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Eduardo Montealegre, diputado Bancada Democrática

“Nadie quiere soltar el hueso”

Eduardo Montealegre cree que no se le ha dado el suficiente mérito por la decisión de renunciar a su propia candidatura, para apoyar a la de Fabio Gadea. Para él, éso, sacrificar posiciones personales, es la clave del problema que ha impedido la unidad de la oposición para derrotar al Frente Sandinista en las elecciones de noviembre próximo. “Nadie quiere aflojar su hueso”, dice.

Fotos de La Prensa/ Bismarck Picado


Eduardo Montealegre cree que no se le ha dado el suficiente mérito por la decisión de renunciar a su propia candidatura, para apoyar a la de Fabio Gadea. Para él, éso, sacrificar posiciones personales, es la clave del problema que ha impedido la unidad de la oposición para derrotar al Frente Sandinista en las elecciones de noviembre próximo. “Nadie quiere aflojar su hueso”, dice.

Montealegre, un banquero que un día decidió meterse a política, ha quedado a la cabeza de un reducido grupo de diputados, arrinconados por sus antiguos compañeros de correrías electorales, que han preferido sobrevivir aceptando el papel de oposición a la medida del partido gobernante. Montealegre los llama “oposición patriótica” en alusión al mote de “productores patrióticos” con que el Frente Sandinista denominaba a los productores colaboracionistas en la década de los años 80.

¿Qué pasa con la oposición?

Parafraseando lo que se hablaba en los ochenta, hay “oposición auténtica” y hay “oposición patriótica”. Los que estamos en la oposición auténtica cada día somos menos, y nos acusan de tontos, de malos negociadores, pero desafortunadamente Ortega tiene tanto poder que ha logrado construir esa oposición patriótica para hacer lo que él quiere. Pero la gente del pueblo sabe distinguir quién es quién. Desafortunadamente los de la oposición patriótica le hacen daño a Nicaragua.

Se siente un desencanto generalizado, como que no hay opciones.

Eso mismo que está pasando aquí en Nicaragua, igual en Venezuela, en Bolivia, igual en Ecuador. Estos del grupo Alba han logrado atomizar a la oposición en pequeños grupos, con toda la plata y con todo el poder. Y sí es decepcionante, y yo entiendo a la gente y la molestia, la frustración más bien… Si vos sumás cuántos diputados tiene el PLC, cuántos tenemos nosotros, cuántos tiene la ALN, cuántos tiene el BUN y cuántos el MRS, somos más de 47. Podríamos tener hasta 50 o 52, y al final hemos quedado reducidos a 16, 20 o 24 a veces. Pero desafortunadamente la tradición en Nicaragua es el caciquismo, y, si no estás arrimado a la sombra del poder, no vas a avanzar. Eso pasa en el sector público y en el sector privado.

Pero hay alguien que a su manera está haciendo bien las cosas, que sería el Frente Sandinista, que está trabajando 24 horas al día, mientras el resto de partidos se ve disperso y esperando que algo ocurra.

El Frente Sandinista yo no diría que está haciendo bien las cosas, lo está haciendo tal vez malévolamente. Los malévolos son inteligentes ¿no? Aprovechándose de la pobreza de la gente por un lado y de las ambiciones de los otros. Nadie se quiere bajar, nadie quiere soltar el hueso que tiene. Nadie quiere sacrificarse por el país. La decisión que yo tomé de decir no voy a ser candidato a la presidencia para no dividir más, para no polarizar más, me han dado poco crédito, por un lado y segundo, no tiene precedente en la historia de Nicaragua. Pero resulta que con la capacidad que tienen los otros, con los reales que les dan ahora, yo soy el malo y ellos los buenos.

¿Personalmente se siente derrotado?

¿Derrotado? No. Del todo. Creo que hemos mantenido la línea, la firmeza de criterio, de posiciones, malentendidas tal vez, porque no hemos actuado de la manera que actúan tradicionalmente los políticos en este país, que al final pactan para sacar algo personal. Si yo lo que quisiera es algo personal, me hubiera quedado en el sector privado. Tengo una responsabilidad primero con lo que este país ha demandado, la gente ha demandado; y, segundo, con esas 700 mil personas que votaron por mí. No votaron por mí para que me entregara, para que pactara. O por un directivo entregar todo.

Y en este panorama, ¿usted cree que la oposición pueda derrotar a Daniel Ortega?

