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Los jueces tienen una tarea difícil. Dentro de los estatutos de la CFI señalan que sólo pueden ser jueces aquellas personas mayores de edad, cuya experiencia como criadores y expositores notables sean demostradas.

Y el ganador es… ¡Mi perro!

El alto perro, cuyo lomo llegaba a la altura del pecho de su manejador, trotaba por el redondel sólo guiado por un cordel del grosor de un cordón de zapato.

Por María Haydeé Brenes

Fotos de La Prensa/Miguel Lorío/

Carlos Malespín/Cortesía ACAN

El alto perro, cuyo lomo llegaba a la altura del pecho de su manejador, trotaba por el redondel sólo guiado por un cordel del grosor de un cordón de zapato.

Al finalizar su pasarela fue colocado en posición de alerta y luego en posición de descanso. Los jueces le abrieron la boca para revisar sus dientes, luego los testículos, pasó del lado izquierdo a mostrar su flanco derecho, sin distracción, en completa obediencia y fue sacado del redondel, pues otro perro debía ser evaluado.

Fue llevado a la parte trasera de la competencia en Expica donde se le cambió el cordel por una cadenita y muchos asistentes no perdieron la oportunidad de fotografiarse a su lado.

Otros más osados pidieron que colocara sus dos patas delanteras sobre sus hombros para ver con admiración como el perro les pasaba por más de una cabeza mientras se tambaleaban ante su peso, pero el perro no se inmutaba de las risas nerviosas. Era la mansedumbre convertida en animal.

Minutos más tarde, de nuevo se le ataba el cordel, pues debía ir a recibir su premio como campeón nacional en categoría Gran Danés y también como Best in Show (mejor can de la exhibición), el nombre que se leía en el certificado era: Leo Báez.

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De esa competencia han transcurrido casi 12 años, Leo ya no está, pero su dueño y manejador Teódulo Báez lo recuerda no sólo como un gran campeón, sino como una mascota maravillosa que continuó el legado iniciado por Pepper, quien en su momento fue el perro más grande de Nicaragua, el primer gran danés de la familia Báez. La muerte de Pepper fue tan sentida que su dueño Francisco Báez se retiró de esa actividad.

En Nicaragua se realizan cada año siete concursos llamados también Exposiciones Caninas. De ellas, cuatro tienen rango internacional que reúnen ejemplares puros de Centroamérica, México y El Caribe y tres exposiciones enteramente nacionales.

Corinna Hobberg, presidenta de la Asociación Canina de Nicaragua (Acan), adscrita a la Federación Cinológica Internacional (FCI), afirma que las exposiciones en el país tienen lugar cada dos meses y en ellas lo más valorado es la belleza del perro, de acuerdo con los estándares de su raza.

“No ponemos a competir a una raza contra otra, porque cada una tiene sus características o estándares. En total compiten doce categorías y compiten desde que son bebés”, manifestó Hobberg.

De acuerdo con la presidenta de Acan, quien también es reconocida como una de las mejores criadoras de perros del país y juez canina internacional, todos los perros tienen su época para competir.

“No sé cuántos campeones tenemos en la actualidad, pero se debe trabajar duro, uno gana con un perro en su raza en una exposición. Para llegar a ser campeón nacional es un camino largo y hemos tenido perros en el país que han competido y alcanzado excelencia en las competencias internacionales”, afirmó Hobberg.

Los perros comienzan en cada una de las razas a competir en la categoría bebés (3 a 6 meses), cachorros hasta los nueve meses, después jóvenes a partir del año, luego adultos y una sección de campeones donde los que han sido campeones continúan compitiendo contra sus estándares. Se selecciona en cada raza el macho y la hembra ideales y después, de ellos dos, se selecciona el mejor can.

A nivel internacional la FCI reconoce 337 razas y cada una es propia de un país específico. Los países propietarios de dichas razas son quienes establecen la descripción detallada del ideal de la raza.

“Las exposiciones y exhibiciones que se realizan en el país tienen como fin no sólo medir la belleza de los perros, sino también hacer conciencia en la gente de la importancia y cuido de los animales, la importancia de la ley de protección animal y la responsabilidad con estos miembros de la familia”, señaló Hobberg.

