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Un informe de la ONU indicó que al menos 219 personas murieron en los disturbios en Túnez. LA PRENSA/AP/HASSENE DRIDI

Túnez contra la tortura

El gobierno de transición de Túnez aprobó ayer la adhesión del país a la convención internacional contra la tortura y otros tres protocolos internacionales relacionados con los derechos humanos, en momentos en que la ONU anunciaba un balance de 219 muertos en las últimas semanas.

 

TÚNEZ/AFP

El gobierno de transición de Túnez aprobó ayer la adhesión del país a la convención internacional contra la tortura y otros tres protocolos internacionales relacionados con los derechos humanos, en momentos en que la ONU anunciaba un balance de 219 muertos en las últimas semanas.

De otro lado se anunció que un nuevo sindicato fue constituido ayer por un ex dirigente de la poderosa Unión General de Trabajadores Tunecinos (UGTT), única organización legal desde la independencia.

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  • El rey Abdalá de Jordania destituyó ayer a su primer ministro para intentar apaciguar a los manifestantes, pero los islamistas estiman que el sustituto “no es reformista” y prometen nuevas manifestaciones.
El rey nombró primer ministro a Maaruf Bajit en reemplazo de Samir Rifai, cuya renuncia se había pedido en varias manifestaciones en las últimas semanas.

Para el rey de Jordania, Bajit, tendrá que “adoptar medidas rápidas y claras para efectuar reformas política reales (…) que sostengan nuestra acción a favor de la democracia”.

La oposición islamista y de izquierda había organizado varias manifestaciones en las últimas semanas contra la carestía y para reclamar reformas, criticando la política económica de Rifai.

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Ayer mismo, el jefe de la misión del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Bacre Ndiaye, informó en Túnez que 219 personas murieron y 510 fueron heridas durante las cinco semanas de protestas y violencia.

Ndiaye precisó que 147 personas murieron desde mediados de diciembre, a lo que hay que agregar otras 47 muertas en las prisiones. “Esas cifras no incluyen las víctimas en las prisiones”, indicó, precisando que se trata de datos “provisorios”.

Al mismo tiempo, el gobierno de transición se reunió por vez primera desde su reorganización forzada el 27 de enero.

Impugnado en las calles durante cinco días por manifestantes que desafiaban el toque de queda, el primer ministro Mohamed Ghanuchi logró mantenerse y formó un equipo que excluyó a los caciques del régimen del presidente Ben Alí, que huyó del país el 14 de enero.

SIGUE TENSIÓN

En Kaserin, principal ciudad del centro del país, la subprefectura fue saqueada por cientos de jóvenes. Según fuentes sindicales de la región, la subprefectura, un liceo, un local asociativo y el consultorio de un médico fueron atacados sin que las fuerzas de seguridad intervinieran.

La situación seguía tensa. Dos sindicalistas, Sadok Mahmudi y Bechir Harakati, indicaron que la Policía estaba totalmente ausente, y que el Ejército dispersó por la mañana un grupo de unos mil jóvenes en el centro de la ciudad.

Kaserin y la vecina localidad de Thala fueron escenario a principios de enero de violentos enfrentamientos entre policías y manifestantes, en los que murieron al menos 21 personas, según la ONG Human Rights Watch.

Fuentes sindicales indicaron ayer que un joven desocupado trató de inmolarse con fuego el sábado en la región de Gafsa (sur) para denunciar su “situación social lamentable”. El joven, Aymen Ben Belgacem, de 21 años, fue hospitalizado en Túnez y se encuentra en estado crítico.

Respecto a un eventual levantamiento del toque de queda, que rige desde el 13 de enero, la misma fuente estimó que “la situación todavía no está estabilizada”.

Otro tema de preocupación para el Gobierno son las reivindicaciones de los policías en distintos puntos del país. Los agentes hicieron huelga el lunes para reclamar un sindicato y mejores condiciones de trabajo.

Según la agencia TAP, los policías de Suse “piden que sanee la Policía de los antiguos mafiosos y mejore su imagen en los medios” de información.

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