Las organizaciones defensoras de los derechos de los consumidores en el país esperan que haya una efectiva reducción en las tasas de interés que los bancos aplican en los préstamos que realizan al público, como efecto de las últimas políticas adoptadas por el Banco Central de Nicaragua (BCN).
Para hoy está previsto que las autoridades del BCN oficialicen la reducción de cuatro puntos porcentuales del encaje legal a los bancos.
La medida estaría orientada a que el sistema bancario disponga de mayor liquidez, y reoriente más recursos en condiciones más favorables para préstamos productivos. Esta obligación es la parte de activos que los bancos comerciales deben guardar en las bodegas del Banco Central para respaldar los depósitos en moneda nacional y en moneda extranjera que tienen en sus carteras.
Actualmente el encaje legal es del 16.25 por ciento.
Jorge Eduardo Rooseess, coordinador de Políticas Públicas de la Red Nacional de Defensa a los Consumidores (RNDC), señala que ésta decisión “es positiva por cuanto es un incentivo que busca dinamizar la economía”.
Sin embargo, Rooseess duda que “los señores banqueros respondan aplicando una disminución de las tasas de interés de los créditos a la expectativa de lo que el Banco Central o la gente esperaría”.
“Acá ya sabemos que darle un voto de confianza a la banca privada es cometer errores anteriores, por eso lo que deben hacer las autoridades como el Banco Central es presionar para que haya una revisión efectiva y real que se traduzca en tasas más bajas”, afirmó.
VIGILAR DÓNDE LO INVIERTEN
Por su parte, Marvin Pomares, directivo del Instituto de Defensa del Consumidor (Indec), dice que el BCN debe “vigilar” que los fondos adicionales que les quedarán de liquidez a los bancos, como efecto de la reducción del encaje legal, no sean colocados en inversiones en el exterior, como afirma ha pasado en anteriores ocasiones con medidas similares.
Además, dice, mientras el crédito en el país se mantenga en tasas de entre 18 y 25 por ciento, aunque lo necesite, la gente seguirá pensándola hasta cuatro veces en arriesgarse, tal como ha como pasa con la tarjeta de crédito, donde la cartera se ha contraído.
Afirma que igual se deben revisar los requerimientos que se piden para acceder a los préstamos.
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