CORRESPONSAL/JINOTEGA
- Juniette Salinas, junto a su mamá, Claudia, y demás miembros de la familia Salinas, de cinco miembros, estuvieron a punto de llevar la peor parte.
“Es bien peligrosa la situación en este sector, porque otros años ha pasado lo mismo, oímos un gran estruendo y si el poste hubiera sido más largo nos hubiéramos electrocutado”.
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Vendavales que azotan esta ciudad desde la madrugada del 1 de diciembre tumbaron dos postes de luz en la primera etapa del barrio Carlos Rizo, exponiendo al peligro a unos cien habitantes que viven en la margen izquierda, frente a un lote de tres manzanas, donde un productor siembra hortalizas.
La oportuna llegada de los bomberos, a eso de las 7:00 a.m. del miércoles, evitó desgracias, ya que los techos de varias casas donde cayeron los cables de alta tensión estaban energizados, por lo que la corriente eléctrica fue cortada para evitar problemas.
Uno de los postes impidió la pasada de vehículos, pues cayó a lo largo de la calle y otro estaba apenas sostenido, pero los cables y el medidor yacían en el suelo.
SE QUEJAN
El motociclista Manuel Peralta pasaba por el lugar cuando cayeron los cables de alta tensión, por lo que tuvo que frenar inmediatamente.
“Es una irresponsabilidad de Disnorte-Gas Natural, que postes podridos los tengan en servicio cuando hemos pasado más de un año solicitándole que los cambien, aquí pudo haber muertos, carbonizados o mutilados”, sostuvo.
LA PRENSA intentó conocer la versión de la gerente de Disnorte-Gas Natural, Carol Rivera, pero no fue ubicada.
Se conoció que ayer uno de los postes fue cambiado por uno nuevo, pero el otro —viejo según los vecinos— fue colocado en su mismo lugar.
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