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El Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua

Atropellada

Seis Ejércitos concebidos como tales, de los cuales sólo dos han sido Constitucionales y sólo uno en los 189 años de independencia fue establecido como apolítico y bajo el mando de las autoridades civiles, por medio de la Constitución Política, de eso hace sólo veinte años.

historia militar

Tampoco militares de carrera en 159 años, pero ya sea descalzos o con botas, al ejército de nicaragüenses, hasta 1990, se le consideró un agente desestabilizador

Fotos de La Prensa/ Guillermo Flores y Cortesía Ejército de Nicaragua

Desde la Independencia en 1821, Nicaragua ha tenido decenas de grupos armados a favor de caudillos.

Seis Ejércitos concebidos como tales, de los cuales sólo dos han sido Constitucionales y sólo uno en los 189 años de independencia fue establecido como apolítico y bajo el mando de las autoridades civiles, por medio de la Constitución Política, de eso hace sólo veinte años.

Así lo destaca el libro Historia Militar de Nicaragua, de las guerras intertribales precolombinas al Ejército de Nicaragua (1523-2005), elaborado por el Coronel Francisco Barbosa Miranda, jefe del Centro de Historia Militar.

El primer Ejército que se menciona en los anales de la historia se llamó Ejército Federal Centroamericano, el cual no tuvo mucha trascendencia porque no respondía a un interés soberano, sino más bien a establecer una aparente calma tras la firma de la Independencia que en Nicaragua no fue evidente porque inicia el Período de Anarquía.

Tras la celebración de haberse liberado de los impuestos de la Corona Española, afirma el Coronel Barbosa, en 1822 el caos reinaba en Nicaragua. No había orden y al parecer tampoco la intención de que lo hubiese, pues se carecía de un gobierno efectivo y leyes que rigieran a los nicaragüenses.

“En el Período de Anarquía se formaron ejércitos caudillistas que luchaban por alcanzar el poder porque es en este período es cuando se evidencia la rivalidad por el poder de Granada y León. Cada líder conformaba ejércitos junto a sus amigos y seguidores que convertían a los peones en soldados”, señaló el Coronel Barbosa.

Durante 35 años que duró el Período de la Anarquía hubo dos levantamientos armados, cuatro guerras civiles, un golpe militar, se asesinó al jefe de Estado José Zepeda, se establecieron alianzas para pelear una guerra al lado de Honduras contra El Salvador.

El Rey Mosco se tomó la Mosquitia con apoyo de los británicos, hubo una rebelión, dos gobiernos paralelos: uno en Granada y otro en León y múltiples asonadas hasta que llegó la Guerra Nacional Antifilibustera, que pareció unir a todos contra un enemigo común, William Walker.

La inestabilidad fue tal que al menos 40 personajes ocuparon los cargos de directores supremos electos e interinos y jefes de Estado que se apoyaban en grupos armados, con algunas características militares pero no se constituyeron en Ejércitos Profesionales.

El historiador Emilio Álvarez Montalván, en su investigación Las Fuerzas Armadas en Nicaragua, Sinopsis Histórica: 1821-1994, destaca que en ese Período de Anarquía se imponía la ley del más fuerte y que resultó fácil que ambiciosos caudillos formasen bandas armadas para asaltar el poder.

“Inventaban sus uniformes, charreteras y grados militares. Dependían de una soldadesca descalza y analfabeta reclutada a la fuerza, o atraída por la ilusión de participar en saqueos, pues no había sueldo asegurado”, expresa Álvarez Montalván.

Un ejército inspirado y regido por las tradiciones y códigos militares del sur de Estados Unidos pretendió establecer William Walker, después de declararse Jefe de Estado y presidente de Nicaragua.

Walker realizó la estructuración organizativa de los órganos de mando, señala el libro Historia Militar, ubicó cuarteles y estableció una tabla salarial, pero de nada sirvieron sus esfuerzos, pues, aunque fue conocida como Guerra Nacional Antifilibustera, tropas de toda Centroamérica se aliaron a los nicaragüenses para sacar al invasor expansionista.

“Concluida la guerra antifilibustera, el Ejército de Nicaragua quedó conformado por las dos facciones políticas que imperaban en el país, quienes se encargaron de mantener una relativa paz pese a los levantamientos indígenas”, expresa el Coronel Barbosa.

Durante los treinta años conservadores (1857-1893) no hubo muchas variaciones en el armamento del Ejército que continuó operando con los mismos rifles minié, con que sacó a Walker del país.

La Constitución Conservadora de 1858 establece por primera vez la subordinación expresa del Ejército al Presidente de la República. También se aprueba el primer Código Militar de Nicaragua (1867), un texto de 300 páginas en el cual se establecían las penas y procedimientos para enjuiciar a los militares bajo sus propios tribunales.

Álvarez Montalván en su investigación destaca que este Código registraba con detalle la organización de las diferentes ramas del Ejército, los grados militares e incluso los honores que la tropa formada debía rendir en misa, o en las procesiones donde era transportada la hostia consagrada o el viático de los enfermos.

El Coronel Francisco Barbosa afirma que los Ejércitos en Nicaragua no han tenido la continuidad orgánica que se ha tenido en otros países debido al complejo proceso de formación del Estado nicaragüense.

“El Ejército que inició el período de los treinta años conservadores se desgastó, envejeció, pues no hubo ingreso de jóvenes en las tropas y se queda estático, es por ello que no soporta la revolución liberal y es derrotado en 1893”, acotó el Coronel Barbosa..

José Santos Zelaya es el fundador del primer ejército institucional así como la Academia Militar. Crea nuevos códigos y ordenanzas y se establece el Servicio Militar Obligatorio para mantener el flujo de miembros en el mismo.

