“Soy la señora de Castro”. En esa frase y un racimo de lágrimas resumió sus últimos 22 años de vida Azucena Romero, tras haberse casado legalmente con Fernando Castro.
No fue una boda cualquiera. Romero y Castro se casaron en la que podría ser la maratón de bodas más grande de Nicaragua, donde 560 parejas “unieron” sus vidas… aunque no necesariamente por primera vez.
El matrimonio Castro Romero tiene una hija en común, pero cada uno tenía otro vástago de su primer matrimonio.
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A ellos los superaron Rommel Tovar y Soledad María Mayorga de Tobar, porque cada uno se casó con tres hijos.
RAZONES PARA CASARSE
Casarse de forma masiva no es fácil. Los novios llegaron a la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) desde muy temprano para casarse entre las 10:00 a.m. y el mediodía en un aula de clases.
Ahí se confundían los novios y los padrinos, los hijos propios con los ajenos, los invitados con los curiosos.
Después de firmar, las parejas eran juntadas de 90 en 90, para ser declarados “marido y mujer” por un juez o jueza. A continuación, el beso, o simplemente un abrazo.
Esto último fue lo que hicieron Julio César Arróliga y Bertha Grijalva, quienes se unieron tras 30 años de convivir juntos, sólo para tranquilizar al hijo que, muy religioso, se decía “bastardo”, porque sus padres no se casaban.
EL COSTO DE LA BODA
Los jovencitos María Almanza y Ricardo Salgado se casaron, en cambio, para hacer todo de una vez, ya que irán al altar en marzo.
Según la Nueva Radio Ya, organizadora del evento, cada casamiento costó 10 mil córdobas, con fiesta incluida, dinero que las familias que formalizaron su unión, tras años de vida compartida, estaban felices de haber ahorrado.
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