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LA PRENSA/F. CASTILLO

“El príncipe del claroscuro”

Treinta largometrajes que reflejan la evolución de Eastwood como cineasta hacia una clásica solidez que hace de cada uno de sus trabajos un ejemplo de buen cine y con una serie de elementos comunes que hacen totalmente reconocibles cada una de sus obras, por las que ha ganado cuatro Oscar.

Madrid/EFE


Personaje polémico y carismático a partes iguales, tachado de racista y machista, lo que nadie pone en duda es la calidad de Clint Eastwood como director. Y para demostrarlo, Eastwood on Eastwood , un completo recorrido por su vida y obra a través de 25 años de entrevistas.

Treinta largometrajes que reflejan la evolución de Eastwood como cineasta hacia una clásica solidez que hace de cada uno de sus trabajos un ejemplo de buen cine y con una serie de elementos comunes que hacen totalmente reconocibles cada una de sus obras, por las que ha ganado cuatro Oscar.

El crítico y director de documentales Michael Henry Wilson ha recopilado, en un volumen de gran formato publicado por Cahiers du Cinema, dieciséis entrevistas realizadas entre 1984 y 2009 en las que abarca toda su producción como realizador, desde su primera película tras la cámara, Play misty for me (1971) hasta Invictus (2009), en un libro titulado Eastwood on Eastwood.

Wilson califica a Eastwood, de 81 años, como “el príncipe del claroscuro”.

Una de las características más relevantes en las películas de Eastwood es la luz, o más concreto, la mezcla de luz y oscuridad, el manejo de la atmósfera lumínica como parte integrante de la historia.

Desde las imágenes sofisticadas de Midnight in the Garden of Good and Evil (1997) a la luz sugestiva de The Bridges of Madison County (1995) pasando por el deslumbrante sol de A Perfect World (1993), Eastwood ha conjugado perfectamente los juegos luminosos con la música, otra de sus obsesiones.

AMANTE DEL JAZZ

Él ha sido el responsable de 21 de las bandas sonoras de sus películas, en las que ha demostrado una inquebrantable adoración al jazz, al que homenajeó a través de la figura de Charlie Parker en Bird (1988) y que incluso marca la estructura de sus películas.

“El jazz es un arte de espontaneidad. A veces el ritmo de una escena me viene como el ritmo de una pieza le llega a un jazzman que está improvisando sobre algún tema. Me ocurre cuando estoy en el set de rodaje y también en el montaje”, explica Eastwood en una de las entrevistas con Wilson.

Un ritmo muy alejado de las vertiginosas historias propias del Hollywood actual y del 3D.

“Aprecio las novedades tecnológicas que aportan esas películas, pero no es el estilo que me gusta abordar. No estoy interesado en efectos especiales. Quiero hacer historias sobre gente”, afirmó Eastwood durante el rodaje de Unforgiven (1992), la película que le consagró como realizador.

POLÉMICO

“Soy un viejo republicano. Pero no soy sectario. Ha habido ocasiones en las que he votado a los demócratas”, afirma sobre sus ideas políticas conservadoras.

En cuanto al racismo, rechaza las acusaciones que pesan sobre él en este sentido y lamenta que este problema siga existiendo. “Estamos aún luchando por la tolerancia racial en la mayoría de las sociedades del mundo (…) Creo que necesitamos alguien con la inteligencia de un Mandela para acabar con ello”, apuntó.

Espectáculo Clint Eastwood polemico príncipe revista archivo

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