El gobierno de Ortega cierra con buenas notas el 2010 si se califica la gestión realizada en un área tan sensible como la Salud. Esto tomando en cuenta el 53.6 por ciento de la población nicaragüense, que considera que ha habido mejorías en los servicios de salud en hospitales y centros de salud; tal como lo evidenció la más reciente encuesta de opinión pública de la firma M&R Consultores.
Pero expertos en el tema han señalado que esa mejoría no es tan maravillosa como la pregona el Gobierno y que el sistema de Salud sufre una inestabilidad a lo interno del Ministerio de Salud, sumado a la falta de inversión en infraestructura a largo plazo y los reajustes al presupuesto, cuyos fondos son mayoritariamente para el pago de planillas.
Ana Quiroz, directora del Centro de Información y Servicios de Asesoría en Salud (CISAS), señaló que además de la falta de información por parte de las autoridades sanitarias oficiales, tampoco han hecho mucho por fomentar la educación preventiva en la población.
Según ella, en Salud, un tratamiento oportuno es evitar que lleguen las enfermedades y no actuar cuando las enfermedades han afectado a la población y pone como ejemplo el caso del dengue.
“El mismo Ministerio de Salud tiene experiencias súper exitosas de educación a la gente del barrio o la comunidad; de forma que ese barrio tiene dos o tres años de no tener un caso de dengue. Entonces eso es un trabajo de Salud eficiente; no que el ministerio cuando ya tiene los casos de dengue les da el tratamiento y va a fumigar”, indicó Quiroz.
INESTABILIDAD
Pero la salud tampoco puede mejorar si quienes están al mando son removidos de sus cargos con frecuencia. Tal sólo durante los tres primeros años de la gestión del presidente Ortega, el Minsa cambió de ministros en tres ocasiones.
Pero estos cambios no sólo se dan en las altas jerarquías del sistema de Salud, a mediados del año hubo una “barrida” de directores en gran parte de los hospitales de la capital y en muchos centros de salud.
“Instituciones muy especializadas han pasado a ser dirigidas de profesionales especializados a profesionales de otro ramo totalmente. Y centros que han sido estrellas, de repente vienen a ser dirigidos por un farmacéutico; y ésta no ha sido una movilidad técnica o profesional, sino en la sumisión del personal y eso no es bueno para ningún sistema”, explicó Quiroz.
El Ministerio de Salud se ha abanderado de supuestos beneficios para los pacientes, como la gratuidad del servicio, aunque para ello tenga que sacrificar a su personal de Salud. Otro “beneficio” ha sido el hecho de permitir que el paciente permanezca en el hospital acompañado de un familiar. Según Quiroz, más que buenas intenciones, esto es una estrategia para cargarle responsabilidades a la familia.
“El tener un familiar es una forma de reducir costos, porque quien atiende al paciente es el familiar, quien asegura la alimentación es el familiar. Entonces le están cargando responsabilidades y el sistema descansa en que haya ese familiar”, puntualizó.
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