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María Haydeé Brenes F.

Ganarle al cáncer

Hace frío. Tengo cinco minutos sentada en esta sala a la espera que doña Thelma —una enfermera regordeta que atiende con mucho cariño a todos los pacientes que llegan— me indique sí ya ha llegado Xiomara, la paciente a quien acompañaré mientras recibe el tratamiento de quimioterapia, que viene de Chinandega.

Hace frío. Tengo cinco minutos sentada en esta sala a la espera que doña Thelma —una enfermera regordeta que atiende con mucho cariño a todos los pacientes que llegan— me indique sí ya ha llegado Xiomara, la paciente a quien acompañaré mientras recibe el tratamiento de quimioterapia, que viene de Chinandega.

Son las doce del mediodía y cuando la puerta se abre entra un olor a frituras que despierta mi estómago. Comienza a gruñir. Tengo hambre. Quizás sea la única que sienta ese deseo de comer, pues la mayoría de las mujeres que me acompañan me han dicho que comen porque deben hacerlo pero sienten que han perdido el gusto.

Estoy en la sala de quimioterapia del Hospital Su Médico, uno de los cuatro centros privados que atienden a personas aseguradas del INSS que luchan por librarse del cáncer.

Vienen a este centro asegurados de todas partes del país a tratarse. Aquí en particular casi todas las que se atienden son mujeres, pero hoy en la sala de quimioterapia donde me encuentro con Xiomara que está lista para iniciar su sesión, hay un hombre de 33 años que está comenzando el tratamiento para erradicar un cáncer en el cerebro, que fue extirpado en su mayoría en una cirugía realizada en Cuba.

Su esposa me cuenta la experiencia, considero una especie de catarsis para esta mujer de hermosos ojos verdes que me dice todo lo que sufre el hombre que dormita, al que decidió escoger para compañía el resto de su vida, tras cada sesión y que cierra su testimonio afirmando: “Él está más fuerte que yo, yo trato de no llorar pero es imposible viéndolo así”.

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No tengo que abrir la boca para animarla, dos señoras más que han escuchado le aseguran que si él no está desanimado, no se morirá porque “el cáncer no mata, el desánimo sí”.

“Cuando a mí me dijeron cáncer —comenta una de las señoras que lleva el cabello recogido en una gruesa cola— pensé ahora me voy a morir. ¿Qué va a pasar con mis hijos? Yo no me quiero morir, que me arranquen lo que tengan que arrancar, pero no me quiero morir”.

“Cuando vine a la cita con el médico que me atendió, le dije eso y me respondió sonriente y quién te dijo que te ibas a morir, eso me animó porque dije este hombre sabe lo que dice y aunque se me cayó el pelo y use pelucas soy una sobreviviente”, asegura.

El cáncer es considerada la segunda causa de muerte en América Latina por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), después de las enfermedades cardiovasculares. Muchas personas cada día se conciencian de la importancia de los chequeos, pero en Nicaragua algunas ONG como Infancia sin Fronteras destacan en un estudio publicado este año que siguen siendo las mujeres rurales y con poca educación las víctimas de esta enfermedad.

“Yo siempre tuve controles, cada año y me di cuenta a tiempo, pero fue una etapa difícil y mis compañeras de lucha me infundían mucho ánimo y gracias a Dios te puedo decir que el cáncer fue superado y me siento renacida”, comenta Gioconda, quien hace un año venció al cáncer.

No dudo del ánimo que se infunden unas a otras pues en la sala, doña Xiomara pensó que estaría más fuerte para conversar durante la quimio pero no fue así, ha mantenido los ojos cerrados desde los primeros cinco minutos de aplicación y es allí donde ella se encuentra adormecida que llegan los saludos y comentarios “que linda tu pañoleta”, “te ves mejor”, “descansa que el sueño embellece”.

Afuera cuando casi voy de salida, me encuentro con un grupo de mujeres que juntas van a una sesión de radioterapia, viajarán las seis en una ambulancia, pero con sus risas y bromas parece que van a divertirse, pues el ánimo no les falta y en esta sala el juego de todas es ganarle al cáncer. b

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COMENTARIOS

  1. Dr. Fulvio T. Azorla
    Hace 13 años

    El cancer no mata, la quimioterapia si. Todo el mundo sabe q las radiaciones producen cancer. Generalmente la gente q trabaja en Rayos X mueren de cancer. Asi, la quimioterapia produce cancer. La medicina moderna es la causa de canceres por todos lados. El cancer no viene de afuera. Se expresa en el cuerpo y es el resultado de decadas de respirar y comer impurezas ademas del estres diario. No hay que luchar contra el cancer, hay que aceptarlo, solo despues de eso, el cancer desaparece.

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