SANÁ/AP
El ejército yemení se adentró ayer en una universidad en la capital, disparando balas de goma y gas lacrimógeno contra los estudiantes que se han sumado a las protestas para exigir la salida del presidente, dejando como saldo 98 heridos.
Los estudiantes habían acampado en el campus desde mediados de febrero, exigiendo la renuncia del presidente Alí Abdulá Salé. Según varios encargados de salud muchos de los 98 heridos eran de gravedad.
Varios testigos dijeron ver vehículos blindados y efectivos que se dirigían hacia la universidad. “Es una masacre”, dijo el vocero de la oposición Muhammad Qahtan. “Es un crimen cometido por las tropas contra estudiantes en un plantón pacífico”.
Yemen ha sido sacudido por semanas de protestas inspiradas en las revueltas populares en Egipto y Túnez que culminaron con la salida de los presidentes autocráticos en esos países. Salé, un aliado clave de Estados Unidos en la campaña contra al-Qaida, ha estado en poder desde hace 32 años.
En un indicio de que las protestas están ganando fuerza, ayer aparecieron grafitos que exigían la renuncia de Salé en su aldea natal, Sanhan.
Ayer también unos 2,000 reclusos crearon disturbios en una prisión en la capital, tomaron a decenas de guardias como rehenes y se sumaron a la demanda de los manifestantes antigubernamentales.
Los desórdenes en la prisión central comenzaron el lunes, según un funcionario que solicitó el anonimato.
Al menos un prisionero murió y 80 personas resultaron heridas entre oficiales y reos, informó la Policía. Los guardias lanzaron gas lacrimógeno e hicieron disparos al aire sin que lograran controlar a los presos. Residentes del área reportaron haber escuchado disparos y agregaron que estaban llegando refuerzos militares.
También ayer una multitud de mujeres se sumó a las movilizaciones en la ciudad portuaria de Adén, en el sur, después de que un manifestante joven fue herido de gravedad a causa de un disparo en la cabeza durante una protesta efectuada el día anterior.
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