SANTIAGO DE CHILE/EFE
Un total de 51 reclusos y tres vigilantes heridos fue el saldo final de un intento de motín ocurrido en la cárcel de Puente Alto, informó ayer el director de Gendarmería (guardia de prisiones), Luis Masferrer.
Explicó que los incidentes se registraron en la víspera de Nochebuena en la torre 2 de ese recinto, situado a unos 25 kilómetros al sureste del centro de Santiago, y que tras el inicio de los desórdenes los guardias sacaron a los heridos, pero los reclusos impidieron su actuación. El director de Gendarmería indicó que más tarde los incidentes se replicaron en la torre 3, donde los reclusos se parapetaron y exigieron la presencia de la juez de garantía, Gisela Muñoz.
Varias horas más tarde la situación fue controlada, momento en el que los guardias realizaron allanamientos en las celdas donde encontraron unos 200 estoques y diez cilindros de gas acondicionados para lanzar llamas y armas blancas.
Masferrer reiteró en la situación de hacinamiento que registran las cárceles chilenas y precisó que el penal de Puente Alto fue edificado para 900 reclusos y actualmente hay 1,719 internos.
Pedro Hernández, presidente de la Asociación Nacional de Funcionarios Penitenciarios (Anfup), explicó a Televisión Nacional que los guardias debieron utilizar elementos disuasorios, como escopetas de perdigones para controlar la situación. Detalló que muchos de los reclusos se encontraban bajo los efectos del alcohol y que además comenzaron a prender fuego a sus propios enseres y vestimentas, aunque aclaró que no provocaron un incendio en el recinto.
Tras una riña y posterior incendio ocurrido el pasado 8 de diciembre en la cárcel de San Miguel, donde murieron 81 reclusos, otros penales, tanto de Santiago como de provincias, han intentado provocar motines por el problema del hacinamiento.
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