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En la Asamblea Nacional, la “estrategia” más recurrida de los diputados que critican las intenciones del Frente Sandinista es faltar a las sesiones como “acción de protesta”.

Las reformas que Ortega necesita

Un antiguo proverbio, aún muy popular, dice que el río revuelto es ganancia para pescadores, porque cuando el agua está sucia y turbia el pez se distrae de los peligros y al pescador le va mejor. En la política nicaragüense no hay un río más revuelto que la Asamblea Nacional ni un pescador más beneficiado que el presidente Daniel Ortega Saavedra.

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Fotos de LA PRENSA/ Archivo


Un antiguo proverbio, aún muy popular, dice que el río revuelto es ganancia para pescadores, porque cuando el agua está sucia y turbia el pez se distrae de los peligros y al pescador le va mejor. En la política nicaragüense no hay un río más revuelto que la Asamblea Nacional ni un pescador más beneficiado que el presidente Daniel Ortega Saavedra.

En enero del 2007, cuando Ortega regresó a la Presidencia para un segundo mandato, tras su derrota en febrero de 1990, el Frente Sandinista se instaló en la Asamblea Nacional con 38 votos y un aliado que inscrito en otra casilla se delató afín al FSLN en plena campaña electoral.

Ahora, con más de tres años y medio de gobierno y a tan sólo catorce meses de las próximas elecciones presidenciales, aquel aliado “rompió” con los 38 diputados del FSLN, pero en el camino los mismos han ganado a otros catorce aliados o más, en una carrera sin descanso para alcanzar una mayoría calificada de 56 diputados. La cifra es mágica. Con esos 56 votos, que equivalen al sesenta por ciento de los 92 votos del parlamento, el FSLN podría reelegir sin tropiezos a sus magistrados electorales y judiciales y presentar una reforma a la Constitución Política del país que elimine las cláusulas que impiden la reelección del presidente Ortega, quien se aferra como candidato único del partido bajo el cual se ha inscrito en las últimas cinco elecciones generales desde 1984.

¿Conseguirá Ortega su número fantástico? Hasta hoy la bancada del FSLN no sólo ha demostrado que controla el voto de sus 38 diputados, sino que también siempre dispone de aliados. Los hechos no favorecen a los diputados que se definen a sí mismos como “oposición”.

Los doce diputados que suman la Bancada por la Unidad de Nicaragua (BUN) y la Alianza Liberal Nicaragüense (ALN) se consideran oposición, pero votan con el FSLN.

Ana Julia Balladares, una mujer más bien baja, algo recia, con el rostro agrio y el cabello rojo en un tono que es imposible que luzca natural, se acerca balanceando su peso con cada paso hacia el área en la que se concentran parte de los periodistas que esa mañana de domingo cubren una sesión convocada de urgencia en la Asamblea Nacional. Antes de emitir palabra echa una sonora carcajada y saluda con varias palmadas en el hombro a un periodista que le supera en edad. “¿Sabes? –le dice– yo me siento feliz. ¡Me siento libre! Es rico andar por aquí sin que nadie tenga nada que decirte. Antes no me podía levantar de mi silla, pero ahora camino por donde quiero y hablo con quien me dé la gana. ¡Me siento feliz! ¡Me siento libre!”, le repite y echa otra carcajada.

Diecisiete meses atrás Balladares no se sentía así. “¡Me siento mal! ¡Me siento maaaal con mi partido!” Eso fue lo que a finales de marzo del año pasado ella dijo a los periodistas que le preguntaban por qué siendo diputada del Partido Liberal Constitucionalista (PLC) y tan cercana al caudillo de ese partido, el ex presidente Arnoldo Alemán, había votado con el Frente Sandinista. Para ella, la razón es sencilla. Dijo y sostiene que en el PLC se sentía ignorada. Ahora, en cambio, hasta es coordinadora de la Bancada por la Unidad de Nicaragua (BUN), que surgió en mayo del año pasado con la promesa de actuar al margen de los intereses del oficialismo o la oposición y responder por Nicaragua. La misma que ha resultado en una bancada “bisagra”, que en la mayoría de los casos favorece al FSLN. Pero Ana Julia Balladares ya no se siente “maaaal”.

Cairo Manuel López, abogado experto en Derecho Constitucional y ex presidente de la Asamblea Nacional, está convencido de que el papel de la oposición será determinante para que el presidente Ortega y el Frente Sandinista alcancen los 56 votos necesarios para aprobar una reforma constitucional.

“A Ortega el tiempo le apremia y dependerá del efecto y resultado de las negociaciones que desarrolle saber si logrará o no su objetivo y para eso sabemos que podría tener varias propuestas o mecanismos de persuasión”, dice López.

