CORRESPONSAL/ COSTA RICA
Costa Rica siguió elevándole el tono a Nicaragua, luego de la reiterada disposición del presidente Daniel Ortega de no sostener una reunión binacional bajo condiciones, como insiste el Gobierno de San José, que se ha molestado por los trabajados de dragado en el nicaragüense río San Juan.
El vicecanciller costarricense, Carlos Roverssi, quien meses atrás había dicho que Nicaragua debía pedir permiso a su país para dragar el río San Juan, reaccionó molesto ante la negativa de Ortega a una nueva propuesta tica de realizar una reunión binacional para el 20 de diciembre, siempre y cuando Nicaragua retire las tropas del Ejército de Harbour Head, en la desembocadura del San Juan.
“Nicaragua está tomando por pendejo a la OEA, Nicaragua está tomando por pendejo al derecho internacional, Nicaragua está asumiendo una posición muy peligrosa”, declaró el vicecanciller a la emisora ADN.
“Ellos saben que nosotros no somos pendejos, se los hemos demostrado en el pasado y se los podemos demostrar en el futuro, el problema es que esto no es de ser cobarde o no, es tener una convicción democrática, una convicción de paz o no tenerla”, añadió.
Nicaragua inició en octubre el dragado del río San Juan, a lo que tiene derecho, tal como reiteró la Corte Internacional de Justicia (CIJ) el año pasado y como lo establecen el Tratado Jerez-Cañas y los laudos Cleveland y Alexander.
En días pasados la Presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, tildó de “cobardes” a los “señores del norte” y enlistó a Nicaragua entre los “enemigos” de Costa Rica.
“Hoy me permito recordarles a esos señores del norte, que con sus palabras altisonantes, que con sus bravuconadas y con el uso de la fuerza, quiero recordarles que sólo los cobardes son valientes ante los indefensos”, dijo Chinchilla el 1 de diciembre, al celebrar el 62 aniversario de la abolición del ejército, aunque Costa Rica tiene una Fuerza Pública que gasta 240 millones de dólares al año.
Chinchilla ese día habló de paz, pero pidió a los ticos integrar la Fuerza Pública y ordenó reactivar la policía de fronteras, lo que ya se está haciendo, confirmó el jueves el ministro de Seguridad, José María Tijerino.
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