Claro que sí. Hay mucha gente que ya se da por derrotada, yo no. Yo siempre tiendo a ver el vaso medio lleno y no medio vacío. Creo que tenemos una persona que, al igual que doña Violeta en 1990, suma no solo a liberales, sino que a otras personas de otras tendencias políticas, ya sea conservadores, contras, MRS, ya sea independientes, suma a jóvenes y a mayores, gente de las ciudades y gente del campo, y no tiene aspiraciones de ser caudillo por su edad. Quiere hacer las cosas bien, tiene algo que quizás a mí me faltaba, o no tuve, que es la relación con la gente del campo a través de Pancho Madrigal. Por eso es la guerra que le están haciendo.

Sin embargo en la última encuesta don Fabio Gadea sale más bien retrocediendo en simpatías.

Yo la veo que sale más o menos igual. Si vos la ves dentro del margen de error, está igual, tres más o tres menos. Hay una guerra durísima que es mayor, que no tiene partido, que no tiene casilla, etc. Ha sido una guerra dura, y cuando te enfrentás, (lo sé) por experiencia propia, a dos monstruos, es una batalla difícil.

¿Usted no diría que el Frente Sandinista se está saliendo con la suya?

Yo soy de los que cree entre más oscuro está, más cerca está el amanecer. Y sí, el panorama parece tan difícil… pero el pueblo no está contento, el pueblo liberal que tradicionalmente ha apoyado al PLC se ha despertado, no está contento con lo que está haciendo Arnoldo. Los que dicen que apoyan al Frente Sandinista tienen miedo a decir otra cosa, además que están recibiendo muchas cosas. Pero de qué te sirve que te den una lámina de zinc hoy si no tenés trabajo. Si te enfocás, el desempleo no se ha resuelto. Que el precio del café ha subido, sí, pasó de 70 y pico u ochenta dólares cuando Ortega subió a 240 hoy en día; que el azúcar pasó de 14 o 15 a 24, que el petróleo bajó de 150 a 90, que el precio del oro haya pasado de 600 a 1400, todas esas son cosas que no las ha hecho Ortega. Pero veamos, el salario real del trabajador ha bajado en este país, no se están generando suficientes empleos ni siquiera para hacerle frente a los jóvenes que anualmente entran a buscar trabajo en el mercado laboral.

¿Qué tiene que pasar para que la oposición gane las elecciones a Daniel Ortega?

Yo creo que todos tenemos que sacrificarnos, engavetar las ambiciones personales excesivas. Y los egoísmos excesivos, para que podamos tener un solo candidato, una sola oposición. Yo puse de mi parte.

¿Usted cree que los opositores al final todos se van a unir?

Bueno, no sé si todos, pero tenemos que estar unidos los suficientes para que el pueblo de Nicaragua, al igual que en 1990, vea que hay una sola opción. Doña Violeta no fue la única candidata. El Frente creó unos, hizo que corrieran varios, que decían que eran oposición y no eran……

Pero eso es lo que uno sabe que debería pasar para ganarle, pero no es lo que está pasando.

Vamos a ver, tenemos dos fechas claves: marzo y noviembre. Una cosa es definir quiénes son los candidatos, cuáles son las casillas de la oposición en marzo y después en noviembre cómo se va a conformar ese paquete de la oposición alrededor de una persona, independientemente que puedan haber otros candidatos. Y yo sé que el Frente está trabajando en eso, trabajando en, si puede, que Fabio se quede sin casilla, y segundo, si logra eso, que vaya Alemán por un lado y unos otros dos para tratar de legitimar una victoria de Daniel, sabiendo que Arnoldo jamás puede ganarle, porque es un candidato que está por debajo del piso de su partido.

¿La unidad incluye o no al doctor Arnoldo Alemán?

A mi juicio, lo que Arnoldo Alemán debe hacer es retirarse. Creo que él le ha significado un daño irreparable a la democracia en este país. Pero ésa es mi opinión. Hay miles y miles de liberales del PLC que no están de acuerdo con Arnoldo, y que por lo tanto necesitamos unirnos todos, que cada uno aporte a su manera. Hay unos que aportan participando y otros que aportan quedándose en su casa.

Con Enrique Quiñónez sigue teniendo relación…

Sí, tenemos buena relación.

¿Sigue siendo eduardista Quiñónez?

Sí, pero más que eduardista, porque no me gusta eso, sigue siendo demócrata.

Le digo eduardista porque él decía que lo quería a usted como candidato.

