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Fotos LA PRENSA/ Óscar Navarrete

“Siempre tengo miedo. ¿Quién no?”

Su rostro no da señas de que hace apenas seis días se enfrentó a golpes con el mexicano Manuel “Chango” Vargas, a quien venció para retener su corona como campeón mundial en las 108 libras.

Su rostro no da señas de que hace apenas seis días se enfrentó a golpes con el mexicano Manuel “Chango” Vargas, a quien venció para retener su corona como campeón mundial en las 108 libras.

“El Chocolatito” recibe a DOMINGO en short y de camiseta, una igual a la que usó en su pelea con el “Chango”, con propaganda a favor del Frente Sandinista (FSLN) y Daniel Ortega.

Lo primero que hace es hablar sobre su reciente pelea y reconocer la calidad de su oponente. “Ese maje (Vargas) ha peleado con gente buenísima. La altura me hizo daño, estaba haciendo frío. Estoy cansado, qué me pasa, le dije a mi esquina”, comenta.

En esta entrevista el boxeador evita hablar de que en noviembre del año pasado presentó una demanda de divorcio en contra de su actual esposa, Raquel Doña, pues desistió de la acción judicial poco después.

También es prudente al hablar sobre política, especialmente de la candidatura ilegal del presidente Daniel Ortega, a quien considera un “amigo” y le agradece por el apoyo que le ha brindado.

“El Chocolatito” asegura que los golpes de la vida lo han hecho madurar y quiere hacer las cosas bien para asegurar su futuro y el de su familia.

En su casa tiene una foto de Alexis Argüello y varios trofeos, pero también una enorme valla publicitaria con la imagen del cantante de música cristiana Dany Berríos.

A un ritmo de cada 15 minutos, las personas se acercan a la puerta de su casa para preguntar por él. A todos los atiende con sencillez y les pide que lo esperen, al punto que la sala de espera se atesta en poco tiempo. También sufre el asedio por medio de su teléfono celular.

¿Qué recordás de tu infancia?

Como a los 10 años estaba estudiando, estaba en tercer grado, en el Luxemburgo. Por la situación de mi familia a veces no teníamos ni para comer. Mi mamá salía a trabajar a las 8 de la mañana y llegaba a las 10 de la noche. Mi papá trabajaba en el Ministerio (de Educación) pero tomaba mucho, yo estaba solo en la casa, hay veces que estaba con hambre, hay veces que la pasaba solo con agua con azúcar.

¿Cómo te nació la idea de boxear?

Me fui dando cuenta que me gustaba el boxeo, tenía amigos que llegaban a la casa y nos poníamos a estar de locos, entonces mi papá nos enseñó, pero mi papá no tenía guantes, después me ponía con una bolsa de leche en un palo, así comencé.

¿Hubo personas que te ayudaron?

Un amigo, Eduardo Altamirano, lo mataron hace poco. Cuando miró que yo tenía el deseo de salir adelante, él me ayudó en todo, y pues yo me sentí muy contento, muy feliz y sentí el apoyo que me estén ayudando. Cuando ya fui al gimnasio me motivé demasiado, conocí a Alexis, él me daba ropa, zapatos, reales para la comida, cosas que no había nada en la casa, ahí me motivó para sacar adelante a mi familia. Éramos unas personas muy humildes.

¿No se te ha pasado por la mente seguir estudiando?

Como no, hay momentos que se me pasa por la mente, pero a la vez hay veces que la vida es muy difícil. Me gusta, pero no hay tiempo.

¿No hay nadie que te motive?

O quizá eso, no me da tiempo, pues me toca una pelea y le tengo que dedicar tiempo al entrenamiento, salgo bien rendido. Lo que quiero aprender es computación. Tengo computadora, mi esposa me está enseñando, pero sí me dan ganas de estudiar.

¿En qué pensás cuando te subís a un ring?

Es el momento que yo quería, porque cuando estás entrenando para una pelea, no hallás la hora en que llegue la pelea, porque el entrenamiento es bien pesado.

¿Le has tenido miedo a algún peleador?

Siempre tengo miedo. Que alguien me diga que no.

¿Has sentido pesar por tus oponentes?

Las veces que un peleador me aguante, sale fregado, y yo digo, bueno, yo no quiero golpear, pero si no lo hago me lo hacen a mí. Peleé con Takayama, salió partido, reventado, inflamado los ojos. Este (Manuel “Chango” Vargas) es el que más he golpeado de todos los muchachos que me han puesto, le he golpeado las dos cejas, el ojo inflamado, reventado la boca y me dijeron que le hicieron un doping, y él estaba orinando sangre, es algo que no puede un boxeador orinar sangre, tiene que estar demasiado golpeado.

