La advertencia fue clara. Si el vicerrector de la Universidad Nacional Agraria (UNA), Roberto Blandino, no se va del cargo, el próximo 14 de febrero los representantes estudiantiles cerrarán los portones de esta alma máter para que los estudiantes no ingresen al recinto durante el primer día de clases.
Blandino presentó su renuncia al Consejo Universitario de la UNA, máximo órgano que aprueba las decisiones administrativas y académicas de esta universidad.
“Nuestra posición es clara, los estudiantes queremos que este señor (Blandino) se vaya de la universidad porque no puede llamarnos vagos”, indicó Marcio Quiñónez, presidente de la UNEN en la Agraria.
En su defensa, Blandino dijo que los estudiantes se pusieron en su contra, tras saber que las autoridades “optimizarán” la distribución de becas de alojamiento, aranceles y estipendios.
“Mi renuncia es una muestra de que yo no estoy apegado al cargo”, manifestó Blandino ayer al final de una larga sesión que culminó hacia las cinco de la tarde y en la cual no se definió su situación.
PÉSIMAS CONDICIONES
A raíz de este conflicto los universitarios aprovecharon para denunciar las pésimas condiciones en las que se encuentra el internado estudiantil, que atiende a unos 350 alumnos provenientes de distintos departamentos del país.
La situación es crítica. Los cuartos del internado de la UNA están en malas condiciones, los colchones ya dieron su vida útil, según explicó Quiñónez, quien es uno de los internos.
“Nosotros ya hicimos una inversión en la compra de los colchones, abanicos y otras cosas que se necesitan en el internado (…) no tengo el dato del monto económico, pero sí sé que para el 14 de febrero que inician las clases el internado habrá recibido su mantenimiento”, afirmó Telémaco Talavera, rector de la UNA y presidente del Consejo Nacional de Universidades (CNU), quien agregó que hoy continuará la sesión.
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