Las carteleras de cine en Nicaragua funcionan como sismógrafo registrando un temblor de mediana intensidad. Suben y bajan súbitamente. La semana pasada la oferta era una cinta que se coló entre las nominadas al Oscar 2011 y una comedia romántica de mediana calidad. Ahora, como brusco giro de timón, el plato fuerte es una hipercargada cinta de acción, y la última entrega de la saga más exitosa del género del porno-horror como es Saw VII.
The Expendables es la cinta con la que el mítico Sylvester Stallone se despide de la silla de director y para eso lo hace con un intento de homenaje a las cintas de acción de la década de los 80 que lo hicieron famoso.
Usando sus contactos, el viejo Sly logró conseguir revivir a figuras retiradas del género como Dolph Lundgren (su rival en Rocky IV) y ex gobernador de California (en un breve papel) Arnold Schwarzenegger.
Convenció a los patea-traseros de moda como Jason Statham y Jet Li para que lo acompañasen y usó como relleno a figuras de mediana popularidad como la ex extrella de la lucha libre Steve Austin. Para darle más fuerza histriónica y no sólo músculos a este hipercargado cóctel, le abrió un espacio considerable a Mickey Rourke.
Lo que resulta de todo esto es una cinta genérica de acción con todos aquellos elementos ochenteros que las nuevas generaciones ven ahora desgastados y poco creativos. Una pasarela de músculos, balazos y cadáveres. Es la nostalgia de la testosterona. Trate de no llorar por aquellos que alguna vez fueron los más rudos … entre los rudos.
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