Algunos quisieran que yo fuera, pero yo ya tomé la decisión firme y no me voy a echar para atrás, que he pospuesto mis aspiraciones a la Presidencia. No voy a dejarme convencer de algunos que siempre vienen con cantos de sirena a decir: tenés que echarte para atrás. Mi decisión fue apoyar a Fabio Gadea. No fui yo el que lo nombró, un grupo de gente lo sugirió y yo dije, me parece, yo lo apoyo.

¿No le da resquemor ver a Enrique Quiñónez en ALN, un partido que se los arrebataron a ustedes y que con frecuencia los vimos colaborando con el Frente Sandinista?

Al igual que en el PLC, la cúpula es diferente de las bases. Y entre el mismo partido hay diferencia entre las cúpulas. Yo sé que Enrique no ha estado de acuerdo con algunas de las actuaciones en particular de algunos de los diputados de la ALN.

Por ahí se dijo que Quiñónez era una avanzadilla de Eduardo Montealegre para recuperar la ALN.

Vos sabés que aquí se dice todo. Muchas cosas se especulan, cuando llegás a cierto nivel muchas cosas te achacan, sin embargo Enrique y yo hablamos, él creía que era importante meterse en un partido. Nosotros habíamos hecho que nuestras estructuras de Vamos con Eduardo estuvieran en el PLI y ahí están, que fue lo que le salvó la personería jurídica al PLI. Los problemas del PLI no son de personería jurídica, sino que quién es el de la cúpula. Enrique decidió que prefería ir a la ALN y me pareció excelente idea. Pero no era meter un caballo de Troya para tratar de tomarlo.

¿Es ALN actualmente una opción?

Es una opción definitivamente. Al igual que el PLI, al igual que el PLC. Yo sinceramente, y ésta no es una opinión imparcial, prefiero que Fabio vaya en una casilla liberal.

¿No está ALN bajo el control del Frente Sandinista?

Una cosa son los diputados y otra cosa las estructuras y el partido. Pero aquí la verdad es que cualquier partido podría estar bajo la arremetida del Frente Sandinista, porque controlan el Consejo Supremo Electoral y controlan aquellos que tienen que ver con las cuestiones relacionadas con los partidos políticos. Entonces, si no les gusta la manera en que estuviera actuando el PLC encuentran problemas en el PLC. No les gustó la manera en que se venía conformando el PLI, entonces causaron problemas. Y algunos que yo sé, son enviados del Frente Sandinista. Yo he sido testigo de dónde han estado y me han informado de dónde vienen. Ningún partido aquí está seguro.

¿Y qué pasará si a marzo no hay casilla donde alojar al grupo opositor que encabeza Fabio Gadea?

Yo no quisiera pensar que no va a haber casilla. Sí va a haber casilla.

Pero si usted mismo está diciendo que ellos pueden decidir sobre cualquier casilla.

Eso es lo que le gustaría al Frente, pero creo que le puede costar demasiado, políticamente, a nivel internacional y a nivel de la población.

¿El Partido Conservador y el PLC son opciones?

Yo te dije que el PLC sí. Yo en lo particular te digo que no creo que Fabio Gadea vaya a correr en una casilla conservadora, eso no quiere decir que no los tengamos de aliados. Yo creo que la gente preferiría que Fabio corriera en una casilla liberal y en eso yo soy parcial. Eso no quiere decir que yo rechazo que el Partido Conservador participe en la Alianza.

¿Qué opinión tiene de la estrategia del Partido Conservador para volverse a meter a la vida política?

Aquí todo puede pasar. Mueren y reviven partidos dependiendo qué es lo que quiere el Frente Sandinista. Hay muchos conservadores que no aceptan lo que está haciendo Alejandro Bolaños y dicen que ha dividido a los conservadores.

¿Usted tiene resquemor de negociar espacios con el Frente Sandinista?

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Yo lo he dicho, que aquí tenemos la responsabilidad de llegar a un acuerdo de nación para mejorar la gobernabilidad, fortalecer la democracia, estamos clarísimos que el Frente Sandinista es un factor importantísimo, que tiene cuarenta y pico de votos en la Asamblea Nacional, que sin esos votos no podés elegir a los magistrados del Consejo Supremo Electoral, de la Corte Suprema, etc. Yo no tengo ningún problema en hablar con el Frente Sandinista siempre que sea en base al respeto a la ley y la Constitución.

¿Usted se arrepiente de la última conversación que tuvo con Daniel Ortega en la Secretaría del Frente? Que se hizo pública…

Yo creo que tal vez, viéndola en perspectiva, debíamos haber dicho que fuimos más rápido de lo que lo dijimos, pero al final, por los resultados sabés que no hubo pacto, no hubo acuerdo.

