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Mea culpa de Obama ante paliza electoral

El presidente estadounidense Barack Obama admitió ayer que sufrió una “paliza” con la victoria electoral de los republicanos en las elecciones de medio mandato, debida según él a “la gran frustración” de los ciudadanos por el mal estado de la economía.

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WASHINGTON/ AFP y EFE

El presidente estadounidense Barack Obama admitió ayer que sufrió una “paliza” con la victoria electoral de los republicanos en las elecciones de medio mandato, debida según él a “la gran frustración” de los ciudadanos por el mal estado de la economía.

En tanto, los republicanos de la Cámara de Representantes renovaron ayer su promesa de corregir la agenda reformista de la Casa Blanca, incluyendo la anulación de la reforma a la salud, convencidos de que su “barrida” electoral es un mandato de los votantes.

Los republicanos, que hace dos años parecían hundidos, resurgieron espectacularmente el martes para adueñarse de la Cámara de Representantes y acercarse estrechamente a la mayoría demócrata en el Senado.

[doap_box title=”Hito hispano” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]

  • La comunidad hispana marcó un hito en su participación cívica en Estados Unidos al elegir a un total de ocho republicanos latinos en el Congreso. A la espera de resultados oficiales, los hispanos podrían sumar 27 escaños en ambas cámaras.
La 112 sesión del Congreso, que se formará en enero próximo, contará con ocho republicanos latinos, que incluye a seis que ganaron su primera contienda ante el Legislativo.

Marco Rubio se convertirá en el único republicano latino en el Senado tras la jubilación de Mel Martínez. Del lado de la Cámara de Representantes, los nuevos republicanos latinos serán Raúl Labrador, del primer distrito de Idaho; David Rivera, del 25 distrito de Florida; los empresarios Bill Flores y Francisco Canseco, de los distritos 17 y 23 de Texas, respectivamente, y Jaime Herrera, la primera latina en representar al estado de Washington, por el tercer distrito.

Estos seis republicanos se sumarán a los representantes republicanos de Florida, Ileana Ros-Lehtinen y Mario Díaz-Balart.

Ros-Lehtinen ha sido popular desde hace mucho entre demócratas, republicanos e independientes, y esta reelección fue mucho más significativa.

De convertirse en presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara, donde actualmente es la republicana de más rango, jugaría un papel influyente en la política exterior del país, especialmente en oposición a cualquier intento futuro de mejorar las relaciones con el Gobierno de La Habana.

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Los republicanos lograron el martes su victoria más significativa en la Cámara baja de los últimos 60 años, al ganar al menos 60 escaños, cifra muy por encima de la que necesitaban para hacerse con la mayoría que pretende poner contra las cuerdas la agenda de Barack Obama.

Los recuentos indican que los republicanos tienen asegurados 239 escaños de los 435 que componen la Cámara. Los demócratas tienen 185 y los once restantes están en disputa. La mayoría se alcanza con 218.

En el Senado, los demócratas consiguieron mantener su mayoría simple ya que, a estas alturas y con tres de los 37 escaños que estaban en juego aún sin adjudicar, los demócratas tienen 51 puestos mientras que los republicanos 46.

Tradicionalmente el partido en la Casa Blanca pierde escaños en el Congreso en las elecciones de medio mandato, pero el cambio de 60 escaños en la Cámara de Representantes no se vivía desde 1948.

“No le recomiendo a ningún presidente futuro recibir la paliza que recibí la noche pasada”, afirmó ayer Obama en su comparecencia.

“Creo que tenemos que asumir la responsabilidad directa por el hecho de que no progresamos tanto como hubiéramos querido” en la recuperación económica y la creación de trabajos, añadió.

Ahora el presidente aseguró estar dispuesto a trabajar con la oposición para la disminución del déficit público, uno de los temas mencionados repetidamente por votantes para expresar su frustración.

Pero advirtió: “Creo que eso es una cuestión importante tanto para demócratas y republicanos”.

El Congreso y el Presidente deberían “escuchar ante todo al pueblo estadounidense”, había advertido previamente John Boehner, el futuro jefe republicano en la Cámara de Representantes, en rueda de prensa.

“Esperamos que el Presidente vaya a respetar la voluntad del pueblo, cambiar el rumbo y comprometerse en hacer los cambios que (los estadounidenses) demandan”, dijo Boehner.

Obama habló telefónicamente con Boehner y con el líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell.

“Estabilizamos la economía. Creamos empleos en el sector privado”, se defendió Obama.

Sin embargo, “los estadounidenses no sienten los efectos de esos progresos”, se lamentó.

El Presidente lució serio y en ocasiones tenso ante las preguntas de la prensa.

Obama se negó a admitir que quizás parte de la causa de su derrota se deba a la agenda claramente progresista de su gobierno.

“Creo que en los últimos dos años tomamos una serie de decisiones muy duras, pero que eran correctas en términos de hacer avanzar el país”, explicó el mandatario, quien prometió de todas formas “reflexionar” sobre el resto de sus objetivos a mediano plazo.

Con menos de dos años en el poder, la agenda de Obama luce muy comprometida. El Congreso tenía pendientes importantes reformas, como la energética y la educativa.

REFORMA MIGRATORIA PARECE MÁS LEJANA

La reforma migratoria integral aparece muy lejana, a pesar de que el aún líder demócrata en el Senado, Harry Reid, prometió que volvería a plantear un debate sobre una iniciativa muy limitada, el Dream Act, para legalizar a los estudiantes indocumentados.

El 62 por ciento de los votantes afirmaron que la situación económica era la principal de sus preocupaciones. Ese enojo benefició en particular al Tea Party, un movimiento ultraconservador que provocó un auténtico sismo político tras su nacimiento hace año y medio.

Las personas de la tercera edad, las mujeres, los blancos y los independientes se alejaron de los demócratas; los jóvenes simplemente no acudieron a las urnas, según los analistas. Tan sólo los afroamericanos y los hispanos demostraron ser un apoyo sólido para los demócratas.

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