Los cristianos de todo el mundo celebraron ayer la Navidad con el fervor que les caracteriza en cada uno de sus países. Los actos iban desde misas, peregrinaciones y círculos de oraciones dominadas por una petición especial: la paz mundial. Este año, un número histórico de peregrinos celebró la Navidad en Belén y miles de ellos acudieron ayer por la mañana a rezar a la Iglesia de la Natividad, erigida en el lugar donde según la tradición nació Jesucristo.
LA PRENSA/AP/MOHAMMED BALLAS