las enfermedades, que normalmente se incrementan en la época lluviosa, puedan convertirse en brotes epidémicos.

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