[doap_box title=”El Plan se quedó en papel” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]

Cuarenta y ocho horas después de que el 19 de octubre del año pasado una Sala Constitucional integrada sólo por magistrados del Frente Sandinista emitió una sentencia para tratar de eliminar las cláusulas del artículo 147 de la Constitución Política del país que prohíben la reelección sucesiva y afectan a Daniel Ortega, un total de 46 diputados “de oposición” trazaron “un plan para frenar los abusos e ilegalidades del FSLN”.

El plan partía de que la oposición tomara el control de la Asamblea Nacional, con la integración de un bloque de 48 diputados, con cuatro de ellos entre la Directiva. Un año después, el bloque está reducido a 40 diputados, con sólo dos de ellos en la Junta Directiva.

El plan también incluía dominar la agenda parlamentaria para, por ejemplo, detener la propuesta oficial de reforma tributaria, transparentar la cooperación venezolana, impulsar una ley para anular las fraudulentas elecciones municipales del 2008 y otra para anular la sentencia ilegal de los magistrados del FSLN.

A la fecha, el bloque no domina la agenda parlamentaria, no evitó la reforma tributaria ni ha logrado transparentar la cooperación venezolana. Y, además de que no logró introducir ninguna de sus dos iniciativas, también dejó pasar este martes la ratificación de la publicación del segundo párrafo transitorio del artículo 201 de la Constitución Política de 1989, al que se aferran 25 funcionarios públicos para permanecer en sus cargos vencidos.

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Los diputados Alejandro Bolaños Davis (conservador) y Alfredo Gómez Urcuyo (liberal) se integraron a la Asamblea en mayo reciente. Ambos podrían votar con la oposición, pero hasta ahora sus acciones sólo favorecen al Frente Sandinista.

En abril del 2009 se manejó en los corrillos de la Asamblea Nacional y en los medios de comunicación, que el “bandazo” de Balladares estaba “hablado” entre ella y Alemán, que fue este ex Presidente de la República y caudillo del PLC quien le pidió que se “sacrificara” para votar con el FSLN, con el cual él pactó desde finales de los noventa para repartirse las instituciones del país. También se comentó que entre cuatro y cinco familiares de ella, entre ésos su esposo Víctor Guerrero, gozan de asesorías con el visto bueno del FSLN en la Asamblea Nacional, que ésos son los beneficios que tuvo en una oferta oficialista para cambiar de bancada, aunque ella lo rechaza todo, como también han hecho otros diputados involucrados en situaciones similares. Otros que son vistos como parte de los catorce aliados que en este momento tendría garantizados el Frente Sandinista para alcanzar la mayoría calificada, para la cual sólo le restarían cuatro o menos votos.

Los “cañonazos” o compra de votos con fondos de la cooperación venezolana, los chantajes o dádivas, las presiones judiciales a diputados y/o familiares, los arreglos entre las cúpulas partidarias que cederían hasta “en combo” sus bancadas o la cancelación o restitución de curules son algunos de los mecanismos a los que estaría recurriendo el Frente Sandinista “para convencer a sus aliados”.

El mes pasado, el Movimiento Renovador Sandinista (MRS) denunció que a sus dos diputados quisieron “persuadirlos” con una oferta de un millón de dólares y otros beneficios y apenas esta semana, el diputado del PLC, José Pallais, aseguró que el partido de gobierno “está trabajando” a algunos diputados del PLC para sumarlos con uno u otro mecanismo entre sus aliados.

Cairo Manuel López cree que cualquier tipo de arreglo es posible. “Podría ser que el Frente Sandinista logre los votos para la reforma constitucional negociando con las bancadas parlamentarias o igual podría seducir a diputados particulares. También está la posibilidad de que negocie con los suplentes de algunos y que en el marco de un arreglo interpartidario, cualquiera que sea el partido aliado recurra a enviar a algún diputado enfermo o de viaje”. López no descarta nada.

En la semana que concluye la oposición protagonizó un nuevo revés. En una sesión relámpago los diputados del Frente Sandinista y sus aliados echaron por la borda la “estrategia” en la que la oposición se venía “esforzando” desde mediados de septiembre, cuando el presidente de la Asamblea, René Núñez Téllez, mandó a publicar la Constitución Política y sus reformas, en las que incluyó el párrafo transitorio del artículo 201 del que se aferran 25 funcionarios públicos para continuar en unos cargos que ya vencieron.

