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Libertad de prensa y libertad de miedo

Hoy se celebra en Nicaragua el Día Nacional del Periodista, el cual fue instituido en 1964 con el fin de conmemorar la publicación, el primero de marzo de 1884, del primer número del Diario de Nicaragua, pionero del periodismo escrito nicaragüense. Es un día de celebración de los periodistas, sin duda, pero también la oportunidad de valorar cuál es la situación real de la libertad de expresión y de información en Nicaragua.

En los círculos del gobierno de Daniel Ortega se asegura que en Nicaragua existe la libertad de prensa, porque no hay periodistas encarcelados, torturados ni asesinados. Otras personas, inclusive algunos diplomáticos extranjeros, consideran que en Nicaragua se practica la libertad de prensa porque los periódicos informan y dicen lo que quieren.

Pero esta es una verdad a medias. En realidad, para que haya verdadera libertad de prensa no es suficiente poder publicar informaciones y expresar opiniones. La libertad de expresión y de prensa tiene que ser irrestricta y estar libre de amenazas, o sea que los medios de comunicación deben tener libre acceso a todas las fuentes de información, salvo las excepciones razonables establecidas en la ley, y los periodistas no deben sentir temor de sufrir represalias ni ser amenazados por informar y opinar libremente.

El miedo a sufrir represalias por informar y opinar conduce inevitablemente a la autocensura. Y esta es la peor de todas las formas de censura, porque obliga a la persona a la degradante situación de tener que renunciar a su derecho a expresarse con libertad.

Por otro lado, es una hipocresía decir que hay libertad de prensa cuando en la práctica se impide a los medios independientes cubrir noticias sobre temas de primera importancia pública, como por ejemplo el proceso electoral. Y peor aún que a los periodistas se les permita cubrir las actividades del Consejo Supremo Electoral, sólo a condición de que se limiten a decir lo que quieren los magistrados de facto y a no hacerles ninguna pregunta que no sea expresamente autorizada por su vocero oficial.

Es cierto que en Nicaragua los periódicos independientes todavía pueden publicar los resultados de una investigación sobre malos o turbios manejos en alguna institución del Estado y señalar a los funcionarios públicos involucrados. Pero si los periodistas que publican los resultados de sus investigaciones son amenazados de manera directa o indirecta, entonces no se puede asegurar que hay verdadera libertad de prensa, pues no existe la garantía de que se pueda practicar libremente. Y si a los periódicos se les castiga con imposiciones fiscales arbitrarias, se les retiene en aduanas el papel y otros insumos indispensables para la producción, y se les ataca violentamente por medio de turbas, como es el caso de las agresiones que sufre LA PRENSA, es una mentira decir que se respeta el derecho a la libertad de expresión y de información que está consignado en la Constitución nacional y en las declaraciones y convenciones internacionales de derechos humanos, de las cuales Nicaragua es parte.

También es cierto que, al menos por ahora, en Nicaragua no hay actualmente, como en tiempos del somocismo y de la primera dictadura sandinista, censura de prensa directa y los periódicos no tienen que llevar los materiales que pretenden publicar, a alguna oficina del Gobierno para que se autorice su publicación. Tampoco llegan, todavía, a las salas de redacción, funcionarios gubernamentales uniformados o de civil para advertir que de conformidad con tal o cual ley, o simplemente por autoritarismo gubernamental, no se puede informar ni opinar sobre algún tema de interés público.

Sin embargo se restringen las coberturas de prensa independiente en las instituciones de gobierno, no se respeta la Ley de Acceso a la Información Pública, se amenaza a los periodistas independientes y a sus familiares, se está creando un ambiente de miedo a informar y opinar para no sufrir represalias, y está latente el temor de que los miembros del foro de periodistas sandinistas cumplan la misión que les encomendaron, de encontrar la forma de controlar legalmente a la prensa escrita independiente.

De manera que en este Día Nacional del Periodista tenemos que decir en altas y claras voces, que en Nicaragua no existe la libertad de prensa como debe ser, porque hay represalias del poder público autoritario y temor a las amenazas. Pero que vamos a seguir luchando sin descanso por la libertad de expresión y de prensa, sin la cual, como decía el doctor Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, no puede existir ninguna otra libertad.

COMENTARIOS

  1. Pancho NIcaragua
    Hace 13 años

    Hay que reconocer que el orteguismo ha encontrado una forma sutil de aplicar censura. A los periodistas que se atreven a destapar cualquier latrocinio realizado por funcionarios del gobierno, se les amenaza tanto a él como a su familia. La amenaza es real y sin mencionarlo le dicen, “recuerda lo que le pasó a Carlos Guadamuz. Wiliam Hurtado está libre y con buen dinero”. Lo que debe entenderse que siempre habrá alguien dispuesto a matar al que se opone, porque el asesino tendrá su recompens

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