¿Luego de eso ha habido acercamientos?

No. Ahí en la Asamblea, pero no ha habido ningún acercamiento.

Pero decía el doctor Gustavo Porras que ustedes estaba buscando excluir al PLC en la reciente elección de la Junta Directiva.

Eso es totalmente opuesto a lo que pasó. Yo hablé con Edwin Castro y le dije que yo creía que la directiva de la Asamblea Nacional debía estar constituida de dos del Frente, dos PLC, uno de nosotros, uno del MRS y uno de la ALN. Y la respuesta de él fue: Qué raro que ustedes vengan a abogar que esté el PLC cuando lo que quieren ellos es excluirlos a ustedes.

¿Y otros miembros de su bancada? Porque ellos aseguran que hubo acercamiento de ustedes a ellos.

Que hablamos. Nuestro jefe de bancada, conformamos una comisión de nuestro jefe de bancada y el diputado Javier Vallejo para que fueran a hablar. Pero no volvimos a hablar con ellos formalmente desde antes de Navidad. El 23 de diciembre fue la última reunión que tuvo esa comisión con Edwin Castro. Todas ésas son especulaciones para hacerle el cachete al PLC.

Una crítica frecuente que se hace por ahí es que Eduardo Montealegre está tras Fabio Gadea controlando todo.

¿Qué esperas que diga el PLC?

No sólo del PLC lo he escuchado.

Y Fabio me dice que me meta más, que no estoy lo suficientemente visible. Yo lo que he creído es todo lo contrario. Ni siquiera me subo a las tarimas porque él es el candidato, no soy yo. Pero estamos claros que tenemos un movimiento, sumamente bien organizado, con estructuras en todo el país que ha sido la base fundamental para la unidad nicaragüense por la democracia, sin apartar a cualquier otro.

¿Usted no siente que su imagen pueda hacerle daño a Fabio Gadea?

Hombre, en el momento que Fabio Gadea crea que mi imagen lo perjudica, yo me aparto. No tengo problema. A mí lo que me interesa es que en este país tengamos democracia, que vivamos en libertad, que se respete la voluntad popular. Mis aspiraciones no llegan a tal, como Arnoldo.

¿Ha desistido de ser presidente de Nicaragua?

Yo dije que iba a posponer por cinco años cualquier aspiración. Veremos qué pasa dentro de cinco años. Uno puede aportar en el sector público, en el sector privado. Lo que sí estoy claro es que conmigo han pasado dos cosas: en primer lugar, nunca antes se había formalizado una tercera opción tan fuerte como fuimos nosotros, y en segundo, nunca antes un candidato o precandidato, con chance de ser el candidato, porque estaba más alto en las encuestas que Arnoldo y todos los otros, haya dicho no, me retiro por el bien del país.

Si en retrospectiva se coloca en aquel momento cuando estaba tras el escritorio de un banco, ¿qué piensa? ¿Fue buena idea meterse en política?

Uno nunca se arrepiente de lo que ha hecho. Desde el punto financiero, muy mala decisión. Desde el punto de vista de aportar al país, creo que pude aportar como ministro de Relaciones Exteriores, de hecho ganamos un juicio, se estructuró por primera vez la ley de Carrera Civil y Servicio en el Exterior en el Ministerio de Relaciones Exteriores, que desafortunadamente Ortega la tiró a la basura. Logramos levantar la imagen del Ministerio de Relaciones Exteriores, después fui ministro de Hacienda, logramos la condonación de la deuda externa, se mejoraron una serie de procedimientos, creo que hice un buen papel. Desde el punto de vista de contribuir al país en dar una opción distinta, se hizo, logramos ganar la Alcaldía de Managua, nos la robaron que es otra cosa. Como todo ser humano, hemos cometido errores, creo que el principal error político, y no tengo ningún problema en admitirlo, fue no haber renunciado del gobierno en la Convención del 2003, cuando me lo pedía el PLC, para haberme metido de lleno en el PLC. Otro error que cometimos fue creer que Arnoldo era sincero en el 2008, en las elecciones municipales, porque de hecho fueron sus tres magistrados quienes permitieron el fraude, no solamente en Managua sino en 35 de los 40 municipios que se robaron eran de Vamos con Eduardo. No es casualidad que todos hayan regresado…

¿En términos personales el cambio lo afectó mucho… pasar de la empresa privada a la política?

Más que a mí, a mi familia. A la familia la afecta desde el tiempo, afecta a los chavalos cuando aparecen rótulos que dicen se busca por ladrón, cuando no lo sos.

