Hace algunos días visité una librería y compré un libro cuyo valor era de 396 córdobas. No sé cómo harán las cuentas los libreros, pero me llamó la atención la cifra y decidí guardar la factura para preguntar algún día y satisfacer mi curiosidad.
Por pura coincidencia ese mismo día leí un brochure de la Coordinadora de Organismos que trabajan con la Niñez (Codeni) con el sugestivo título de “ALERTA” y que resumía datos sobre la situación de la educación en Nicaragua. Observé que la inversión que el Estado hace anualmente en un alumno de educación preescolar era de 396 córdobas, o sea exactamente la misma cantidad que pagué por mi libro.
De alguna manera la coincidencia compensó mi curiosidad: El valor de un solo libro, es el equivalente a lo que este Gobierno invierte en todo un año en la educación de un niño.
La comparación sería más cruel, si pensáramos sobre otras cosas ¿qué podrían costarnos 396 córdobas: una media de ron servida? ¿8 litros de cerveza? ¿Un churrasco en un restaurante de lujo? ¿una botella de vino? ¿O el pago de un día de derecho de un rótulo de propaganda política en una de las calles de Managua?
Según los expertos en educación, la formación de una persona se inicia desde la edad temprana. Es decir, entre los 3 y los 6 años. En esta edad se produce, según los sicólogos una “asimilación cognitiva”. Dicen: “Los niños son como una esponja”. Todo preguntan, todo quieren saber, aprenden a hablar, a leer, a socializar, y asimilan patrones de comportamiento, etc.
En otros países la educación preescolar ha sido priorizada por cuanto un niño con una formación débil, no contará con las herramientas necesarias para desarrollar una educación más avanzada.
En los planes de educación en Nicaragua no lo vemos así. Durante el año 2010, la inversión en educación preescolar fue el 1.5 por ciento del presupuesto total del Mined, o sea hubo una reducción del 25 por ciento en relación al 2009.
Durante este año, la inversión per cápita por alumno de preescolar fue de 18 dólares por año o sea 396 córdobas que dividido en los 365 días del año, representa aproximadamente un córdoba diario, o bien, en lenguaje popular estamos educando a nuestros niños “con un peso diario”.
Ésta es la inversión que el Estado de Nicaragua hace en un estudiante de preescolar, cifra que resulta irrisoria comparada con la inversión en un estudiante de universidad pública, cuya calidad en la educación ha sido severamente cuestionada.
Si este mismo ejercicio lo hacemos con estudiantes de secundaria, el resultado sería el siguiente: 1,376 córdobas anuales entre 365 días son apenas cuatro córdobas diario por alumno, educación que por su complejidad requiere de mayores recursos.
Para el año 2009, el número de estudiantes de preescolar, primaria y secundaria era de casi un millón ochocientos mil y para lo cual el Estado destinó un presupuesto de cinco mil millones de córdobas. En cambio para 80 mil estudiantes de universidades públicas (un cinco por ciento de la cifra anterior) se destinaron casi dos mil quinientos millones de córdobas.
La desproporción solo nos lleva a una conclusión: mientras el Estado y la sociedad no realicen cambios profundos en la inversión en Educación, no hay ninguna posibilidad de superarnos, y continuaremos dando vueltas en el triste círculo de la pobreza y la ignorancia y cuyos resultados los vemos reflejados todos los días en nuestra vida política, social y económica.
En resumen: Educando a nuestros niños con un peso diario, estaremos condenados al peor de los fracasos.
El autor es docente universitario y periodista.
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