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“EL BOXEO

Hizo 34 peleas, ganó 32 y fue conocido como Guillermo “El Chino” Martínez. Luego decidió hacerse entrenador. No fue fácil.

Fotos La Prensa/ Germán Miranda

A los ocho años de edad tenía dos sueños que ocupaban su pensamiento: ser médico y ser boxeador. Se dio cuenta que la Medicina era muy cara, así que se decidió y comenzó los pasos para ser un campeón.

Hizo 34 peleas, ganó 32 y fue conocido como Guillermo “El Chino” Martínez. Luego decidió hacerse entrenador. No fue fácil.

“Yo era el carga cubo oficial. A mí no me importaba, andaba de metido y le agradezco a ‘Pambelé’, Rosendo Barberena, a ‘Mambito’. Fue gracias a eso que me gané la oportunidad de ir al primer seminario de la CMB y después de eso, en el 77 ya fui como entrenador de la selección de boxeo”, afirmó.

El apodo “Polvorita” es una herencia de su hermano, un legado que le cayó a toda la familia.

¿Cuántos boxeadores ha entrenado?

Sin fachentadas, cientos. He tenido buenos, otros mejores Juan Balmaceda uno de los primeros, que fue hasta atleta del año, Jorgito Zamora, Gustavo Herrera, William “Popeye” Somarriba, Rosendo Álvarez cuando fue amateur.

He tenido propuesta para irme al boxeo profesional. Nunca me he ido porque mi dignidad es valiosa. Soy un indio monimboseño y no me gusta que me traten mal.

¿Vicios?

Para mí el boxeo lo ha sido todo. No bebo, no fumo. Y pues, las faldas siempre han estado presente (ríe). Tengo 15 hijos, ocho con mi esposa y siete de otras relaciones, con todos he sido responsable, les he ayudado hasta donde ellos han querido, entre mis hijos están mis relevos, Bayardo y Germán, ellos son excelentes entrenadores.

¿Cualquiera puede ser boxeador?

Sí, siempre que sea joven. Hay unos que nacen con más garra que otros, pero siempre se puede.

¿Qué opina de Rosendo Álvarez?

El segundo mejor después de Alexis Argüello.

¿Ricardo Mayorga?

El tercero. Se le pasa la mano de vulgaridad. Como entrenador no puedo ponerlo de ejemplo, pero es bueno, aunque negativo.

¿ Román “Chocolatito” González?

Un buen atleta. Dedicado. Está haciéndose un nombre.

¿Alexis?

El ejemplo de Nicaragua y del mundo. Un atleta ejemplar. En su vida deportiva fue pulcro, perfecto, entregado, disciplinado, buen boxeador. En cuanto se pueda, quiero un gran afiche de él aquí. Es el ejemplo que les inculco a mis atletas y a nivel internacional a Pacquiao. Alexis y Pacquiao salieron de la pobreza sin vulgaridad, entregándose al deporte.

¿Se siente satisfecho?

Mi mundo es el boxeo y me lo ha dado todo. El último sueño que quiero cumplir es que una de mis muchachas traiga una medalla mundial. Con eso me sentiré realizado completamente. Porque el boxeo me dio el Salón de la Fama. El boxeo y la relación con los chavalos que son hijos y nietos de boxeadores que entrené en el pasado me mantiene sano, activo. El boxeo me hizo actor. La Yuma que ha sido tan premiada salió de aquí.

¿Cuándo se decidió a entrenar mujeres?

Yo vi pelear mujeres en 86 en Alemania y me quedó la espinita. Pude hacerlo hasta el 96 cuando se hizo el reglamento. Doña Violeta hasta dijo que quién era ese bárbaro que ponía a pelear a las niñas. Hasta dijo que había que echarme preso. La crónica se dividió, pero aquí están las chavalas con medalla de oro y todo. Ya va la primera para un campeonato mundial: Blanca Sampson.

¿Qué opina de la prohibición de la Yuma en El Salvador por las malas palabras?

Me molesta eso, porque es cierto somos malhablados, pero así somos y también arrechos a trabajar. En el barrio se habla así. Aquí en el gimnasio no se dicen malas palabras porque aprenden a comportarse. Me molesta. Porque ha ganado 10 premios. ¡¿Cómo la van a prohibir si es la realidad!? b

La Prensa Domingo

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