Unos llegaron convocados por LA PRENSA y por las radios, como La Mundial y Corporación, dispuestos a expresarse contra la reelección de Somoza. Otros aseguran que llegaron para observar si en realidad la oposición estaría unida.
“Y sí, se vio la unión, había gente con pancartas, la gente en la calle se sumaba a la procesión de gente, cada vez que hablaba alguien los aplausos no se hacían esperar, todo fue antes de la lluvia de balas, antes de ver cómo la gente moría contra la malla de un predio que tenía Casa Pellas en la calle del Banco Central, hoy Asamblea Nacional, y el diario somocista Novedades”, rememora Donald Castillo, dirigente sindical y miembro de la Juventud Obrera Católica, en 1967, cuando ocurrió la masacre del 22 de enero.
Han transcurrido 44 años desde esa marcha cuyas muertes no fueron contabilizadas porque la Guardia Nacional acordonó la zona donde se debió lavar los charcos de sangre con pipas de agua.
Donald Castillo aún recuerda con detalles cómo le salvó la vida una zanja debajo del muro del Banco Central.
“No había entre los manifestantes gente armada, sino se habrían parapetado, pero la gente caía como hojas, yo tenía entonces 29 años y es una escena inolvidable para mí, fue tanto el caos que no me acuerdo si era de día o de noche, sólo sé que para salir de allí esperé mucho tiempo hasta que vi gente andando de nuevo en la calle”, destacó Donald Castillo que ahora es dirigente de la Asociación de Jubilados y Pensionados de Nicaragua (Ajupin).
La marcha olvidada por muchos años fue recordada curiosamente por el presidente de la Asamblea Nacional, el sandinista René Núñez, quien aprueba la reelección no Constitucional del presidente Daniel Ortega.
ACTO IRRESPONSABLE
El periodista e historiador Roberto Sánchez asegura que la marcha que desembocó en uno de los actos más grandes de represión y masacre contra el pueblo nicaragüense, fue también un acto irresponsable de parte de los líderes de la época.
“Creo que en la actualidad no se daría un acto como ése porque no creo que haya líderes tan irresponsables y creo que el pueblo tampoco está dispuesto a servir de carne de cañón, todo ha cambiado”, considera.
AÚN NO HA EMPEZADO
Por su parte, el ex candidato presidencial Edmundo Jarquín asegura que es demasiado pronto para esperar manifestaciones multitudinarias en contra de Daniel Ortega, quien es el seguro candidato del Frente Sandinista, pero no descarta que las mismas se den bajo el lema “Todos contra Ortega” como ocurrió en las elecciones municipales del año 2008.
“No podemos comparar este momento en que no se ha empezado el período electoral con ese momento en 1967 cuando estaba en pleno el período electoral, considero que en la actualidad hay muchas posibilidades de unir a la oposición aunque se vea fragmentada, pero se unirá porque así esta evidenciándose en la rápida organización en los municipios y departamentos”, concluyó Jarquín.
Edmundo Jarquín no duda que la oposición se unifique con Fabio Gadea Mantilla y se cree un polo anti Ortega, pues es indudable la polarización en estas elecciones a favor o en contra del mandatario que pretende reelegirse contradiciendo la Constitución Política de Nicaragua.
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