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La Escuela de Marimbas y Guitarras Flavio Galo celebra 15 años. Hoy es la promoción de 59 marimbistas de la escuela en el Polivalente del Hogar Zacarías Guerra. El domingo 5 de diciembre  será el concierto de gala en el Teatro Nacional Rubén Darío, dedicado al maestro de marimba Alfonso Flores Calero “Tun Tun”.

A son de marimba

El combo de Pedro Pérez. Ése es su nombre artístico y el de su agrupación, así se presenta uno de los marimberos más populares de Monimbó. Pero el hombre pequeño de rasgos indígenas y bigote cantinflesco, además de ejecutarla, también “hace magia” en su taller al darle cuerpo y vida a la marimba. De sus 41 años, José Gaitán Pérez lleva 32 ejecutando la marimba y más de 20 fabricándolas.

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Fotos de LA PRENSA/ Tomás Stargardter / Manuel Esquivel

El combo de Pedro Pérez. Ése es su nombre artístico y el de su agrupación, así se presenta uno de los marimberos más populares de Monimbó. Pero el hombre pequeño de rasgos indígenas y bigote cantinflesco, además de ejecutarla, también “hace magia” en su taller al darle cuerpo y vida a la marimba.

De sus 41 años, José Gaitán Pérez lleva 32 ejecutando la marimba y más de 20 fabricándolas.

“Para mí la marimba es una herencia, mi familia, mi machete y sin ofender a mi señora, es como otra mujer en mi vida”, dice Pedro Pérez. “Te enamorás del instrumento y querés conocer qué significa, qué representa, de dónde viene; pero no todo está escrito, yo sé lo que me dijeron mis abuelos. La marimba viene de África, el teclado es de ellos, las cajas de resonancia vienen del norte de América, que antes eran calabazas o jícaras. Pero nosotros aquí en Nicaragua la hemos adoptado con arco, como el instrumento elemental que cargás y llevás a todos lados y que te sentás a tocar donde sea”.

En su hogar la madera es como el pan de cada día. Pérez fue criado por sus abuelos al son de la marimba y ha criado a sus cuatro hijas con el dinero que gana de sus presentaciones y de la elaboración de este instrumento. Ocho mil córdobas por marimba de arco y 16 mil por marimba cromática. Pero los encargos son escasos y los toques contados.

La marimba de arcoes su especialidad. Es el instrumento de la música nacional por excelencia y con sus notas se han tejido miles de temas que resuenan en la memoria del pueblo de generación en generación. Es parte de la historia y cultura pues ha acompañado al nicaragüense desde los lejanos caminos de tierra, las plazas centrales e incluso en importantes teatros internacionales.

[doap_box title=”Ritmos lejanos, músicas cercanas ” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]

Sergio Ramírez Mercado en su obra Tambor Olvidado dedica un espacio a la historia de la marimba. Él reconstruye el recorrido de este instrumento y expone que se trata de la mezcla del teclado como aporte indígena y de los tecomates que hacen de caja de resonancia, éstos son africanos.
Señala que el instrumento de percusión habría llegado a México junto con los primeros esclavos africanos en 1548.

Cita el texto Música e instrumentos de Nicaragua donde se afirma que para el siglo XIX, la marimba se encontraba establecida en Nicaragua: “El sonido del instrumento es agradable y limpio en sus tonalidades, como la entonación de la cuerda metálica del arpa. Los indios logran las más exactas y dulces notas dobles y componen una tonada cascabelera de armoniosos acordes. Su talento para ejecutar este instrumento al oído es admirable; un día agarran la melodía más difícil y la ejecutan con gran expresión, acompañándolas con letras de sus propias cosechas”.

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Santiago Ñurinda, historiador y tradicionalista del barrio indígena de Monimbó, comenta que “todos dicen que (la marimba) viene de África, tiene sentido pues es de percusión, sacar el ritmo del golpe como en las tribus. Eso sí, la marimba de arco es nuestra”.

