En los semáforos de El Paraisito, al Oeste de la capital, tres niñas tienen el rostro pintado de payasitas, pero solo la más grande, María, hace maromas con tres pelotas. Mientras tanto, en cuestión de pocos minutos, sus dos hermanas con sombrilla en mano recorren una fila de carros para pedir el “pago” por el trabajo de la hermana mayor.
Las tres, que tímidamente aseguran estudiar, son parte de los 1,040 niños y niñas que trabajan o piden en los semáforos de Managua, según el más reciente conteo de la Confederación de Trabajadores por Cuenta Propia (CTCP).
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Para diciembre, la cifra de niños en los semáforos aumenta en al menos un 30 por ciento porque es cuando empiezan las vacaciones escolares, de acuerdo con el estudio de la FTCP.
“La inmensa mayoría de los niños que a diario vemos trabajando en las calles y semáforos de Managua no estudian. Y es un asunto complejo, porque los padres a veces ven que los hijos son más útiles y generan ingresos cuando trabajan y no van a la escuela”, asegura Marvin Marenco, secretario general de la Federación de oficios varios.
A nivel nacional, la cantidad de niños trabajadores supera los 200 mil, según los datos oficiales del 2005. Luego de eso, no se ha hecho una nueva medición.
No obstante, en el caso de la capital, se pretende que para el 2012 al menos 300 niños sean sacados de los semáforos para ser insertados de manera directa en los centros educativos.
La meta de los 300 se pretende alcanzar a través de un convenio con el organismo Intervida.
El Gobierno también implementa el programa Amor, que se supone atiende a unos 14 mil niños y niñas que viven en las calles. No obstante, la información sobre este tema ha sido manejada con secretismo por las autoridades.
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