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Alejandro A. Tagliavini

Las futuras generaciones no lo recordarán

Néstor Kirchner tuvo méritos invalorables: fue esposo y padre, y esto no tiene precio.

Pero, el ex presidente fallecido es otra historia. Gracias a Dios los humanos tenemos un mecanismo sicológico selectivo que, con el tiempo, nos hace olvidar lo malo y recordar lo bueno. Un amigo se quejaba de que los jóvenes desconocían la historia del país y que cada vez les importaba menos, absorbidos por la tecnología como internet y demás, y lo cierto es que esto se profundizará cada vez más.

Sucede que la “historia” oficial (la que impone el Gobierno con sus programas “educativos”) es la del Estado, que no es sino el monopolio de la violencia, supuestamente dedicado a defender a la sociedad. Es la historia de la violencia: guerras de “independencia”, en “defensa propia”, llenas de generales victoriosos y “epopeyas” sangrientas. Es la apología de la violencia que cansa a los jóvenes que, interiormente, saben que es siempre destructiva de la vida que ellos aman.

Es cuestión de tiempo, las nuevas generaciones llegarán a desconocer completamente estas “epopeyas” y estos “héroes”, incluidos los gobernantes que utilizaron este monopolio estatal para “ordenar” a la sociedad, a diferencia del mercado natural donde compradores y vendedores (las personas) se ponen de acuerdo voluntariamente sin imposiciones coactivas. Y el ex presidente no es excepción. Su gobierno fue, probablemente, uno de los más autoritarios en Argentina, y este uso de la violencia estatal provocó un enorme daño.

El gran aumento de la delincuencia demuestra que la pobreza y la marginalidad crecieron notoriamente promoviendo el delito. Medido en dólares (dada la devaluación del peso), y suponiendo ciertos los datos oficiales, el PIB descendió 5 por ciento entre 1998 y 2009. Según la Fundación Atlas con datos de la UNCTAD, entre 2000 y 2009 el PIB per cápita de Brasil aumentó (de US$3,360 a 8,220) 144.64 por ciento, el de Chile (de US$4,728 a 9,525) 101.46 por ciento, Colombia (de US$2,50 a 5,087) 148.15 por ciento y el de Argentina bajó (de US$7,778 a 7,725) -0.68 por ciento.

Durante el gobierno de Kirchner (desde 2003) los precios internacionales de los granos aumentaron 85 por ciento en promedio. Como las materias primas hacen a más del 45 por ciento de las exportaciones argentinas se explica el “crecimiento a tasas chinas” (8.5 por ciento anual), muy exagerado por el Gobierno. Sí hubo un aumento en algunos sectores, pero el PIB en general subió mucho menos de lo que debería y casi sin incidencia en los pobres, que son los que primero deberían haber mejorado. Sí se enriquecieron los amigos del poder. La pobreza supera al 25 por ciento de la población. El Estado, vía impuestos a las exportaciones de granos (“retenciones”) recauda el equivalente a la alimentación para 120 millones de personas, pero el gobernador de Misiones reconoció que, sólo en su provincia “ya murieron 206 chicos por desnutrición este año”, no los mató el ex presidente, pero fue el principal responsable, aunque no haya sido su intención.

En cuanto al escenario político, la desaparición del hombre fuerte del oficialismo abre un panorama complicado. El ala neofascista, incluido el gremialismo, amenaza con que no dejarán que retroceda ni un paso “el modelo”, que la presidente podría profundizar aprovechando este momento de apoyo moral casi unánime. Lo que está claro es que el peronismo, como todo estatismo que maneja un poder exagerado, se zambullirá en una lucha despiadada.

El autor es Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California.

Opinión Néstor Kirchner archivo
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