Aun sin disponer de la potencia de Adolfo Álvarez, la variedad de recursos de Luis Cano, ni la picardía de Antonio Herradora, Asdrudes Flores es, de acuerdo con las cifras, el mejor zurdo que ha desfilado por nuestro beisbol superior.
Tampoco alcanzó las Ligas Mayores como Oswaldo Mairena, ni fue famoso como Francisco Dávila, para muchos el estándar por el que se mide a los tiradores de perfil equivocado en el beisbol nacional desde sus inicios. Además que fue el primer nica en firmar un contrato para jugar beisbol profesionalmente.
Sin embargo, ninguno de ellos tuvo una campaña de 20 victorias, ninguno de ellos acumuló más de mil ponches y tampoco ninguno coleccionó 100 victorias. De hecho, con 167 triunfos, Flores es el máximo ganador en el beisbol nica. Pero además, el zurdo tiró un Juego Perfecto un día como hoy, hace 20 años.
La mañana del 6 de enero de 1991, Asdrudes unió su nombre al de Emir Darce, como los únicos forjadores de una obra perfecta en el beisbol pinolero. Lo hizo ante el Estelí, con marcador de 5-0, en partido de siete episodios, que tras mantenerse 0-0, se decidió en el octavo innnig, cuando flaqueó Jairo Blandón, el abridor segoviano.
Flores, quien irrumpió en el beisbol nacional en 1984, lidió en aquella jornada con una batería que tenía en su centro a Róger Peralta, Jairo Mendoza, Apolinar Cruz y Alex Torres, algunos de ellos ya en ocaso de sus carreras y otros aún batallando por establecerse como Marlon Miranda, Etanislao Ramírez y Luis Manuel Castillo.
La espectacular faena del cerebral lanzador de la comarca Los Zarzales, en el departamento de León, fue de ocho episodios, en los que retiró uno a uno a los 24 bateadores que enfrentó y de los cuales 10 fueron ponchados. Su recta aún caminaba a prisa, pero nadie sospechó que se mantendría en la colina por casi dos décadas más.
Flores tiene muchos aspectos por los cuales puede sentir orgullo en su carrera. En el 2001 le ganó 3-1 a Estados Unidos en el Mundial de Taiwán. También causó una grata impresión en las olimpiadas de Atlanta en 1996, pero su obra cumbre fue su Perfecto ante el Estelí.
Ocurrió hace 20 años, pero Flores seguro lo recuerda como si hubiera sido hoy. Un trabajo de ese nivel toma más brillo con el paso del tiempo.
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