Pero si bien las ideas del presidente Zelaya, educado en Europa, son apoyadas por militares prusianos y chilenos, señala la investigación del Coronel Barbosa, su objetivo no se limita a la defensa de la soberanía, anexión de la Mosquitia y modernización del Estado, sino a la expansión del liberalismo.

Zelaya, expresa el Coronel Barbosa, quiere expandir el liberalismo y con un Ejército conformado por 40 mil hombres, que eran en ese momento el 10 por ciento de la población total de Nicaragua, se convierte en un agente desestabilizador.

“En esos 16 años de gobierno el Ejército de Nicaragua apoya guerras y levantamientos en el resto de Centroamérica y Nicaragua se convierte en un Estado militarizado. La inestabilidad y fuerza de ese ejército provoca que Estados Unidos lo considere un enemigo, se da una intervención militar y el nuevo gobierno conservador que desnaturaliza el Ejército”, comentó el Coronel Barbosa.

Los marines se quedaron en Nicaragua de 1909 a 1935. En 1925 se establece la Constabularia, cuyo nombre proviene del inglés Constabulary que se uso para designar en Europa a los cuerpos policiales civiles locales con funciones paramilitares.

La pretensión norteamericana era establecer en fuerzas locales para defender sus intereses económicos en la región sin tener una presencia directa, que ya era un motivo de desprestigio ante la opinión internacional, se le asigna a cada país centroamericano una cantidad promedio de personal activo en los ejércitos llamados Guardias Nacionales y a Nicaragua le corresponde tener dos mil hombres armados.

El libro Historia Militar expresa que la vida de la Constabularia en Nicaragua es muy breve.

Los marines salen del país en 1925 y en días postreros el general Emiliano Chamorro, en alianza con los jefes conservadores de las diferentes unidades, da el golpe de Estado conocido como El Lomazo.

En 1927, tras nombrarse a diferentes jefes de Estado, los norteamericanos de nuevo desembarcan en Nicaragua y ya en ese momento los dos mil hombres habían sido mermados a menos de 900.

“En ese contexto se firma el Pacto del Espino Negro, que da pie a la creación de la Guardia Nacional, una fuerza armada inconstitucional, cuyo fin único es enfrentarse a Sandino y garantizar los intereses norteamericanos, pues los primeros jefes eran militares norteamericanos designados directamente por el Presidente de Estados Unidos”, asegura el Coronel Barbosa.

La Guardia Nacional, afirma el Coronel Barbosa, tuvo cuatro etapas.

La primera, que es en la que los norteamericanos estaban al mando; después, de 1933 a 1956, cuando se impone la hegemonía de Anastasio Somoza García que tenía fines partidistas; la tercera etapa es de 1956 a 1974, cuando asumió el mando Anastasio Somoza Debayle, quien relegó el espacio táctico militar y la convirtió de una guardia partidista a una guardia al servicio de los intereses familiares.

“La última etapa de la Guardia Nacional (1974-1979) tiene un mando compartido por el Inspector general José Rodríguez Somoza y el hijo Anastasio Somoza Portocarrero, que se hizo cargo de la Escuela de Entrenamiento Básico de Infantería (EEBI), que fue la fuerza combativa vital de la familia Somoza para permanecer en el poder”, manifestó el Coronel Barbosa.

Los armados eran unos hombres barbudos y de cabellos largos, así lo evidencian las centenares de fotografías que captaron el ingreso de los miembros de las fuerzas guerrilleras rurales y urbanas que a la postre llegaron a ser el núcleo principal de la formación del Ejército Popular Sandinista.

Estos guerrilleros, formados en pequeños grupos, habían adoptado como ejemplo directo la organización y fundamento del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua (EDSNN), señala la Historia Militar, que el General Augusto C. Sandino lideró en la Segovia en su lucha contra la intervención norteamericana.

“El EPS replicó también un sinnúmero de acciones que a lo largo de la historia se sucedieron contra Somoza y su dictadura, por ejemplo el Movimiento Armado 4 de Abril de 1954, el Movimiento Guerrillero Ramón Raudales en 1958, la Guerrilla Julio Alonso Leclaire, el Movimiento Armado Olama y Mollejones, El Chaparral, Frente Revolucionario Sandino, que fueron iniciativas separadas pero que al final confluyeron para el desgaste de la dictadura”, destaca el libro Historia Militar.

El 22 de agosto de 1979 por medio del decreto 53 de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional (JGRN) se crea el Ejército Popular Sandinista (EPS), que fue integrado por los cuadros guerrilleros.

Un año después se establecen las Milicias Populares Sandinistas con el fin de institucionalizar la participación ciudadana en la defensa de la revolución. En 1983 cuando se aprueba la Ley de Servicio Militar Patriótico, el EPS contaba con 20 mil armados, al concluir esa década contaba con 87 mil efectivos.

“El EPS se instituye como una fuerza profesional militar que responde a un partido, de igual forma que los anteriores ejércitos.

Sin embargo, a criterio del Coronel Barbosa ocurre un fenómeno poco común en el mundo, pues se da un giro de 180 grados y se pasa de un Ejército partidista a otro desvinculado del partido y se pasa a comprender de la necesidad que el Ejercito sea del Estado de Nicaragua, subordinado al Poder Civil.

“Ha sido una larga travesía, por eso contamos la historia del actual Ejército de Nicaragua partiendo del EPS porque allí se comienza la profesionalización, pero la historia militar ha sido compleja, igual de compleja que el desarrollo del Estado“, concluyó el Coronel Barbosa. b

La Prensa Domingo

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