MOSCÚ/AP
- El Gobierno estadounidense advirtió ayer que vigilará “muy, muy de cerca” el acuerdo para la construcción de una planta nuclear en Venezuela, en la que invertirá Rusia.
Crowley manifestó que cada nación “tiene derecho a perseguir la energía nuclear civil”, pero enfatizó en que “todos los países que firmaron el Tratado de No Proliferación Nuclear tienen derechos y responsabilidades”.
“Los países tienen derecho a perseguir la energía nuclear con fines civiles”, reiteró Crowley, “el problema real es cómo lo consiguen”.
EFE
[/doap_box][doap_box title=”Nervios por tratado” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]
[/doap_box]
El Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, concertó ayer con Rusia un acuerdo para la construcción de la primera planta nuclear del país sudamericano y negoció convenios energéticos y de otras áreas.
Rusia ha cultivado estrechos vínculos con el gobierno de Chávez como parte de sus esfuerzos para ampliar su influencia global y contrarrestar la de Estados Unidos en América Latina.
El presidente Dmitri Medvedev expresó que el acuerdo nuclear contribuirá a que Venezuela desarrolle fuentes modernas de energía, además de sus riquezas de hidrocarburos. También minimizó las posibles críticas internacionales.
“Queremos que nuestra socia Venezuela tenga una gama completa de posibilidades energéticas”, expresó Medvedev. “Aunque el país es rico en petróleo y gas, necesita desarrollar fuentes nuevas de energía”.
Chávez, por su parte, aseguró que Venezuela quiere reducir su dependencia de los combustibles fósiles. “La cooperación estratégica con Rusia le da una enorme ventaja a mi país”, manifestó.
Entre elogios a la Unión Soviética, el venezolano además le regaló a Medvedev barras de chocolate y latas de dulce y coco en polvo, mientras atendían a la prensa.
La agencia de noticias ITAR-Tass informó que Rusia planea construir dos reactores nucleares de 1,200 megavatios en la planta venezolana.
No se anunció de inmediato el costo del acuerdo, suscrito al término de las conversaciones de Chávez con Medvedev en el Kremlin.
Chávez indicó que Venezuela necesita reducir su dependencia del petróleo y el gas y ensalzó a Rusia por la asistencia para que su país adquiera nuevas tecnologías.
El acuerdo probablemente despierte preocupación en Estados Unidos, pero es parte de los planes de Rusia, de exportar su conocimiento nuclear: acaba de completar la primera planta nuclear de Irán, firmó acuerdos similares con China y Turquía y los negocia con India y la República Checa.
En otro acuerdo, la compañía petrolera estatal Rosneft, de Rusia, comprará la participación del 50 por ciento que Petróleos de Venezuela, S.A. tiene en la empresa Ruhr Oel GmbH, de Alemania. La firma británica BP tiene el otro 50 por ciento de Ruhr Oel GmbH, que se dedica a la refinación, venta y distribución de hidrocarburos.
La empresa petrolera rusa dijo en un comunicado que pagará por esa participación 1,600 millones de dólares. El presidente de Rosneft, Eduard Khudainatov, dijo que, con el convenio, Rosneft tendrá 18 por ciento de su capacidad refinadora “en el corazón de la Europa industrializada”.
El gobierno de Chávez ha comprado desde el 2005 armas por poco más de 4,000 millones de dólares, que incluyen aviones caza, helicópteros y 100,000 fusiles Kalashnikov. Están en discusión nuevos acuerdos sobre armas.
Rusia y Venezuela también han emprendido asociaciones para la explotación de los vastos yacimientos petrolíferos en el este de Venezuela.
Chávez se reunió luego con el primer ministro Vladimir Putin para analizar los contratos armamentísticos vigentes. Putin dijo que próximamente se efectuará una entrega de 35 tanques con tecnología avanzada, informaron agencias noticiosas rusas. No se divulgaron detalles.
Ver en la versión impresa las páginas: 10 A