¿Por qué traés cantantes cristianos?

Andar en las cosas de Dios es bonito, pero difícil. Nosotros estamos aquí por Dios, estoy agradecido con Él.

¿Cuánto dinero te cuesta?

La última vez que traje a Dany Berríos, todo el evento casi cinco mil dólares, pero el comandante me ayudó y sus hijos, y me sentí muy contento porque ese era uno de mis sueños. Si uno gasta en las cosas del mundo, ¿por qué en las cosas de Dios no? Primeramente Dios pienso traerlo nuevamente en diciembre, ya estuve hablando con él. El domingo voy a tener un culto en la calle con un conjunto, dándole gracias a Dios y luego voy al hospital Vélez Paiz a darle de comer a los niños, hacerles una piñatita.

¿Cómo te estás cuidando como boxeador?

Nunca he bebido, nunca he fumado. Nunca en mi vida. Siempre he andado en los caminos de Dios, tampoco no soy perfecto, pero cada día le pido a Dios que me haga hacer el bien. Cuando voy a pelear me cuido en la comida, pero después de la pelea no me cuido.

Te criticaron por subir con una camiseta como esa que andás puesta.

Mire, hay una cosa que siempre he dicho, y pues cada quien tiene derecho de opinar a como quiere. Y yo te voy a decir algo: el que no trabaja no come. Esa es la verdad. Si yo no boxeo, yo no como, y mi boxeo es sacarle provecho a todo, si alguien me quiere patrocinar, me quiere ayudar, yo no le puedo rechazar esa ayuda. Estoy muy agradecido con el comandante, que ellos me están ayudando.Cuando uno está en el boxeo, uno se encuentra de todo, buenos amigos, malos amigos y si te dicen andás en bacanal, está mal, te están ayudando, está mal, y entonces ¿en qué estamos? Bueno, cada quien tiene su forma de opinar a como quiere, soy una figura pública, simplemente soy un campeón de todo mi pueblo, quiero sacarle provecho porque el día de mañana quiero vivir tranquilo, tener mi negocio.

¿Y cómo te ayuda el presidente y su familia?

Ellos (Ortega y su familia) me ayudan en todas mis peleas, para la comida, gasolina del carro, vitaminas, un viático que ellos me dan, pero no lo hago porque ellos me dan, lo hago porque la verdad de las cosas es que yo soy sandinista, toda mi familia, desde chavalo.

Pero no todos tus fanáticos son del Frente.

Yo estoy de acuerdo con eso, pero hay veces que yo me hago la pregunta, si aquí no estamos si vos sos liberal, ¿por qué no te voy a hablar? Yo estoy ganando lo que yo te estoy cobrando. La gente me pregunta, ¿a quién le sirve el campeón, al Señor o al comandante? Al Señor, pero si es pecado llevar una bandera en la mano, no lo hago. Si yo sé que es pecado llevar una bandera en la mano, rojinegra, no lo vuelvo a hacer. Que alguien me diga que en la Biblia sale que es pecado llevar una bandera. La Biblia dice que la gente se pierde por falta de conocimiento, porque nadie lee la Biblia. Cada uno tiene un propósito en la vida, Dios pone a cada uno mucho talento en la vida, el comandante está ahí no porque nosotros queramos, es porque Dios quiere.

¿Quiere decir que hablás con él?

Poco, poquito. He estado con él, me dice que se alegra porque he representado dignamente a mi pueblo, yo también estoy muy contento de que tengamos una amistad, con todos sus hijos y pues hasta ahí nomás.

¿Has leído las noticias sobre la candidatura de él?

Yo soy poco para leer periódicos, soy poco para ver tele, pero hay veces que hablan que el comandante aquí, que el comandante allá, yo no sé mucho de política, cada quien tiene derecho de pensar como quiera.

¿Tenés algún negocio?

Negocios no tengo, mi esposa tiene un negocio y pues ahí le metemos los dos, estamos trabajando juntos. Pero sí quiero poner otro negocio, una gasolinera, pero más adelante. Por el momento quiero recoger plata en el banco.

¿Cómo te consideras como boxeador?

A mí me dicen quién es mejor, vos, Rosendo o Alexis, yo les digo que cada quien con su momento. Si Dios me da la oportunidad de ser 10 veces campeón, 11 veces campeón del mundo, todo es bienvenido, pero si Dios no quiere, hasta ahí nomás.

¿Cómo vas con tu niña?

Bien. Su mamá es un poco molesta, lo que pasa es que la gente no sabe cómo son las cosas. Yo siempre miro a mi hija.

Entonces ¿por qué tuviste que ser demandado?

