Fotos de LA PRENSA/Romar Media y Entertainment One
Apenas 43 horas después de haber pasado por el Festival de Venecia y con una escala en Toronto, antes de volver a Hollywood, tuvimos el honor de ver la película Barney’s Version con el mismo protagonista Paul Giamatti entre infinitos aplausos, para disfrutar también la fiesta del estreno en el canadiense Roy Thomson Hall. Y con Champagne Don Perignon de por medio, aunque confiese saber muy poco de vinos como aquel personaje de Sideways, compartimos una entretenida entrevista donde habló de mujeres, matrimonio, cine y… el Oscar que tanto lo está esperando.
¿Entre todo el alcohol que tomó en la ficción de Sideways y Barneys Version, comparado con el champagne del estreno… cuánto alcohol realmente puede soportar antes de una verdadera borrachera?
La verdad, te sorprenderías. No sabes la cantidad de alcohol que necesito para emborracharme. Y tengo la tendencia de sentarme más derecho, cuando tomo demasiado; en esos casos, soy una de esas personas que parecen más sobrios. Es algo muy extraño. El efecto que me genera es muy raro. Si estoy un poco borracho, no balbuceo para nada, no me río demasiado, ni soy de los que se marean o se caen.
Eso habla bien de usted, por lo bien que actúa alcoholizado en cine ¿alguien le dijo personalmente que se merece que lo nominen al Oscar por la película Barney’s Version?
Me lo comentó el productor, sí.
¿Y cómo reacciona con semejante sugerencia?
Suena muy bien. Es genial que la gente lo diga. De verdad, suena grandioso. ¿Pero quién sabe lo que puede pasar? A lo mejor ni me toman en cuenta.
¿Qué tan importante resultó cuando lo nominaron por primera vez con Sideways?
Ah, aquella primera nominación al Oscar resultó grandiosa, porque había sido algo totalmente inesperado. Fue maravilloso. Y supongo que también ayudó a mi carrera, porque empezaron a llegar toda clase de ofrecimientos mucho mejores que antes. Pero te vuelvo a repetir, aunque sea maravilloso, para mí es un “bonus”. Yo me alegro con estar en una buena película y cuando pasan cosas así, las tomo con mucho cuidado, trato de no prestarle tanta atención.
¿Cree que ya es hora?
¿Para mí?
Sí. ¿No es hora de ganar finalmente el Oscar?
Seguro (risas). ¡Hombre! Yo voy adonde me digas. Soy demasiado supersticioso con esas cosas. Me pone contento que la gente lo piense, pero soy demasiado crítico de mi trabajo y no siempre veo lo que ven otras personas. Así que acepto los elogios que alimentan mi ego, pero prefiero dejarlo todo tal cual como está.
La comedia Barney’s Version muestra a Paul Giamatti como un particular mujeriego, con un amigo mucho más mujeriego que él y un gracioso padre viudo Dustin Hoffman que a pesar de la edad, todavía tiene sus escondidas relaciones con el sexo femenino. Y en una película donde la lealtad juega un papel principal en la familia y la amistad, Paul Giamatti se luce como nunca, aunque jamás imaginaríamos que alguien como él pueda llegar a conquistar mujeres tan bonitas como lo logra en cine.
En el estreno presentaron su personaje como alguien que tiene vista de águila por el sexo femenino ¿en la realidad es igual?
Tengo buen ojo, aunque no sé si será vista de águila, porque significa que voy a atrapar mi presa con total certeza, sin perder por un instante. Y te diría que ese no es mi caso (ríe). Pero tengo un buen ojo para las mujeres. Disfruto y aprecio bastante una hermosa mujer. Pero tampoco soy como el personaje de la película que persigue una mujer tan desesperado como él. Jamás tendría semejante coraje para hacerlo.
¿Y fue una decisión personal mostrarse como alguien que realmente no le cae tan bien a la gente, más allá de las mujeres que conquista?
