Lucía Vargas C.
CORRESPONSAL/GRANADA
Los pobladores del reparto El Rosario, de Granada, una vez más pidieron a la municipalidad que continúe los trabajos de adoquinado de las tres calles del barrio, ya que llevan un año esperando por ese proyecto y mientras tanto han tenido que soportar lodo en tiempo de lluvia y polvo en verano.
Manifestaron que hace seis días llegaron trabajadores supuestamente a quitar un cerro de tierra que dejaron en la calle principal, pero más bien rompieron un tubo de agua potable y dejaron sin el vital líquido a la comunidad.
“Ya avisamos a Enacal para que venga a reparar este tubo, pero no hacen caso y estamos pidiendo agua a los habitantes de El Escudo”, dijo Omar Campbell, líder de El Rosario.
En este barrio el proyecto de adoquinado fue aprobado por la actual Administración y comenzó a ejecutarse el año pasado. Hasta ahora sólo se ha hecho el cuneteado. La calle donde está el tubo roto es la del CDI, donde además queda el centro de salud.
“Aquí recogemos dinero entre todos para darles refrescos a los trabajadores, para pagar la gasolina del camión pues dicen que necesitan y ni dando ayuda han podido terminar ese trabajo, nos han visto cara de tontos”, dijo molesta Juana Cucalón, habitante del lugar.
PELIGRO
Las críticas de la población también se encaminaron al mal estado de los tres puentes que tiene este reparto. El puente El Conejo tiene más de 30 años de existir y según doña Pastora Bonilla solo lo llegaron a pintar, pero no lo reforzaron.
El piso de ese puente está socavado y peligra que colapse, la señora pidió ayuda a las autoridades porque los chatarreros han tratado de despegarlo para llevárselo.
“Los tubos están desprendidos del piso porque los chatarreros han querido llevárselo y como lo cuidamos no han logrado nada”, dijo la señora.
El otro puente que urge ser reparado, porque carece de barandas, se ubica en la primera calle del reparto y el otro está en la primera entrada de El Escudo.
Bonilla dijo que el puente El Conejo se ubica en la calle principal de El Rosario y por ahí pasan muchos buses y taxis.
LA PRENSA buscó la versión de las autoridades municipales, pero fue imposible obtenerla.
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