Fue un momento que me gustaría que volviera, para yo demostrar. Mi hija está estudiando en una escuela donde no debe estudiar y yo le sigo pasando 10 mil pesos y está estudiando en una casa, en un barrio. Yo quisiera que mi hija el día de mañana se reciba para que el día de mañana tenga un buen trabajo. Cuánto vale donde está estudiando ella, 100 pesos, 200 pesos, al mes le paso 10 mil. El dinero es babosada.

¿Tuviste ayuda del presidente Ortega con los jueces?

No, ahí estoy pasándole los 10 mil. Que hablen lo que hablen.

¿Apoyás a tus padres?

Demasiado, siempre están conmigo, llamándome.

¿Qué pasó con el Mercedes Benz que tenías?

Lo vendí. Se me le fregó el aire, después se me gastaron las llantas, después choqué, me costó 20 mil pesos la reparación y lo vendí. Ahorita no pienso tener ni un vehículo de lujo. Eso era en el momento de antes, pero la vida me ha golpeado. Es mejor que te golpee para que sepás lo que tenés que hacer.

¿Qué hacés además de entrenar para boxear?

Voy al mar, un sábado, un domingo, me voy a Montelimar. Hasta ahí nomás. En veces voy de compras al súper. Estoy aquí en mi casa jugando Nintendo. Voy donde mi mamá, voy con mi hija a comer… Eso es todo.

¿La fama cómo ha afectado tu vida?

Al comienzo fue algo muy bello, salir en el periódico, pero ahora lo miro normal, siento que soy dos personas, el campeón y yo. Mucha gente se me acerca.

¿Qué se siente ser campeón mundial?

Cuando uno es campeón la vida de una persona cambia porque ya le dedicás tiempo a la gente, te invitan aquí, te invitan allá, hay veces que no le dedico tiempo ni a mi familia, pero todo cambia en la vida cuando uno es campeón. Es cuando más tenés que estar en el gimnasio porque tenés compromiso con tu pueblo y con tu familia.

¿Cómo es tu alimentación?

Ahorita un bistec, un pollo tapado, un churrasquito (ríe por primera vez en la entrevista), arrocito, frijolitos, quesito, cremita, ya el lunes quiero tener la dieta, zanahoria cocida, remolacha cocida, pollo cocido, pollo asado.

Debe ser terrible esa dieta

Llega un momento en que cuando entreno salgo estúpido, no quiero saber nada de nada.

Me han comentado que en los entrenamientos te quedas ido, ¿cómo estás emocionalmente?

Lo que pasa es que tanto entrenamiento hay veces que uno sale estúpido del entrenamiento. Los golpes también.

¿En el hogar cómo estás?

Bien, gracias a Dios. Viene un bebé.

¿Estabas intentando divorciarte de tu esposa?

No, eso es locura. Con mi esposa ya tenemos cinco años de conocernos, siempre hay problemas, pero hasta ahí nomás. Ella siempre ha estado en las buenas y en las malas conmigo. Viene el bebé, es un varoncito, se va a llamar Román como su papá, si sale boxeador mucho mejor, si es bueno sí, si es malo, mejor no, que se salga (ríe de nuevo). El boxeo es difícil, el boxeo no es para cualquiera.

¿Cuando peleaste con el “Chango” Vargas dudaste del triunfo?

No, hubo un momento en que de tanto darle me dio pesar y yo dije qué pasará más adelante. Mirá mis dedos cómo quedaron (muestra llagas en los nudillos), le salían coágulos de sangre, cuando yo le tiraba los golpes él pringaba al juez, yo le daba porque yo sabía que estaba en México, donde me podían robar la pelea. Él quedó muy mal, yo quería que pararan la pelea.

¿A quién respetás de los posibles próximos retadores, a Segura o a Calderón?

Pues la verdad yo no respeto a nadie.

¿A cuál preferís?

A Giovanny Segura porque es el campeón y me gustaría unificar con él. Está difícil porque él no quiere pelear conmigo en las 108, sino en las 112 libras y en las 112 no puedo.

¿Te ha aconsejado un entrenador extranjero?

El que es bueno es bueno, el entrenador no te hace, el que te hace es el pelear. Si no entrenás estás listo y servido.

¿Por qué una casa en San Judas?

Porque me gusta. Mi esposa tiene una casa en un residencial de Carretera a Masaya, pero no me gusta. Es que no me gusta ir hasta allá, a ella le encanta pero a mí no me gustan los lugares encerrados. Aquí yo voy a poner mi mesa de billar, mi tele, tranquilo. Tengo mi familia cerca, ella también ¿qué más le puedo pedir a la vida? Nada.

La Prensa Domingo

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