En su lista de marimberos tradicionales está la familia Palacios, del difunto músico Elías Palacios. Su familia continúa la tradición de ejecutar y fabricar marimbas, sobre todo de arco. Trinidad Dávila “El Machito” y Encarnación Putoy “El Canchim” son para él otros referentes.

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Pedro Gaitán Pérez ha compartido con su familia el amor y el arte de elaborar y ejecutar la marimba.

La marimba diatónica o de arco se ha quedado en Nicaragua y representa ahora uno de los elementos más importantes del folclor. 22 teclas (o menos) que se abrazan a una armazón de madera con hilos de nylon y manila, cada una con su caja de resonancia. A un costado de la parte inferior de los cilindros de madera que le sirven de garganta, un trozo de tripa de cerdo adherida con cera se convierte en la boca que vibra y canta al compás del golpeteo. Dos, tres o cuatro bolillos que acarician sus costillas con fuerza, pasión y precisión. El arco que le da el nombre y que le permite viajar en los hombros de su ejecutor o recostarse en sus piernas cuando ha llegado la hora de cantar.

“Yo crecí viendo a mi abuelo tocar marimba y así aprendí. Comencé a trabajar en su taller y ahora me gano la vida con su música, quiero que mis hijas sean profesionales pero que no dejen esto que nos representa”, cuenta Pedro Pérez mientras muestra una de sus creaciones en el taller donde trabaja con su hermana y su sobrino.

“Uno necesita estudiar un poco de música para entender mejor el instrumento, saber de afinación, solfeo para manejar las notas que se pueden ejecutar. Al principio solo podía ejecutar la de arco, que es diatónica y solo se puede ejecutar en ‘Re’ mayor y más las combinaciones que uno hace para tocar música folclórica, pero después me interesé en la cromática que cuenta con todas las escalas musicales como un piano artesanal pues, y entré a una escuela de marimbas donde aprendí y enseñé… ahora le doy clasecitas a mis hijas cuando tengo chance”, agrega.

La Escuela de Marimbas Flavio Galo es única en su tipo, en Managua. Esta casa de música instruye en guitarra y marimbas, pero tiene como misión fundamental priorizar la parte cultural.

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Según Elizabeth Galo, directora fundadora de la Escuela de Marimba y Guitarra Flavio Galo, el reto era rescatar la práctica musical, popularizar y hacer más versátil su ejecución, inculcar en la juventud el amor por la música nicaragüense por medio del instrumento.

En 15 años de trabajo sienten haberlo logrado. Alfonso Flores Calero “Tun-Tun” y Elizabeth Galo están al frente de este proyecto que toca puertas con sus bolillos para poder seguir trabajando.

Las hermanas Calderón con su grupo Maralej y los cuatro del Solar, Evenor González, de Momotombo, y Carlos Luis Mejía, son algunos de los nombres más conocidos de los alumnos que han pasado por esta escuela y han incorporado la marimba en diferentes estilos musicales. Música clásica, cumbia, rock o electrónica, la marimba siempre será una excelente combinación.

Hace dos décadas Flavio Galo fue el primer alumno del maestro de marimba “Tun Tun” y además de buena música el resultado de su unión fue un proyecto de enseñanza y un sueño compartido que con la muerte de Flavio Galo, en 1994, estuvo varado un par de años.

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En septiembre de 1996, Elizabeth, hermana de Flavio Galo, invita al maestro “Tun Tun” a retomar el proyecto. Con dos marimbas y ocho alumnos de 8 y 9 años de edad, nace la escuela en Casa Comunal de la Colonia Nicarao, el barrio de infancia de los Galo.

Actualmente la cantidad de alumnos de la Escuela de Marimba y Guitarra Flavio Galo ronda los 200, más de 20 instructores de marimba que se han formado en ese lugar. 24 marimbas cromáticas que resuenan todos los fines de semana en un salón que el Hogar Zacarías Guerra les facilita. Niños, adolescentes y jóvenes internos de este hogar reciben gratuitamente clases de marimba o guitarra junto al resto que se ha dejado llevar por el encanto de este instrumento que hace las maderas cantar.

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