Durante las últimas semanas los diputados del PLC, MRS y BDN no habían integrado quórum como medida de presión para que se incluyera en agenda una iniciativa para rechazar la publicación de Núñez e incluso otra para destituir por violar los procedimientos para la publicación de las leyes, que es atribución del Presidente de la República.

Pero el martes pasado, al FSLN le tomó menos de una hora aprobar una moción presentada por el diputado aliado Juan Ramón Jiménez (BUN) para ratificar la actuación del presidente del parlamento. Los diputados ajenos al FSLN reclamaron la ilegalidad de los procedimientos, porque así se alteró la orden del día. Pero el FSLN no respondió y logró la aprobación con 41 votos a favor, 11 en contra y 7 presente, que por ley se suman a la mayoría, y entre la que estaban varios liberales que aseguran que retiraron su tarjeta para retirarse de la sesión, pero la pizarra electrónica continúo mostrándolos presentes.

Otras veces el error no ha sido de la pizarra, sino de algún diputado distraído. El 20 de enero pasado, los diputados de la BDN, PLC, ALN y MRS consiguieron someter a votación que el plenario discutiera en la orden de ese día una iniciativa de ley para derogar el decreto ejecutivo 03-2010, en el que Ortega se atribuyó el poder para prorrogar el período de 23 funcionarios mientras la Asamblea no elija a sus reemplazos o los reelija. Pero no tenían los votos suficientes porque varios estaban ausentes del hemiciclo y perdieron la votación 23 contra 39 votos.

En esa ocasión, también hubo otro del diputado Jorge Castillo Quant, además presidente del PLC, quien fue el voto 39 contra la inclusión de la iniciativa, porque –dijo– se equivocó al apretar el botón de rojo de “no” por botón verde del “sí”. ¿Habrá otros diputados de la “oposición” que igual se confundan al votar “sí” o “no” por una reforma constitucional? Todos ellos juran que “no”.

El diputado del PLC y presidente de la Comisión de Asuntos Jurídicos de la Asamblea, José Pallais, asegura que la bancada a la que él pertenece junto a otros 19 diputados no nota que el Frente Sandinista tenga ningún interés objetivo en promover y aprobar las reformas electorales.

“Ésa es una bola que se ha mandado a rodar”, dice el legislador quien fundamenta su escepticismo en que “Daniel Ortega ya no gana nada con las reformas porque está muy tranquilo con las violaciones a la Constitución Política. No las necesita porque sin ellas de todas maneras va logrando sus objetivos”.

De lo que él sí está convencido es que Ortega quiere la mayoría para reelegir a sus magistrados judiciales y electorales y garantizar, para todo lo que quiera, el respaldo político del sesenta por ciento de los votos en la Asamblea Nacional.

Pallais denunció el martes que el FSLN busca a dos miembros del PLC y a dos de la BDN para llegar a los 56 votos y reelegir a los funcionarios de facto, entre ellos los magistrados del Consejo Supremo Electoral señalados de cometer el fraude en las elecciones municipales del 2008 que favoreció con unas cuarenta alcaldías al gobernante Frente Sandinista.

“Eso es algo que se ha venido diciendo, no tengo información de nombres concretos, pero ellos (FSLN) lo dicen en público e incluso los he escuchado decir que ya tienen 56 diputados. Enseñaron 52 hace dos domingos, todavía no han enseñado los 56”, comentó Pallais, en relación también a los 52 diputados que el domingo 26 de septiembre aprobaron a Ortega una reforma presupuestaria por 1,207 millones de dólares. La reforma supuestamente buscaba fondos para atender la emergencia causada por los estragos del invierno, pero el 80 por ciento de sus partidas era para gastos corrientes.

Ninguno de los diputados que se relacionan como aliados del Frente Sandinista asegura que está a favor de las reformas constitucionales. A finales del año pasado, el independiente Salvador Talavera y los siete diputados de la Alianza Liberal Nicaragüense (ALN) incluso firmaron junto a diputados del PLC, la Bancada Democrática Nicaragüense (BDN) y el MRS un compromiso de no reelección de funcionarios públicos y de rechazo a las reformas constitucionales.

Pero Cairo Manuel López advierte que cuando hay arreglo “cualquier partido encuentra los medios para cumplir su trato”. Él está seguro, por ejemplo, de que en el transcurso de los próximos tres meses uno o varios diputados participen un día sí y otro día no con el Frente Sandinista, tratando de confundir o generar falsas expectativas en su palabra, aunque sostiene que “claro que la población no es tonta y cualquiera que sea la maniobra la población lo advertirá”. ¿Aunque el agua esté turbia? “Aunque el río sea el más revuelto”.

Infografia por Bismark Rodriguez

Política Asamblea necesita Ortega política Reformas archivo

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