El número de viviendas que el Gobierno dispuso construir en los terrenos de la finca Santa Rosa, propiedad de la Universidad Nacional Agraria (UNA), aumentó a 4,000, según los trabajadores en el terreno.
Según los obreros consultados, las primeras 1,300 viviendas —cifra inicial contemplada en el proyecto— estarán listas el 15 de enero próximo.
No obstante, a partir de esa fecha iniciará la segunda fase del proyecto que estima la construcción de más de 2,500 viviendas.
Es decir que la UNA estaría “donando” cerca de 70 manzanas de tierra y no las 45 que en su momento generó descontento entre la comunidad estudiantil de esta casa de estudios, según obreros contratados por Albaconstrucciones.
LA PRENSA buscó la versión del rector de la UNA, Telémaco Talavera, pero éste no atendió su teléfono celular.
El proyecto está avanzando de forma acelerada. Hasta la fecha hay más de 400 viviendas construidas y cerca de 300 que están casi por terminarse.
La ejecución de la obra está a cargo de Albaconstrucciones, un “brazo” más de la empresa mixta Albanisa, que está controlada por la familia presidencial.
“Ya el 15 de enero vamos a terminar la primera fase, nos dijeron que tienen que estar listas al menos más de mil casas y luego vamos a la segunda fase porque son cuatro mil viviendas las que se van a construir en total”, indicó uno de los obreros que habló en términos extraoficiales.
Las 45 manzanas de tierra que fueron “donadas” por la UNA, sin el consentimiento de los estudiantes de esa misma entidad, resultan insuficientes para asentar a la cantidad de capitalinos afectados por las lluvias del invierno pasado.
SE QUEJAN DE BAJOS SALARIOS
Algunos de los obreros que trabajan en la construcción de las viviendas se quejan de la “poquedad” que Albaconstrucciones les paga por la construcción de cada casa.
Aunque uno de los obreros afirma que el costo de la mano de obra de una vivienda de tamaño de seis por seis metros cuadrados supera los seis mil córdobas, Albaconstrucciones tan sólo les paga 1,600 córdobas por la construcción de cada una de las viviendas.
Las casas para los damnificados tienen dos cuartos, una sala, una baño higiénico y un patio pequeño.
Además en esta urbanización se establecerá un área comunal donde los habitantes contarán con una delegación policial, un centro de salud, un Centro de Desarrollo Infantil (CDI) para los más pequeños, un centro escolar y un parque con juegos infantiles para la recreación sana de niños y niñas; así como terminal de buses y mercado comunitario.
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