Yo realmente no quise que mi rol se viera agradable, quería que le caiga mal a la gente. Me gusta empujar al público, lo más que pueda. Me encanta ver hasta qué punto puedo empujar a alguien. Me parece bastante interesante poner incómoda a la gente, desafiándola, para que aprecien alguien despreciable. Lo hice también en televisión con la serie de John Adams. Cada vez que podía mostrarlo como alguien agradable, fui al otro lado.
El que realmente cae bien es Dustin Hoffman, un verdadero genio para las comedias, ¿agregó algo particular fuera del guión original?
Dustin se la pasó todo el tiempo agregando cosas. Algunas, creo que terminaron en la película. Pero jugaba constantemente. Yo sabía que era así y estaba preparado a encontrarme con su sentido del humor o los chistes subidos de tono y ocurrencias grandiosas. Es genial, es un actor increíble, es cosa seria, tiene una energía asombrosa.
¿Sabiendo que es un actor que vive como el personaje fuera del cine, puede saber cuando trata realmente a Dustin Hoffman o el solitario personaje que interpreta en la película?
Es algo que yo también me pregunté, si realmente era así o no. Es un actor muy metódico. No tengo la respuesta.
¿De verdad no conoce al verdadero Dustin Hoffman, a pesar de haber trabajado con él?
(Ríe) No tengo la menor idea, porque las dos veces que trabajé con él, tenía que interpretar también un loco exuberante, con mucha vitalidad. Así lo veía también detrás de cámara y siempre me pregunté hasta qué punto realmente será así.
Hay una frase donde Dustin Hoffman le pregunta “¿Qué tan difícil puede ser el matrimonio?” ¿Podría responderla usted, más allá de la ficción, con su propia realidad?
El matrimonio es brutalmente difícil. Sí. Hasta los buenos matrimonios creo que son difíciles. Se precisa demasiado trabajo. No creo que nadie, ni siquiera las mejores parejas, pueden pensar que no se requiere un intenso mantenimiento constante. El amor es algo extremadamente difícil de mantener.
EN LA VIDA REAL
Comparando ficción con realidad, el verdadero padre de Paul Giamatti era nada menos que el presidente de la Universidad de Yale y comisionado de la liga de beisbol profesional, A. Bartlett Giamatti (cuando en la película Sideways , el personaje de Miles mira una foto suya, mucho más jovencito, con un hombre de anteojos, ese hombre realmente es Bart Giamatti).
La madre Toni Smith, era actriz, antes de casarse con el Dr Giamatti. Y siendo el menor de tres hermanos, Paul se inclinó por la actuación, cuando en la Universidad de Yale empezó a participar de las obras de teatro con un entonces desconocido Edward Norton. Y después de haber participado en películas de nivel como Saving Private Ryan , The Truman Show , Man on the Moon y Planet of the Apes , Paul Giamatti demostró que en Hollywood se necesita más talento que una cara linda, para encontrar el verdadero triunfo… aunque la única vez que lo nominaron al Oscar por Cinderella Man , perdió contra ¡George Clooney!
Lejos de ser el mujeriego de la película Barney’s Version , en la realidad, Giamatti tiene un hijo llamado Samuel, de 9 años, con su esposa de toda la vida, Elizabeth Giamatti (también de religión judía como la segunda esposa de la película que interpreta Minnie Driver, aunque él es realmente ateo). Y mientras en la película pasa por tres matrimonios diferentes, con Elizabeth tienen la fortuna de mantener el matrimonio lejos de los vicios del mundo del espectáculo, viviendo del otro lado del puente de Brooklyn, en Nueva York.
¿Tiene alguna ventaja el hecho de vivir con su familia lejos del ruido de Nueva York y Hollywood?
Sí. Brooklyn es un lugar mucho más tranquilo para la familia. Yo vivía en otro barrio maravilloso que ya ni siquiera está. Se llamaba Noho. Me da nostalgia porque me hubiera gustado que mi hijo pudiera experimentar lo mismo. Es increíble que un lugar tan cerca de Nueva York parezca otra ciudad, pero definitivamente tiene una energía diferente, mucho más agradable.
¿Pero si lo nominan al Oscar, no va a tener que dejar Brooklyn por un tiempo para ir a Hollywood?
(Riendo) Ahí nos veremos entonces.
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