El Gobierno y los medios de comunicación de Costa Rica tienen una campaña en contra de Nicaragua, aduciendo que el límite entre ambos países es la margen derecha de la desembocadura del río San Juan. Lo que no explican es la ubicación de esa desembocadura.
Éste es el razonamiento del comandante Edén Pastora, encargado de dragar la zona del conflicto, que pertenece a Nicaragua según el laudo Cleveland, un documento que tampoco citan textualmente en Costa Rica.
Pastora se preguntó ayer por qué los vecinos del sur no citan el contenido de los Laudos.
En ese sentido recordó que las delimitaciones establecidas en el año 1900, por recomendación del ingeniero árbitro Alexander, dice textualmente que la “línea divisoria entre Nicaragua y Costa Rica queda definitivamente demarcada desde el punto de vista del Atlántico, en Punta de Castilla, en el lugar designado en el Laudo en el primer laudo arbitral y continúa marcándose con la margen derecha de la costa de Harbour Head (ahora llamada laguna de Los Portillos) y sigue con la margen derecha del primer caño que se encuentra allí; y continúa con la del río San Juan”.
El contenido completo de esta resolución de 1900, que ambos países ya habían aceptado la firma del Tratado Caña-Jerez, está recogido en el libro Las Fronteras de Nicaragua y Costa Rica en los documentos históricos .
“Por lo tanto, este pedazo, que dicen los ticos que les pertenece, es en realidad de Nicaragua, no puede ser de otra manera, porque antes allí era navegable… por eso no establecieron la frontera del río Colorado, pero eso no lo explican los ticos”, comentó Pastora.
“Lo que pasa es que hablan como si la frontera quedara en el Sarapiquí, que nada tiene que ver”, dijo el comandante que ayer se rectificó ante LA PRENSA, en cuanto a la ubicación de la draga.
Éste y otros documentos históricos referidos a la frontera, son en apariencias las cartas que tiene Nicaragua para sus argumentos ante la Corte Internacional de La Haya. Sin embargo, en Nicaragua las autoridades continúan en silencio, la única reacción oficial, hasta ahora, aparte de la de Pastora, ha sido la carta de protesta que la Cancillería nicaragüense envió a Costa Rica y que ha causado revuelo en el vecino país.
DRAGA EN EL RÍO
En días anteriores, Pastora había señalado con un mapa en mano que la draga estaba en el sector de la laguna de Harbour Head, pero ayer el ex guerrillero sandinista aseguró que la draga está sobre el río, y que la ubicación anterior que él mismo había mostrado a este Diario fue una equivocación de su parte.
“Es el río el que se está dragando”, explicó Pastora.
CHINCHILLA IRÓNICA
La Presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, dijo ayer que “a nuestros vecinos de Nicaragua se les olvidó dónde queda su frontera, quién es su vecino y dónde se ubica el río San Juan”, según el diario La Nación de ese país.
Chinchilla continuó hablando contra Nicaragua, pero sus críticas se volvieron hacia ella, porque tampoco explicó dónde queda la frontera, y no citó el laudo Cleveland.
Pastora, que conoce la zona como pocos nicaragüenses, aprovechó para explicar que la draga todavía se encuentra trabajando en el cauce del río San Juan, y que los lodos se están depositando en la margen izquierda o norte del caño que separa al San Juan de la laguna Harbour Head, basado en el laudo Cleveland, razón por la que los costarricenses no realizaron acciones en su contra cuando invadieron Nicaragua.
Una prueba de que Costa Rica todavía no sabe lo que reclama, es que la Cancillería de ese país está examinando el tema con especialistas en geodesia, geografía y cartografía, para tener certeza si le pertenece a su país la finca Aragón, donde hubo denuncias contra Pastora.
En una sesión de varias horas, según la cancillería tica, se analizaron documentos, fotografías, mapas y estudios, y se repasó la cartografía.
La ofensiva mediática costarricense, a la que se refiere Pastora, tuvo ayer en un nuevo episodio: el diario La Nación, el más leído, dedicó su editorial al dragado en el río San Juan.
El editorial, en la misma línea de algunos funcionarios ticos que aseguran que Nicaragua quiere cercernarles territorio, planteó que “todas las evidencias físicas apuntan a la apertura de una trocha capaz de desviar el cauce del río a la primera crecida, con lo cual cercenaría un par de kilómetros cuadrados al territorio nacional y despejaría la ruta fluvial para facilitar la navegación hacia el Atlántico”.
Y cuestiona que el propósito de Daniel Ortega con este conflicto es lograr un rédito político, frente a los comicios de 2011.
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