El informe el Icefi indica que en el 2010 las pérdidas por el efecto del cambio climático en la región significan 10 mil millones de dólares, 0.7 por ciento del PIB regional.
Se le señala a los gobiernos de la región como uno de los grandes desafíos para el desarrollo, al igual que a la gobernabilidad, la transformación productiva y el manejo de la deuda.
Grandes daños en infraestructura de viviendas, carreteras, miles de damnificados que han dejado a su paso las tormentas tropicales, huracanes, así como terremotos y las necesidades alimentarias por las pérdidas de las siembras, ya sea por la sequía o por temporales lluviosos.
El Icefi expone las necesidades presupuestarias en cada país como un enorme peso en los sectores más pobres. Por tanto llama la atención a los gobiernos a considerar dentro de la política fiscal las medidas de prevención, adaptación y mitigación para que dispongan de recursos suficientes ante las emergencias que son recurrentes.
Lo señalan como un obstáculo al desarrollo.
En el caso de Honduras y Nicaragua son los casos más dramáticos de vulnerabilidad. Honduras está en el número dos y Nicaragua en el cinco, a nivel mundial.
Eso nos da la magnitud de riesgo. Y eso implica que se debe hacer una política fiscal que en el nuevo lenguaje del medio ambiente se llama política fiscal verde.
¿Pero de dónde obtener esos recursos?
En primer lugar que implique establecer impuestos a aquellas actividades que más deterioran el medio ambiente, como el uso de plásticos. En los países desarrollados todo lo que contaminan, por ejemplo los autos que producen mayores niveles de contaminación tienen mayores impuestos como un mecanismo de compensación.
En nuestros países la deforestación es tremenda, pero ahora hay una oportunidad para mitigarla y tener recursos para ello porque los países desarrollados que saben que el cambio climático está teniendo un fuerte impacto en las economías, están poniendo a disposición muchos recursos para evitar la deforestación.
Además exigir que las empresas presenten estudios de impacto ambiental, pero que sean validados por expertos y no que se trabajen debajo de la mesa con los Gobiernos.
Si los países saben que van a ser golpeados por un huracán, inundaciones, el Estado debe ser previsor y tener recursos en el presupuesto para poder cubrir cualquier emergencia.
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