Una antigua olla de cerámica utilizada para almacenar agua fue, durante tres años, un objeto más en la vivienda de la familia Morales, en la comunidad Oro Verde, situada en la Zona Siete del municipio de Ciudad Sandino.
Lo que para la familia Morales era una vieja vasija sin valor que encontraron enterrada en el patio de la vivienda, para los historiadores del Centro Arqueológico de Documentación e Investigación (Cadi), de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN), representa un verdadero tesoro que permitiría reconstruir la historia de los antepasados que vivieron en ese territorio.
Pero además, ese tipo de piezas arqueológicas constituye para el municipio de Ciudad Sandino un valioso patrimonio cultural, que hasta hoy no ha sido reconocido por las autoridades municipales.
En el año 2006, al hacer unas excavaciones para la instalación de tuberías de agua potable en la Zona Siete, trabajadores de la alcaldía y algunos pobladores de Ciudad Sandino encontraron diversas piezas arqueológicas que fueron entregadas al Instituto Nicaragüense de Cultura, ante la falta de un museo dentro del municipio.
La investigadora Sagrario Balladares, coordinadora del Centro Arqueológico de Documentación e Investigación (Cadi) de la UNAN, dijo que de acuerdo con varios estudios, los restos encontrados a una profundidad entre 60 y 80 centímetros, tienen una antigüedad de más de 1,500 años y están vinculados a la cultura Chorotega.
“La misma ley de municipios establece que cada municipio debe de incluir la preservación del patrimonio. Se habla de patrimonio y se cree que sólo es el natural y no es así. Es también el patrimonio cultural. Un patrimonio integral”, dijo.
CEMENTERIO INDÍGENA
Según las investigaciones, el tipo de piezas arqueológicas corresponden a un cementerio indígena de entierro secundario, en una especie de pequeñas urnas funerarias elaboradas con material cerámico.
“Son urnas funerarias en las que hemos encontrado osamentas, en los pequeñitos hemos encontrado huesos de infantes, dientecitos de leche. Un cementerio no se produce solo, tuvo que haber gente. ¿Dónde está la gente viva? En la antigüedad parece que hubo un patrón funerario que muchas veces la gente enterraba a los muertos en sus propios terrenos”, indicó la experta.
Según la historia nicaragüense, los Chorotegas llegaron de Mesoamérica a Centroamérica en el año 595 y se asentaron en la zona del Pacífico, donde aún existen vestigios de sus costumbres y culturas.
SIN MUSEO
Los hallazgos de restos arqueológicos en la Zona Siete de Ciudad Sandino se remontan al año 1985, cuando un trío de especialistas de la UNAN realizó un estudio sobre material cerámico recuperado de la superficie de ese sector, según un documento del Cadi elaborado en 1996.
Actualmente no existe un museo cultural en Ciudad Sandino que conserve las piezas arqueológicas encontradas en el municipio.
Lidia Mendoza, una de las propietarias de las viviendas en la comunidad Oro Verde donde fueron encontradas en el año 2006 algunas piezas arqueológicas, lamenta que el vestigio no haya quedado dentro del municipio.
“Era una olla de barro bien grande. Mi hijo la encontró una vez que andaban excavando para un proyecto en la calle. Nosotros avisamos a los de la alcaldía y dicen que la pieza fue llevada a un museo de Managua. Qué lástima que no se haya quedado en este lugar”, manifestó.
Cándida Rosa Ortiz habita en la comarca Tangará, aledaña a Oro Verde, pero desconoce de la existencia del patrimonio histórico porque no existe ninguna promoción para ese sitio histórico.
PARA EL TURISMO
“Si Ciudad Sandino quiere desarrollar el turismo, tiene que tomar en cuenta el patrimonio cultural. Hay que rescatar la historia. La gente no sabe, ven las cosas antiguas y mandan a botarlos”, refirió la arqueóloga Balladares.
Esa falta de cuido al patrimonio histórico cultural motivó a la joven Mirta Pino, pobladora de Ciudad Sandino y estudiante de quinto año de Arqueología en la UNAN, a realizar un proyecto para la preservación de los rastros que dejaron sus antepasados en ese territorio, ubicado a 13 kilómetros de la capital.
“La gente no ha tomado conciencia del valor cultural que poseemos. No ha despertado ese interés por preservar los objetos arqueológicos y llevarlos a la alcaldía para que lo estudien, más bien los desechan o los utilizan como piezas viejas de patio. Pero tampoco existe apoyo por parte de las autoridades municipales”, lamentó la joven.
La investigadora Balladares refirió que urge un reforzamiento en las clases de Historia del sistema educativo nacional para la promoción del valor cultural.
En este sentido señaló que el proyecto de la joven estudiante, acompañado por el Centro Arqueológico de Investigaciones y Documentación, será un aporte al patrimonio histórico de Ciudad Sandino.
“Es un documento que quedaría oficializado para la municipalidad y para el Estado como el primer instrumento básico donde ellos puedan planificar estrategias de protección de éstos, que incluye la conservación, difusión, charlas, cartillas y exposiciones.
Nosotros pedimos que si no se puede hacer un museo por ahora, al menos se hagan exposiciones, que se haga la interpretación de la historia del municipio a través de las piezas de sus antepasados”, recalcó.
Ver en la versión impresa las páginas: 1 A ,5 A
