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Vista general del Parlamento de Cuba durante la discusión de las reformas económicas del presidente Raúl Castro. LA PRENSA/AFP/ ADALBERTO ROQUE

Más descontento por desempleo

El draconiano plan de Cuba para despedir a un 10 por ciento de su fuerza laboral enfrenta una gran cantidad de problemas, entre los cuales el miedo sobre quién irá a parar a la calle no es el menor.

TOMADO DE ELNUEVOHERALD.COM

El draconiano plan de Cuba para despedir a un 10 por ciento de su fuerza laboral enfrenta una gran cantidad de problemas, entre los cuales el miedo sobre quién irá a parar a la calle no es el menor.

Economistas cubanos y extranjeros dijeron que el plan es demasiado fuerte, y demasiado rápido. Izquierdistas radicales calificaron a Raúl Castro como un capitalista explotador de los trabajadores y llamaron a los trabajadores a luchar contra los recortes laborales. Un conocido historiador y miembro del Partido Comunista alertó de un caos social, quizás incluso un éxodo masivo, y un ex viceministro de Trabajo advirtió que los despidos podrían violar la Constitución.

Los trabajadores que tratan desesperadamente de mantener sus empleos acusan a otros de corrupción. Y algunos afrocubanos y mujeres advierten que estos sectores podrían ser los más golpeados por los recortes.

En sus reformas más significativas desde que sucedió en el poder a su hermano Fidel en el 2008, Castro despedirá a 500,000 trabajadores antes de abril y se espera que recorte a otros 500,000 a 800,000 más en tres años.

Algunos cubanos dicen que no están tan preocupados por los recortes laborales, porque Castro ha prometido que ningún trabajador “va a quedar desprotegido”. Otros aseguran que el país está lleno de temor.

Pero los problemas con los recortes laborales van más allá del temor. El economista disidente Oscar Espinosa Chepe dijo que no tiene dudas de que los despidos son necesarios, pero alegó que Castro lo está haciendo de la forma equivocada, “sin antes crear las condiciones necesarias”, al esperar hasta que el sector privado haya comenzado a crecer.

Por su parte Lázaro González Rodríguez, ex viceministro cubano del Trabajo, escribió en una reciente columna de internet que la organización laboral en la mayoría de las agencias y empresas estatales no se ha estudiado durante años, así que las decisiones sobre cuántos empleados deben despedirse en cada centro de trabajo “no son resultado de un estudio técnico”. El artículo 454 de la Constitución cubana también dice que un trabajo “en la sociedad socialista es un derecho, un deber y un motivo de honor para cada ciudadano”, agregó.

Castro ha prometido que el proceso de seleccionar a los que mantendrán sus trabajos se hará con “estricta observancia del principio de idoneidad”. Las recomendaciones iniciales sobre quién será despedido se discuten en cada centro de trabajo. Pero los comités de discusión ya habían provocado intensas tensiones, especialmente en agencias y empresas gubernamentales con acceso a productos que pueden ser robados y vendidos en el mercado negro.

Miriam Celaya, una habanera que escribe el blog Sin Evasión, informó de “verdaderas batallas campales” entre los trabajadores mientras las comisiones consideran quiénes deben mantener sus trabajos.

El periodista independiente Adolfo Pablo Borrazá escribió que en el Instituto del Libro, en La Habana, los empleados están denunciando a sus compañeros de trabajo “con tal de mantener sus empleos”. Agregó que, “da igual si se trata de un buen trabajador, bastará con que alguien delate alguna crítica hecha al Gobierno”.

Espinosa Chepe dijo que el gobierno de Castro podría incluso tomar la decisión de reducir el numero de despedidos, o extender el plazo del 31 de marzo, una vez que se dé cuenta de la magnitud de los problemas por delante.

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COMENTARIOS

  1. Van a tener que aprender como vender Tortillas
    Hace 13 años

    La cosa se pone dura, los pobres Cubanos que no supieron trbajar por si solo, solo se mantenian con la mano extendida esperando que lo mantenga el Estado con su tarjeta para comidas las medicinas la colegiatura, todos esos gastos tenían que salir de algún lado y se acabó y el perjudicado son los piones. Fidel ya dijo que el sistema de cuba no funcionó.

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