Pobladores del municipio de San Juan de Oriente, departamento de Masaya, se mostraron en desacuerdo con el proyecto Huellas de Camino y Desarrollo Habitacional Laguna State, que pretenden realizar inversionistas holandeses en la ladera sureste de la laguna de Apoyo, que forma parte de ese municipio.
Ayer en la mañana los promotores del proyecto presentaron el estudio de impacto ambiental ante los pobladores del municipio, estudiantes universitarios y expertos en temas ambientales, quienes coincidieron que el proyecto no podría hacerse, pues violenta la legislación ambiental del país.
El proyecto consiste en lotificar parte de un terreno de 28 manzanas de tierras en la ladera de la laguna. Según explicó Flora Versteeg, quien se identificó como responsable del proyecto, sólo “una pequeña parte del terrreno” será utilizado para los lotes y “el resto es para conservarlo”.
Cada lote sería de unos 9,300 metros cuadrados, donde se construirían casas elaboradas con “material reciclable”.
Según señaló el geólogo e ingeniero ambiental Geovanni Carranza, responsable de elaborar el estudio ambiental, el mercado de esos lotes serían extranjeros de alto poder adquisitivo.
LOS CUESTIONAMIENTOS
Tania Guillén, técnica ambiental de la Asociación de Municipios Integrados por la Cuenca y Territorios de la Laguna de Apoyo de Nicaragua (Amictlan), expresó que “el proyecto en su conjunto está contraviniendo toda la legislación ambiental de Nicaragua”.
La resolución ministerial 001-2010 del Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (Marena) establece en el inciso 15, del artículo 6, que en el cráter de la laguna no se puede “lotificar y construir obras o proyectos de desarrollo con fines urbanísticos”.
Guillén agregó que hasta el Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter) ha prohibido la construcción en la zona, por ser considerada de alta actividad sísmica, por su origen volcánico. El terremoto que afectó Masaya, en julio del 2000, tuvo como epicentro la laguna de Apoyo.
“Con un terremoto se te puede venir la ladera encima (…) es un sitio que es muy frágil, tanto a nivel de biodiversidad como a nivel físico”, advirtió Guillén.
Valentín López, vicepresidente de la comunidad indígena de San Juan de Oriente, señaló que el proyecto no dará “ningún beneficio” a la comunidad, sino que por el contrario, restringiría el acceso a los pobladores, que históricamente han circulado por el área donde se haría la lotificación.
Durante la presentación del estudio de impacto ambiental, López hizo entrega al Alcalde del municipio, Miguel Ángel Calero, un pronunciamiento de la comunidad indígena, donde se pide no se apruebe el proyecto, porque de lo contrario sonarían “los tambores de guerra”.
REALIZAN MARCHA
Paralelo a la presentación del estudio de impacto ambiental, por las calles de San Juan de Oriente se realizó una marcha en protesta por la intención de ejecutar el citado proyecto.
Niños y jóvenes, principalmente, desfilaron con mantas y pancartas alusivas al cuidado de la laguna de Apoyo y en rechazo a Huellas de Camino. Algunos de ellos incluso se disfrazaron de animales que habitan el cráter de la laguna, haciendo un llamado al daño que se haría al ecosistema de esas especies.
Saturnino Salazar, habitante de San Juan de Oriente y uno de los promotores de la marcha, expresó que los pobladores “quieren que la laguna se preserve, que se respete, que se respete la flora y la fauna que existe”.
“Es un proyecto de condominios para extranjeros que ningún beneficio le va a traer a la población. Una de las pilas (donde se almacena agua) del municipio está en el centro del proyecto, por lo cual la población ya no tendría acceso a ello”, afirmó.
El Marena será el responsable de aprobar o rechazar el proyecto. La delegada departamental de esa institución, Carla Bolaños, no quiso dar declaraciones al respecto.
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