Honduras dejó abierta ayer la posibilidad de denunciar a Nicaragua ante la Organización de Naciones Unidas (ONU) y el Sistema de Integración Centroamericano (SICA), por el supuesto ingreso de armas de guerra y hombres con entrenamiento militar, que llegarían a entrenar a hondureños para que desarrollen acciones de desestabilización contra el gobierno de Porfirio Lobo, al que el presidente Daniel Ortega aún se resiste a reconocer.
Medios de comunicación hondureños publicaron declaraciones del ministro de Seguridad de Honduras, Oscar Álvarez, quien este miércoles denunció que “la Policía y el Ejército tienen evidencias del ingreso de armas de guerra como (fusiles) AK-47, M-16 y posiblemente otras armas más potentes que pudieran estar siendo utilizadas por grupos que quieren desestabilizar la democracia en nuestro país”, afirmó Álvarez. Sin embargo, el funcionario no mostró pruebas de su denuncia.
Según el ministro Álvarez, han recibido información de que dichas armas han ingresado a territorio hondureño en contenedores procedentes de Nicaragua.
El jefe de Relaciones Públicas del Ejército de Nicaragua, coronel Juan Ramón Morales, dijo ayer por la tarde desconocer la denuncia. Además, que en el caso de oficializarse por las vías correspondientes, no será la institución armada la indicada para referirse al tema, sino la Cancillería o el Gobierno mismo.
Por su parte, el subdirector de la Policía Nacional, comisionado general Javier Maynard, dijo que esa institución no tiene información de inteligencia que indique que en el territorio nicaragüense se prepare militarmente a hondureños, como aseguran medios de comunicación hondureños.
Tampoco que de Nicaragua se esté trasladando armas de guerras para desestabilizar el vecino país. Maynard dijo que esa afirmación es totalmente falsa y agregó: “A la fecha no tenemos mayor información al respecto”.
Con esta denuncia Honduras se suma a la estrategia que inició hace unos días Costa Rica al emprender una batalla legal primero en la Organización de Estados Americanos (OEA) y luego en la Corte Internacional de Justicia de (CIJ) de La Haya, por los trabajos de dragado que Nicaragua realiza en el río San Juan, que, además de tensionar las relaciones entre ambas naciones, han provocado que algunos países del istmo tomen partido en apoyo a Costa Rica.
El ministro Álvarez durante su comparecencia no proporcionó pruebas de la denuncia, pero se refirió al tema un día después que el presidente Lobo ordenara el despliegue de cientos de policías y militares a la zona del Aguán, ubicada a unos 600 kilómetros al noreste de la capital hondureña.
El presidente Lobo justificó el despliegue militar asegurando que en esa zona hay cientos de armas en poder de civiles, por lo que “vamos a estar el tiempo que sea necesario con la cantidad de personal que sea necesario” en la zona.
“También tenemos información (…) que se están reclutando hondureños para ser capacitados fuera del país y esto también lo estamos investigando y parte de la operación que estamos llevando a cabo en el Bajo Aguán”, indicó el ministro, que a la vez aseguró que “han muerto tres personas porque no necesariamente quieren ir a recibir el entrenamiento fuera del país”.
En tanto, el diario La Tribuna de Honduras publicó ayer que autoridades de la Secretaría de Seguridad informaron que las unidades de inteligencia de la Policía Nacional investigan la supuesta participación de unos 3 mil ciudadanos de origen nicaragüense que “capacitan” a grupos armados en la zona del Bajo Aguán.
El ministro Álvarez explicó que los operativos de desarme que iniciaron desde el pasado 17 de noviembre en la zona se han intensificado en los últimos días. “Tienen que ver con el desarme y también para buscar y encontrar estas armas que están entrando al país”, justificó Álvarez, y añadió que hasta el momento se desconocen los lugares exactos donde están las armas y las personas que estarían siendo entrenadas, por lo que pidió “paciencia” a la población.
En declaraciones a La Tribuna el ministro Álvarez detalló que “han estado moviéndose hacia Nicaragua, lo cual es una preocupación pues ya en el pasado, de los años ochenta, los hondureños fueron reclutados, llevados a Nicaragua y entrenados en Cuba en Pinar del Río, para tratar de desestabilizar el orden y la democracia en nuestro país”, explicó.
“No sabemos si el Gobierno de Nicaragua tiene o no conocimiento, pero sí sabemos que están moviendo personas hacia el territorio nicaragüense para ser capacitados y entrenados en el uso de armas de guerra”, aseveró Álvarez.
El titular de Seguridad añadió que “se han girado instrucciones y pedido apoyo a Migración, para que cualquier persona extranjera que se encuentre en el país se identifique y explique el propósito de su estadía en ese lugar ( ), de tal forma que si no justifica su presencia o (cuenta) con pasaportes falsos, sea detenida y procesada de conformidad con la ley”.
Las autoridades aseguran que las primeras pesquisas del caso han revelado que las armas que circulan en la zona del Aguán habrían ingresado vía terrestre por la frontera con Nicaragua, ocultas en furgones o contenedores.
“Lamentamos que estén utilizando la buena fe de los importadores, que agarran cargas y ahí podrían venir supuestos repuestos, pero lo que traen son armas”, expresó el ministro Álvarez.
Según La Tribuna , el titular de la cartera de Seguridad adelantó que Honduras espera la confirmación de la presencia de “gente preparándose con la intención de desestabilizar el país”, para elaborar un informe y plantear el conflicto ante la ONU.
Las autoridades también investigan la participación de extranjeros en las marchas que se realizan con cierta frecuencia en el norte del país.
Aunque la Cancillería hondureña no se ha pronunciado de forma oficial sobre el tema, Álvarez también dejó abierta la posibilidad de denunciar el hecho ante el Sistema de Integración Centroamericano (SICA), del que, por la resistencia del presidente Daniel Ortega, Honduras sigue suspendida desde la remoción del poder del ex presidente Manuel Zelaya.
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