Los Programas de Transferencias Condicionadas (PTC) operan en 18 países de la región, incluyendo a Nicaragua, y benefician a más de 25 millones de familias -alrededor de 113 millones de personas—, es decir el 19 por ciento de la población de América Latina y el Caribe, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
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La CEPAL presentó la Base de datos de programas de protección social no contributiva en América Latina y el Caribe, que entrega información detallada sobre los distintos componentes de los PTC en los países de la región. Igualmente datos sobre gasto, cobertura y montos de las transferencias monetarias.
“Los Programas de Transferencias Condicionadas son una herramienta importante dentro de las políticas sociales para combatir la pobreza”, según la CEPAL.
Se trata de iniciativas no contributivas que buscan aumentar los niveles de consumo de las familias por medio de transferencias monetarias y así reducir la pobreza en el corto plazo, además de fortalecer el desarrollo humano de sus miembros para romper con la reproducción intergeneracional de este fenómeno.
CASO NICARAGUA
En el caso de Nicaragua, por ejemplo, se implementó un Programa de Transferencias Condicionadas, el cual fue establecido ante emergencias naturales (sequías, desprendimientos de tierra y derrumbes) que azotaron al norte del país, principalmente entre los años 2005 y 2006.
El procedimiento de focalización incluyó la identificación de los territorios afectados por parte de las delegaciones locales del Ministerio de la Familia (Mifamilia), según el grado de afectación de las familias.
Se atendió unas 3,000 familias durante su vigencia, con una inversión de 1.8 millones de dólares, según el reporte de la CEPAL.
A las familias con hijos de entre cinco y 17 años se les entregó un bono educativo y alimentario.
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