¿Le han pedido que deje la política?

¡Uf! Montones de veces.

¿Irse de Nicaragua ha sido opción en algún momento?

No. Ésa no es una opción. Y no tengo ningún problema en salirme de la política porque uno puede aportar donde esté.

Hay un juicio contra usted y una solicitud de desafuero. Ya el PLC ha dicho que podría dar sus votos para desaforarlo. ¿Se ve sentado en el banquillo de los acusados?

Si el PLC lo hace, sabemos por qué lo está haciendo: por venganza política. Porque no tiene pie ni cabeza ninguno de esos juicios.

¿La cárcel es un escenario que usted contempla?

Todo es factible en este país. Pero no me voy a doblegar. Ni me voy a ir del país.

¿Qué espera para las elecciones de noviembre si las circunstancias del 2008 están ahí, completas: el mismo Consejo, los mismos miembros en las Juntas…?

Es más fácil hacer que pase eso si vamos muy divididos, pero en una elección presidencial es más difícil robársela, tan burdamente como se la robaron en el 2008. En el caso de Managua, el Consejo Supremo Electoral dijo, vamos a contar sólo el 69 por ciento de las actas, y esas escogidas… En una presidencial no pueden hacer eso…

¿Por qué no?

La ley dice el 100 por ciento… pero no es tan invisible… Es mucho más importante una elección presidencial que una municipal. Pero pueden hacerlo, y ya sería el colmo. Pero lo más importante es que si vamos unidos es más difícil robarse los votos.

¿Temen una reedición de noviembre 2008? Ahora hasta con un Fiscal Electoral que es el mismo que lo perseguía en el caso de los Ceni.

El papel del Fiscal Electoral puede intimidar a aquellos que queremos un proceso agresivo, fuerte, a aquellos que quieran financiar una campaña electoral, se pueden asustar. El reclamo a doña Blanca Salgado es que nunca vio nada. En este caso la preocupación con el fiscal Juárez es que va a hacer que la gente no se meta: si vos te metés, te acuso de delito electoral. Por otro lado tenés los mismos zánganos del Consejo Supremo Electoral, que ya saben cómo se robaron los votos. Un Consejo que está tratando de hacerle al PLI lo mismo que le hicieron al APRE. Aquí hay dos, tres representantes, entonces queda en el limbo. Y por último, tenés una estructura electoral que ya sabés cual es cual, quién juega qué papel, quién juega duro, quién juega suave, y como el sistema de votación nuestro es domiciliar y hay poca movilidad de la gente, saben a la perfección cuál mesa es ganadora Frente Sandinista y cuál no, y pueden jugar con eso.

¿Y con ese panorama cómo podrían ganarle? Es muy difícil.

Es muy difícil, pero esperate, yo comparo con 1990. Había más control en 1990 del Frente Sandinista de lo que hay hoy en día. Segundo, a doña Violeta la escogieron como candidata en septiembre del 89 y las elecciones fueron en febrero, cinco meses, y ¡cinco meses para hacer todo! Hoy en día tenés partidos estructurados, organizaciones y líderes políticos más conocidos, aunque a algunos no les guste.

Pero por otro lado había una guerra y la seguridad absoluta del partido de gobierno de que iba a arrasar en esas elecciones.

Hoy también están seguros que la ganan.

Pero aquella vez se confiaron y es difícil que lo hagan dos veces.

Ése es parte del trabajo que tenemos que hacer. Si uno es demócrata, uno no debe molestarse por los resultados que emanan de la democracia. Si aquí tenés que se cuentan los votos de manera transparente, de una manera legítima, y gana el Frente Sandinista, pues ganó, pero no que te roben, no que te hacen marrulla. Además que Daniel Ortega no puede correr. Nadie toca ese tema. No puede ser candidato. Ya es ilegítima desde el momento en que él participa.

¿Y si ganara don Fabio Gadea? ¿No sería ilegítima con este Consejo Supremo Electoral ilegítimo?

Bueno, el pueblo se pronunció. Imaginate lo que significaría que el pueblo fuera a votar en masa, con un Consejo Supremo Electoral ilegítimo y con otro candidato ilegítimo, y ganara Fabio Gadea. ¿Qué más legitimidad que ésa?

¿Y cómo van a despertar ese voto masivo? Porque las encuestas más bien hablan de un desencanto.

Fijate que me gusta eso. Porque la gente está calladita. Tarde o temprano, igual que con doña Violeta van a ir a depositar su voto a favor de la democracia.

El Azote

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