Pero que un perro ingrese a una competencia no es tarea fácil. El primer gran reto es que su perro tenga pedigree, que no es más que el árbol genealógico o historial que demuestre la pureza de su raza.

Corina Hobbes es juez internacional de Acan y una criadora de perros de raza.
e acuerdo con información de Acan, en el país existen sólo 5 mil canes que cumplen ese primer requisito.

“Somos exigentes con el pedigree para generar también responsabilidad con los criadores porque no se puede andar vendiendo perros aquí y allá y engañando a la gente, aunque en las exhibiciones nacionales si un perro cumple con los estándares de su raza, permitimos que compita o participe, pero no para las internacionales, no se permite”, aseguró Hobberg.

La exigencia del pedigree no sólo ha obligado a los criadores a inscribir a sus perros, sino que ha permitido también que en Nicaragua sea reconocida la pureza de al menos cinco razas: pastor alemán, labrador, boxer, rottweiler y baenji.

“Hemos dado un salto en calidad, pero aún nos falta porque hay personas que tienen los perros por negocio y le venden a todo el mundo y cruzan los perros sin medir lo idóneo que es mejorar la raza, es decir, qué características busco al mezclar un ejemplar con otro, no hacer experimentos”, manifestó Hobberg.

Además del pedigree, en las competencias se necesita que el perro cumpla exactamente con los estándares impuestos por el país origen de su raza.

Estas exigencias, asegura Teódulo Báez, eliminan al 90 por ciento de los competidores.

“A mucha gente no le gusta competir porque podés tener un ejemplar precioso, una mascota sumamente noble, pero por un rasgo físico insignificante, porque a alguien se le ocurrió, no participa”, afirmó Báez, quien ha vivido en carne propia ese rechazo, pues Junior, el hijo de Pepper, no pudo seguir los pasos de su padre porque era gris con manchas negras y ese color no está contemplado dentro de los estándares de los gran danés.

“Ahorita tengo a Sisú que es un arlequín (blanco con manchas negras), de cuatro meses, pero seguro no competirá porque una de las manchas es gris, no negra, y no se permite, pero lo llevaré a mostrar”, afirmó Báez.

En el caso de los perros pastor alemán no se les permite competir si la cola está a más de 4 pulgadas del piso porque se considera muy alta para el estándar de belleza de esa raza.

Un perro gordo tampoco es aceptado dentro de las competencias, pues no está en buenas condiciones y no se ve saludable.

“Los perros necesitan no sólo comida y agua, sino también cariño, interacción con sus dueños y mucho ejercicio que los ayude a fortalecer y desarrollar todas sus habilidades, pero eso sólo se logra estudiando la raza y sus potencialidades, no es de la noche a la mañana que se tiene un perro ideal”, destaca Báez.

Si su perro cumple con los requisitos de su raza y no es obediente o es muy temperamental, olvídelo, tampoco podrá participar en una exhibición, pues en ellas los perros son manoseados, los jueces les abren la boca, los palpan y si un perro gruñe, es descalificado de inmediato, ya ni decir que muerda a un juez. No debe llegar ni de visita.

Pese a las exigencias, Nicaragua es reconocida como uno de los sitios donde más exhibiciones se realizan en el año, pero no tiene un lugar fijo para realizarlas.

Desde 1987 que dio sus primeros pasos la Acan, han sido diversos los lugares de competencia y exhibición: Expica, Ticomo, hoteles, porque siempre alguno de los concursantes hace de las suyas y son desalojados.

“Los perros no saben, los que se deben educar son sus dueños porque un perro se tira a una piscina o se sube a las camas y eso de inmediato hace que los gerentes no quieran ser sede por un segundo año y nos digan adiós”, comentó Hobberg.

En la actualidad uno de los retos más grandes que enfrentan, sobre todo aquellos que visitan Nicaragua con sus canes para las exhibiciones internacionales, es el alto costo de los pasajes aéreos.

“En todo el mundo es fácil viajar con perros, sólo aquí es complicado y caro porque no hay vuelos directos, entonces los perros se estresan por el encierro y por bajar, subir, esperar hasta su destino. Eso ha limitado la participación sobre todo de ejemplares de América del Sur porque los otros se vienen por tierra a las competencias”, señaló Hobberg.

