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Lo nacional y lo político en el caso del San Juan

Sin duda que la imagen política de Daniel Ortega se está favoreciendo con el nuevo planteamiento costarricense del problema del río San Juan y la consiguiente resanjuanización de las relaciones entre los gobiernos de Costa Rica y Nicaragua, después que se creía que con la nueva presidenta tica, Laura Chinchilla, todo iría mejor que con el gobierno de Oscar Arias Sánchez.

Por su condición de Presidente de Nicaragua, Daniel Ortega representa necesariamente a todo el país, en la defensa gubernamental de la soberanía nacional y del derecho de dragar el río San Juan en beneficio del interés nacional. De allí que todos los sectores de la sociedad nicaragüense hayan respaldado el enfrentamiento diplomático del gobierno de Daniel Ortega con el de Costa Rica y su planteamiento de que el escenario más idóneo para dirimir esta disputa no es la OEA sino la Corte Internacional de Justicia, de La Haya.

Sin embargo, algunos nicaragüenses expertos en el problema del río San Juan nos han dicho que no es conveniente para Nicaragua que este problema sea llevado a la Corte de La Haya. Aseguran que Nicaragua no tiene diferendo fronterizo con Costa Rica, en relación con el río San Juan, porque ya el tribunal internacional de justicia dictó sentencia sobre el caso. De manera que no hay ninguna razón para regresar a dicho tribunal con el mismo tema, alrededor del cual ya se dictó sentencia definitiva.

En realidad el problema fronterizo con Costa Rica en el ámbito del río San Juan, fue resuelto desde el 20 de diciembre de 1897 por el Laudo Alexander. A partir de entonces, de acuerdo con las especificaciones de ese Laudo se comenzó a colocar los mojones fronterizos, y aunque algunas de esas señales se perdieron con el paso del tiempo ——por descuido de las autoridades nicaragüenses, que deben ser las más interesadas en su mantenimiento——, las posiciones geográficas fronterizas son fácilmente localizables por medio del Sistema Global de Posición mediante satélite (GPS).

De manera que, nos han dicho esos conocedores de la problemática del río San Juan, si la línea fronteriza de Nicaragua con Costa Rica está claramente definida y sustentada en instrumentos de derecho internacional, incluyendo la sentencia definitiva de la Corte Internacional de Justicia de La Haya dictada el 13 de julio del 2009, entonces no es conveniente e inclusive podría ser peligroso para los intereses nicaragüenses, llevar a dicho tribunal el conflicto planteado ahora por Costa Rica, pues se podría dar pie para nuevas interpretaciones.

Sin embargo, otros expertos pertenecientes al Gobierno, a la oposición o independientes, quienes han apoyado la posición gubernamental de llevar este nuevo diferendo con Costa Rica a la Corte de La Haya, consideran que no habría en eso ningún riesgo porque la sentencia del año pasado tiene carácter de cosa juzgada y es irreversible. Y estiman que más bien se podría obtener del tribunal de La Haya, una resolución favorable a Nicaragua, en el sentido de que reafirme la sentencia del año pasado y que declare que el río Colorado es un “río internacional”.

Pero cualquiera que sea el escenario jurídico internacional en el que se tenga que dirimir este nuevo diferendo con Costa Rica —el cual seguramente no pasará a más, no porque en la actualidad sea imposible que una disputa fronteriza degenere en conflicto armado internacional, sino porque no hay condiciones políticas, militares, técnicas y materiales para que eso pueda suceder—, en el interior de Nicaragua debe quedar completamente claro que el respaldo de los distintos sectores sociales y políticos nicaragüenses es a la soberanía nacional sobre el río San Juan y al derecho de Nicaragua a dragarlo para recuperar su caudal histórico, no al político Daniel Ortega que aprovecha abusivamente todos los mecanismos y recursos del Estado, incluyendo el manejo gubernamental del problema con Costa Rica, para sustentar su ilegal e ilegítima pretensión de reelegirse, de perpetuarse en el poder y de consolidar la nueva dictadura que está tratando de imponer.

De manera que es muy oportuno en estas circunstancias recordar al más brillante, eminente e intransigente defensor jurídico y político de la soberanía nacional sobre el río San Juan en tiempos del somocismo, el doctor Luis Pasos Argüello, quien durante una de las recurrentes disputas fronterizas con Costa Rica expresara muy significativamente que: “Somoza es un dictador y me mantengo largo de él. Pero en este caso yo pelearía hombro a hombro y rifle en mano por defender el río San Juan”.

COMENTARIOS

  1. Rosa Isabel Flores Saballos
    Hace 13 años

    Si. tenemos todos los derechos sobre el rio San Juanamos clarisimos los Nicaraguenses. Pero tambien estamos mas que claros que el OPORTUNISTA de Ortega mando al loco PASTORA a tirar la piedra para que los Ticos brincaran y ahora el aprovecharse de nuestra naturaleza belica para hacerse el gran patriota, todo es un CIRCO bien montado. EL SAN JUAN ES NUESTRO, solo que a la hora de cuidar a nuestros conciudadanos alla corresponde a los Ticos educarlos, darles trabajo, salud y otras necesidades.

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