LIMA /AP
Los países latinoamericanos con costas en el Pacífico comenzaron a recuperar ayer la calma, una vez pasado el temor de que un tsunami causado por el terremoto japonés surcara el océano para golpearlos.
Solo algunas mareas más altas que lo normal alcanzaron las playas de México, Honduras, Colombia, las islas Galápagos de Ecuador y la de Pascua en Chile, así como el territorio continental de Chile y Perú.
En Chile, el gobierno levantó en la tarde la alarma de tsunami que contempló además la evacuación de 650,000 residentes en el borde costero.
Olas de hasta casi dos metros de alto golpearon Sudamérica el sábado temprano, en algunos casos llevando agua hasta las calles, después de que los pobladores costaneros se apresuraron a cerrar puertos y escuelas y a evacuar a cientos de miles de personas.
Las mayores evacuaciones fueron ordenadas en Ecuador y Chile, donde después de un terremoto hace un año, las autoridades no se quisieron arriesgar.
El peligro se desvaneció conforme avanzó el día y solo pequeños daños fueron registrados.
Crecidas de la marea cubrieron muelles en Cabo San Lucas, Baja California, mientras las autoridades mexicanas cerraron el puerto de Manzanillo y algunos barcos decidieron esperar en alta mar para evitar posibles problemas si las aguas se agitaban mientras estaban en puerto.
En Perú fueron cerradas las escuelas de miles de niños en la costa, donde vive el 55 por ciento de los 28 millones de habitantes del país. En una población de Pisco, el mar penetró unos 60 metros pero no causó daños graves, aunque los residentes del área habían evacuado sus casas.
En Ecuador se ordenó que la gente del archipiélago Galápagos y de la costa se trasladara a tierras altas, y también se ordenó el cierre de escuelas.
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