“El Gobierno pone a cuatro estudiantes a recoger basura y eso es cuidar el medio ambiente para ellos, pero en Río San Juan las instituciones tienen un modus operandi mejor que el de la mafia para la madera, y ahí no cuidan nada”.
Esta es la queja de Fernando Danilo Zamora Moreno, a quien el Gobierno le decomisó 2,000 pie tablares de madera de granadillo, suficiente para llenar un camión.
Todo estaría bien con el decomiso, de no ser por un detalle: El Instituto Nacional Forestal (Inafor) supuestamente no lo registró.
Este acto convierte una acción de rutina en un acto delincuencial, puesto que la madera prácticamente pasa a ser inexistente ante las leyes, pero existe en la realidad y alguien se queda con ella.
LA PRENSA intentó sin éxito obtener el punto de vista del Inafor.
El decomiso se dio hace pocas semanas, según el afectado. “Les dijimos que levantaran un acta de retención de la madera, no hubo acta, y tampoco hubo proceso administrativo”.
A Zamora no le extraña esto. “Es un modus operandi del Inafor, del Ejército, de la Policía, aunque supuestamente la gente del Inafor involucra al resto”, expresó.
Supuestamente, la madera después es “legalizada” por medio de permisos de otros dueños en Morrito.
Por esta razón Zamora y sus socios demandaron a William Schwartz en el juzgado de San Carlos, cabecera de Río San Juan de Nicaragua.
Zamora es un ex regente forestal que trabajaba en la Región Autónoma del Atlántico Norte (RAAN).
Supuestamente se fue a trabajar a Río San Juan porque ya no podía ganarse la vida en la RAAN, tras denunciar los abusos de los madereros y el mismo Inafor con la madera tumbada por el huracán Félix, en septiembre de 2007.
Las denuncias en la RAAN consistían en que los madereros no aprovecharon la madera tumbada por el Félix, sino que se aprovecharon de la situación.
Zamora asegura que la mayor parte de la madera que el huracán tumbó no tiene valor comercial, y la que sí lo tiene está en las profundidades de los bosques, donde no vale la pena invertir para sacarla.
Ante esa situación, presuntamente los madereros y gente del Gobierno se aliaron para sacar madera de árboles buenos y hacerla pasar como si había sido tumbada por el huracán.
Como ejemplo, Zamora citó las casas que jamás se construyeron en la RAAN, pese al dinero donado por la cooperación española y la madera disponible.
“Pero en Río San Juan tienen más dinero, más poder y más coimas”, insistió, antes de afirmar que el comercio de madera está dominado allá por ciudadanos asiáticos con capacidad económica.
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