Tomado de La Nación
Por Esteban Oviedo y Álvaro Murillo
La presidenta Laura Chinchilla reveló que el conflicto por la invasión del Ejército de Nicaragua en isla Calero le produjo gastritis, pero advierte que va a llegar “hasta donde tenga que llegar” para defender la soberanía del país.
¿Podría ser que se llegue a una cuestión ya no tan diplomática ni política?
No quiero yo quemar etapas que todavía no hemos agotado, pero siempre lo que dicho: llegaremos hasta donde tengamos que llegar, por supuesto, privilegiando lo que es natural en nosotros los costarricenses, que es la vía del derecho internacional.
¿El conflicto de Calero complicó o, más bien, dio una luz sobre la necesidad de reforzar la seguridad en un ámbito más amplio?
Me parece que Calero pone en evidencia, una vez más, la poca atención que Costa Rica le ha dado a sus fuerzas de Policía; la poca atención que le ha prestado a los temas de seguridad, sea seguridad ciudadana o sea seguridad nacional y, en consecuencia, la necesidad de fortalecer nuestra seguridad fronteriza en ausencia de una respuesta como algunos creían que se iba a poder dar por parte de terceras naciones.
¿Se le notó más delgada?
¡N’hombre ojalá, Dios te oyera! ¡Jalada! (se ríe).
¿Se le pasó la gastritis?
El evitarse tener que estar escuchando algunas intervenciones tan infames contra nuestro país como las que tuvimos que escuchar en la OEA ha ayudado muchísimo a que el trago sea más llevadero.
“Pero sí seguimos con este tema muy indignados (aclara además que no tomó ningún medicamento)”.
Ayer (martes 22 de febrero) Daniel Ortega expresó su apoyo a Muammar Gadafi (líder libio que enfrenta una rebelión) ¿Cómo siente tener apoyos tan cercanos para semejante personaje?
Yo lo que digo es que obviamente los valores que están detrás de un gesto como ese son similares a los que están detrás de un gesto como la invasión a Costa Rica.