En Nicaragua la gente decide irse para Costa Rica, porque allá hay mejores condiciones económicas. En Costa Rica los animales prefieren emigrar hacia Nicaragua, porque aquí existen mejores condiciones ambientales.
Ésta podría ser una de las conclusiones de una investigación que realiza un grupo de estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua) en el departamento de Río San Juan, cuyo límite al sur es la frontera con Costa Rica.
En sus primeros resultados preliminares, el estudio arrojó el descubrimiento de 40 géneros diferentes de anfibios y reptiles en tres puntos distintos de Río San Juan, tras un mes de investigación en una de las zonas más boscosas y desconocidas de Centroamérica, como es Río San Juan.
[/doap_box]
En total, los géneros encontrados fueron 46, una cantidad importante, porque muestra una alta concentración de especies que son claves para medir la situación de la diversidad biológica en un ecosistema, según Amaru Ruiz, uno de los estudiantes que participa en la investigación.
Sin embargo, el estudio tendrá sus conclusiones hasta noviembre, cuando se haya procesado toda la información, tras 11 meses de trabajo discontinuo.
Ruiz explicó que se encontraron más de 100 individuos en cada uno de los tres sitios estudiados: tres áreas protegidas del departamento de Río San Juan llamadas Lapa Verde, Aguas Frescas y El Quebracho.
Añadió que los resultados preliminares arrojan dos posibles escenarios en el sur de Nicaragua.
Uno es que existe una gran biodiversidad. Otro es que la fauna se esté agrupando en zonas muy reducidas, como producto de la depredación causada por el hombre.
Cabe recordar que la Reserva de Biosfera Río San Juan es una de las dos zonas más boscosas de Centroamérica, junto con Reserva de Biosfera Bosawas, ubicada al norte de Nicaragua.
Sin embargo, el río San Juan, que le da nombre al departamento y es el más caudaloso de la región, sufre por el avance de la frontera agrícola, que llega desde el noroeste, y su cuenca no tiene protección del otro lado de la frontera nicaragüense, ya que en Costa Rica esa área se utiliza para monocultivos desde hace más de 60 años.
Las especies necesitan emigrar desde un país predominantemente árido como Costa Rica, hacia un país con bosques extensos, como Nicaragua, porque de lo contrario corren peligro de extinción, aunque no reconocen fronteras.
RUMBOS CONTRARIOS
Avanzan primero hacia la frontera, ubicada al sur del río San Juan, como lo hacen miles de nicaragüenses con rumbo contrario. Luego encuentran la manera de cruzar el caudal.
El objetivo, igual que los nicas, es buscar la vida. También corren riesgos de sufrir por llegar a una tierra hostil.
“Cuando las especies no tienen comunicación entre ellas, no pueden reproducirse… en los espacios de hábitat reducidos, son más fáciles de cazar por los depredadores”, comentó Ruiz.
El año pasado el Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (Marena) reveló que Nicaragua cuenta con el equivalente al siete por ciento de la biodiversidad mundial.
Sin embargo, se cree que la riqueza natural podría ser mayor, pero no existen estudios.
Ver en la versión impresa las páginas: 5 A