El proyecto de rehabilitación y modernización de las plantas hidroeléctricas Centroamérica y Santa Bárbara, ubicadas en el departamento de Jinotega, iniciará el próximo año, con lo que se pretende repotenciar y ampliar la capacidad y vida útil de estos dos sistemas de generación eléctrica, que combinados producen 100 megavatios.
Al año ambas plantas aportan al Sistema Interconectado Nacional (SIN) un promedio de 450 mil gigavatios, un 16 por ciento de la demanda de energía que tiene el país en las horas picos, que es de 540 megavatios.
El proyecto tiene un costo de 65 millones 775 mil 896 dólares y en su mayoría es financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), instancia que desembolsó 34 millones de dólares, y el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), que destinó 25 millones 400 mil dólares. Además de una contrapartida de 6 millones 385 mil 896 dólares que aportó el órgano ejecutor de la obra, la Empresa Nicaragüense de Electricidad (Enel).
EMPRESA ITALIANA
La firma de los contratos para la ejecución del proyecto se realizó ayer en las instalaciones de Enel. La empresa que se encargará de todo el mantenimiento e instalación de nuevos equipos en las plantas será la italiana Franco Tosi (SPA).
En el evento estuvieron presentes autoridades del Ministerio de Energía y Minas (MEM), la Empresa Nacional de Transmisión Eléctrica (Enatrel) y representantes de la empresa italiana.
Ernesto Martínez Tiffer, presidente ejecutivo de Enel, explicó que la rehabilitación de estas plantas estará dividida en varias etapas, considerando que ambas tienen unidades independientes de generación (turbinas) de 25 megavatios, para garantizar que haya en el país generación hidroeléctrica.
Martínez señaló que cada turbina será rehabilitada de forma independiente, por un periodo estimado de ocho meses, y así darle el “mantenimiento necesario” para que pueda recuperar todo su potencial.
Durante este tiempo se mantendrá desconectada del SIN.
“Las plantas tienen más de 40 años de estar en funcionamiento y solamente se les ha dado mantenimientos menores. Esta vez requieren de una evaluación e inspección a fondo, para verificar su estado actual en lo referido a la parte eléctrica y mecánica (rotores y extractores). Rehabilitar una planta de estas requiere de tiempo y recursos, experiencia y conocimiento, es por ello que se contrató a esta firma italiana de mucha experiencia en el campo”, añadió Martínez.
EQUIPAMIENTO MODERNO
Martínez destacó que la rehabilitación de las plantas incluye la instalación de equipos tecnológicos modernos, como los contadores digitales y sistema de indicadores del sistema de generación.
El funcionario afirmó que no habrá problemas por la energía que faltará al salir de operaciones cada planta, la cual será sustituida con energía térmica y la energía que producirán los ingenios azucareros con la biomasa y la energía eólica de Amayo.
“El Centro Nacional de Despacho de Carga será el encargado de hacer el balance y decidir con qué energía se sustituye el déficit que dejen las hidroeléctricas. Es el órgano que determina qué tipo de planta entrará a operar y a qué hora, por supuesto buscando un balance con respecto a precios y la demanda que haya en el país y la región”, apuntó.
Las remodelaciones de las hidroeléctricas incluye la construcción de un sistema de “baypass”, que consiste en la instalación de una tubería por donde descarguen las aguas que ya fueron utilizadas en la planta Centroamérica, para que sean vertidas en la cuenca de los ríos Cacao y Viejo. “Lo que se necesita es alimentar estos ríos para ampliar reservas de agua y tener mayor disponibilidad del recurso para la generación barata y limpia, que produce la planta Santa Bárbara”, indicó.
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