Los estándares de belleza

de cada perro se modifican según la moda, igual que ocurre en los concursos de belleza humanos, pero también están sufriendo cambios por la legislación de protección para los animales. Es así que en ningún país de la Unión Europea está permitido ahora cortar rabos u orejas, pero no se permite discriminar a los que han sufrido cortes.

“Es una cuestión de acostumbrarse a verlos con las orejas y con sus colas largas, pero ya no está permitido cortarlas y nos da gusto que algunos criadores responsables estén asumiendo la legislación internacional. Ahora son exhibiciones diferentes, pero todo en pos de su bienestar”, afirmó Hobberg.

No crea que los perros que compiten pasan entrenando a diario, ellos, como todos los campeones del mundo, tienen una rutina y es 20 días antes de un evento que comienzan a practicar.

Las calificaciones que reciben los perros de acuerdo al reglamento de la FCI son Excelente para aquel ejemplar más cercano a los estándares de la raza; Muy bueno para aquellos que posea algunas características propias de la raza y que tenga proporciones equilibradas.

Sigue Bueno, cuando sus características son bastante cercanas a los estándares; Suficiente, cuando el perro cumple con los estándares básicos. Las clasificaciones más temidas son Descalificado, cuando se observen en el can anomalías, imperfecciones, conducta agresiva o que se encuentren enfermos, y No puede ser juzgado, si el perro no se mueve o resulta hiperactivo, imposibilitando que los jueces puedan examinarlo para su juzgamiento.

“Los perros se estresan y pueden pasar hasta dos días después de la competencia sin comer, ellos saben que están siendo juzgados, perciben nuestro estrés, no están relajados. Por ello, cuando uno se presenta a competir, debe tener una buena interacción con el perro, caso contrario será descalificado”, afirma Teódulo Báez.

Está prohibido tratar de cambiar o modificar el manto, el pelo o la nariz de los perros con cualquier tipo de sustancias y sólo se permite el uso de cepillo y peine, así como también es prohibido amarrar a un animal mientras se prepara para la competencia.

En el caso de los perros hiperactivos deben ser desfogados antes de la competencia para evitar que su hiperactividad perturbe a otros.

“Hay gente que tiene trucos, que si el perro tiene una mancha blanca en el pecho le ponen talco, se les pone brillo en el pelo con un aceite especial, se le lavan los dientes, no sólo para la competencia, pero si es un perro que compite, los jueces observan más la limpieza que la forma de los dientes”, destacó Báez, quien tiene literatura completa para exhibir a un perro.

Una recomendación fundamental es que no se bañe al perro el día de la competencia o exhibición, pues el cabello pierde brillo.

“Lo idóneo es bañarlos de tres a cuatro días antes de competir y secarles el pelo con aire caliente y cepillo y, por supuesto, tratar de conocer de antemano quienes son los jueces a cargo de la competencia porque cada juez tiene exigencias: unos gustan del trote, otros de ver los dientes o el manto y otros hasta exigen que el manejador llegue de saco y corbata, porque no se debe deslucir al ejemplar, aunque estemos a 37 grados”, concluyo Báez. b

GRUPOS DE COMPETENCIA PERROS DE PASTOR O PERROS BOYEROS

(Excepto boyeros suizos) Perros tipo Pinscher y Schnauzer-Molosoides y perros tipo Montaña y Boyeros Suizos. Terriers Teckels Perro tipo Spitz y Tipo Primitivo. Perros tipo sabueso, de rastro y razas semejantes. Perro de muestra Perros cobradores de caza, perros levantadores de caza y perros de agua. Perros de compañía Lebreles. Un macho y una hembra de la misma raza y variedad, del mismo propietario. De tres a cinco ejemplares de la misma raza, independientemente del sexo, criados por una misma persona, aunque dicha persona no sea la propietaria. Un macho y una hembra acompañados de un mínimo de tres a cinco cachorros suyos de primera generación, sus hijos e hijas.

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COMENTARIOS

  1. El Turista Internacional
    Hace 13 años

    Nicaragua tierra de grandes maravillas y bellezas.

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